Un astillero de veleros en un mar de olivos
Tarsis es l¨ªder en la fabricaci¨®n de barcos peque?os subcontratando a las pymes de And¨²jar
And¨²jar puede parecer el peor lugar para construir veleros. Rodeado de un mar de olivos hasta donde se pierde la vista, est¨¢ a 200 kil¨®metros del agua salada. Nadie esperar¨ªa ver un barco subido al remolque de un cami¨®n cuando circula por la autov¨ªa de Andaluc¨ªa. Pero all¨ª est¨¢ Tarsis, en Ja¨¦n, el astillero l¨ªder (y casi ¨²nico) produce veleros de peque?a-mediana eslora, entre seis y ocho metros, en Espa?a.
Podr¨ªa decirse que son ¡°astilleros altivos¡±, parafraseando a los aceituneros del verso de Miguel Hern¨¢ndez porque tienen motivos: han conseguido que su modelo Tarsis 20 haya sido preseleccionado para Barco del a?o en Francia, la patria de los orgullosos constructores de veleros.
Pero en tiempos de crisis, los astilleros no tienen el glamour que se les puede imaginar. Para empezar, Juan S¨¢nchez Galera (Linares, 1967), es el presidente, el consejero delegado y ¨²nico trabajador de Tarsis. Para fabricar los barcos emplea a diferentes trabajadores de And¨²jar: el herrero hace los candeleros y pasamanos inoxidables de la cubierta; el carpintero (que tambi¨¦n repara los pasos de Semana Santa), el tim¨®n, la ca?a y las puertas del interior y una empresa textil, fabrica la tapicer¨ªa.
De lo m¨¢s importante, el doble casco, se encargan los principales fabricantes de piscinas privadas de And¨²jar, los hermanos Diego. De hecho, el astillero est¨¢ dentro de una nave industrial llena de piscinas en proceso de fabricaci¨®n, donde los barcos solo ocupan una peque?a parte. ?Por qu¨¦ en este sitio? Barcos y piscinas se hacen con el mismo material: poli¨¦ster y fibra de vidrio. Con este sistema, S¨¢nchez ha logrado producir un barco homologado por Europa y reconocido como insumergible.
Una empresa flexible
¡°Ninguno de estos trabajadores est¨¢ en la n¨®mina de la empresa, pero son parte fundamental de ella. Son pymes con las que puedo ensamblar un buen barco y, a la vez, dar trabajo a empresas golpeadas por la crisis. Este sistema hace que el astillero tenga una estructura muy flexible. Puedo fabricar seis barcos en un mes y luego estar dos meses sin hacer ninguno¡±, describe S¨¢nchez, que trabaja bajo pedido.
Tarsis tiene una organizaci¨®n pr¨¢ctica, pero no la que sue?a su due?o. ¡°Me gustar¨ªa tener un astillero estupendo, con salida al mar, con empleados uniformados con el escudo de Tarsis en sus batas¡pero no ser¨ªa rentable y los barcos me saldr¨ªan mucho m¨¢s caros¡±. La empresa ha facturado unos 250.000 euros en el ¨²ltimo ejercicio, lo que le ha permitido cerrar en beneficios.
S¨¢nchez explica que fabricar por subcontrataci¨®n le permite ¡°ajustar costes y vender los veleros un 30% m¨¢s baratos que mis competidores franceses, sin rebajar la calidad de los materiales. Tampoco tengo intermediarios, lo que reduce precios¡±, detalla.
Su filosof¨ªa es que ¡°navegar no debe ser un lujo al alcance de unos pocos. Mis barcos valen como un coche medio, entre los 18.000 y 22.000 euros, dependiendo del acabado¡±, explica.
S¨¢nchez es un tipo peculiar. Es abogado, de muy entretenida conversaci¨®n, y autor de tres novelas hist¨®ricas. Lleva 26 a?os fabricando barcos y ha pasado por todo. Sabe bien lo que es la derrota. En 2007 vendi¨® su primer astillero, Astraea, consciente de que la crisis iba a hundir al sector. ¡°Supuse que ser¨ªa imposible mantener una plantilla de 16 personas fijas, la mitad con una antig¨¹edad de 10 a?os. Lo vend¨ª todo¡±.
Tambi¨¦n conoce la amarga sensaci¨®n del fracaso. ¡°En 1994, constru¨ª un barco que era muy seguro, pero horroroso de feo. No gust¨® a nadie en el primer Sal¨®n de N¨¢utico de Barcelona¡±, admite S¨¢nchez. Aprendi¨® de los errores del pasado y no olvida que este sector puede pasar de fabricar entre 400 y 500 veleros al a?o a solo 20 cuando se hunde la econom¨ªa.
Tras el fiasco de la crisis, entre 2008 y 2014, se dedic¨® a trabajos relacionados con la vela, como dirigir la N¨¢utica Sanibasa y ser proveedor de la Federaci¨®n Marroqu¨ª de Vela. Luego volvi¨® a los astilleros. Una de las mayores inversiones de Tarsis en el arranque fue el dise?o y la fabricaci¨®n de los moldes, ¡°que es el activo m¨¢s importante. Contamos con un pr¨¦stamo de 65.000 euros de la sociedad p¨²blica Enisa, algo clave porque me dio fuerzas para reinventarme hace un par de a?os¡±.
Juan S¨¢nchez se define como ¡°navegante¡±, aunque trabaja en Ja¨¦n y su familia vive en Madrid. Es un optimista, convencido de que Espa?a no saldr¨¢ de la crisis ¡°hasta que vuelva a ser un pa¨ªs que fabrica. Espa?a est¨¢ desindustrializada¡±. Por eso ¨¦l produce barcos veleros.
?Por qu¨¦ un barco vale 60 veces m¨¢s que la cuba de un tractor?
Un hecho casual convirti¨® a Juan S¨¢nchez en fabricante de barcos. ¡°En el verano de 1993 acompa?¨¦ a mi suegro en Ja¨¦n a comprar una cuba de sulfatar olivos para el tractor. Ah¨ª se me encendi¨® la bombilla: la cuba ten¨ªa seis metros de largo (lo mismo que un velero), fabricada en fibra de vidrio/poli¨¦ster (igual que los yates), con una parte inferior y otra superior (casco y cubierta), y val¨ªa 400 euros. Entonces, ?por qu¨¦ un velero viejo costaba 6.000 euros y 24.000, 60 veces m¨¢s, si era nuevo?¡±, se pregunt¨®. S¨¢nchez, aficionado a la vela, sab¨ªa que los materiales y el proceso de fabricaci¨®n ¡°apenas supon¨ªan una cuarta parte de su precio de venta¡±. Con esta intuici¨®n, ¡°y la inconsciencia de los 26 a?os me lanc¨¦ a producir barcos¡±.
Luego vieron las primeras decepciones: ¡°Aprend¨ª que en los yates, tan importante o m¨¢s que el precio es el dise?o. Ahora nuestros barcos ganan la Copa del Rey y son elogiados por la dura cr¨ªtica francesa¡±.
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