?Esperando al helic¨®ptero?
La inflaci¨®n est¨¢ a¨²n m¨¢s hundida en la eurozona y el BCE calibra y recalibra sus est¨ªmulos
Un mes m¨¢s, la inflaci¨®n permaneci¨® en terreno negativo. Ese -1% interanual que variaron los precios en Espa?a en mayo se produce en un entorno en el que la econom¨ªa y los mercados europeos est¨¢n inundados de analg¨¦sicos. En la eurozona, la inflaci¨®n a¨²n est¨¢ m¨¢s hundida y el BCE calibra y recalibra sus est¨ªmulos en un sortilegio que, de momento, consigue m¨¢s evocarla que traerla de vuelta.
Hay reuniones del BCE en las que se toman decisiones relevantes, otras que sirven para anunciar o preparar futuras decisiones y otras de mera transici¨®n. La que se celebrar¨¢ este jueves tiene muchas cartas de ser de tr¨¢mite , pero tambi¨¦n existe la posibilidad de que se apunte a nuevas decisiones para la vuelta del verano. Incluso es posible, seg¨²n algunos analistas, que se ampl¨ªe el rango de instrumentos que se contemplan dentro del programa de compra de activos y que se anuncie ya esta semana. El terreno para bajar tipos est¨¢ casi agotado. Las distorsiones de tipos de inter¨¦s reales por debajo de cero est¨¢n siendo importantes y no parece ser esa la v¨ªa favorita.
Cada vez que se repiten registros negativos en la inflaci¨®n (en Espa?a, llevamos cinco meses seguidos) se comienza a hablar de medidas extraordinarias. Una de las m¨¢s originales es la que lleva el llamado ¡°helic¨®ptero del dinero¡± a su expresi¨®n m¨¢s radical: la posibilidad de que el BCE entregue dinero directamente a los europeos para fomentar el gasto. Esto ser¨ªa as¨ª porque la autoridad monetaria no puede financiar directamente los d¨¦ficits de cada pa¨ªs y la ¨²nica opci¨®n para transferir esos fondos ser¨ªa directamente al ciudadano.
Hoy por hoy, parece casi imposible pero tambi¨¦n lo parec¨ªa hace dos a?os que el BCE acabara comprando deuda p¨²blica y bonos corporativos. La mera discusi¨®n de este escenario ¡ªde momento m¨¢s un chascarrillo que un debate en Fr¨¢ncfort¡ª refleja esa sensaci¨®n de que cualquier medida es poca para impulsar los precios. La realidad parece a¨²n m¨¢s retorcida. Si quitamos los precios de la energ¨ªa, la inflaci¨®n subyacente s¨ª que es positiva, aunque menos de lo que se desear¨ªa. Pero supongamos que finalmente se consigue el objetivo.
Pensemos que, aunque tarde y a trompicones, con helic¨®ptero o sin ¨¦l, la inflaci¨®n se acerca al 2% ¡ªpor ejemplo con un petr¨®leo barato pero algo m¨¢s caro que el actual¡ª y se comienza a situar en el terreno deseado ?Saldr¨ªa la eurozona de este marasmo econ¨®mico? ?Podr¨¢n retirarse los est¨ªmulos monetarios? No est¨¢ del todo claro.
Hoy por hoy, por ejemplo, el PIB espa?ol crece por encima del 3% con inflaci¨®n negativa. No hace mucho que los papeles estaban cambiados: sufr¨ªa un crecimiento an¨¦mico con inflaci¨®n elevada. Y as¨ª sucede tambi¨¦n en otros pa¨ªses europeos. Y en Estados Unidos. El ejercicio de doma del brutal animal que han sido los QE va a ser complicado. De hecho, cualquier retirada de est¨ªmulos o subida de tipos futura parece m¨¢s una concesi¨®n temporal para poder volver a tener margen a la baja que una senda cre¨ªble de endurecimiento monetario.
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