La empresa progresa si se compromete
Naciones Unidas invita a las corporaciones a implicarse en los objetivos de desarrollo global
Dec¨ªa James Surowiecki en The Best Business Crime Writing of the Year que el capitalismo funciona mejor cuando la virtud es recompensada, y no cuando la virtud constituye una recompensa en s¨ª misma. En un planeta en el que viven 836 millones de personas en extrema pobreza y una de cada cinco subsisten con menos de 1,5 d¨®lares diarios, al capitalismo le queda un enorme camino para equilibrar m¨ªnimamente el ecosistema social. Por eso Naciones Unidas marc¨® en septiembre de 2015 los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), basados en las ocho medidas contra la pobreza que los Estados se comprometieron a alcanzar a principios de siglo. Hambre cero, educaci¨®n de calidad, igualdad de g¨¦nero, energ¨ªa asequible y no contaminante, paz, justicia, trabajo decente, crecimiento econ¨®mico, instituciones s¨®lidas... Por primera vez, el sector privado, y no solo los Gobiernos, est¨¢ llamado a involucrarse en ese desarrollo global, lo que significa que las empresas deben comenzar a trabajar en asimilar lo que las sociedades necesitan para prosperar. Por ese motivo, EL PA?S, gracias al patrocinio de Ferrovial, organiz¨® esta semana un coloquio para intentar reflexionar sobre el papel de las corporaciones en esta tarea.
¡°La agenda introduce dos cosas especialmente importantes: es universal, afecta a todos los pa¨ªses, y adem¨¢s introduce la idea de que la responsabilidad de erradicar la pobreza no es exclusiva de los Gobiernos, y eso implica a universidades, sociedad civil, sector privado...¡±, resume Paloma Dur¨¢n, directora del Fondo de Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ana Sainz, directora de la fundaci¨®n Seres (cuyo patronato est¨¢ formado por corporaciones como Inditex, Kpmg, Endesa o Coca-Cola), a?ade que no se trata de pura filantrop¨ªa, ¡°es una preocupaci¨®n por el progreso de la sociedad y por tanto, el progreso de las empresas¡±.
?Y qu¨¦ gana la sociedad con la participaci¨®n de las empresas? En los preparativos para la agenda post-2015 de la ONU, grandes corporaciones ya est¨¢n jugando un rol relevante e integral en el desarrollo sostenible. Lo hacen con contribuciones a trav¨¦s de sus propias operaciones de negocio y cadenas de valor o con inversiones sociales. Para lograr que esta transformaci¨®n se extienda se ha creado un grupo asesor con 13 empresas, cuatro de ellas espa?olas: la Fundaci¨®n BBVA Microfinanzas, Ebrofood, Seres y Ferrovial. Todas trabajan juntas con la ONU en dar respuestas a ese desaf¨ªo: averiguar c¨®mo se integra la sostenibilidad en el ADN de las corporaciones. ¡°El Fondo ODS se enfrenta al reto de hacer que se involucren m¨¢s activamente con los Gobiernos, la sociedad civil y las Agencias de la ONU¡±, sostiene Dur¨¢n. ¡°Pero no es lo mismo una firma 5.000 empleados que otra de 500. Ni una que se dedica a la miner¨ªa que una de alimentaci¨®n. Ni una que funciona seg¨²n criterios europeos u otra que usa los americanos¡±. Lo que s¨ª tienen en com¨²n es que saben lo que significa el compromiso: seg¨²n una encuesta realizada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo entre 1.000 consejeros delegados de 100 pa¨ªses y 25 industrias diferentes, el 80% piensa que demostrar una voluntad de acci¨®n en materia de desarrollo sostenible implica un punto diferenciador en sus respectivos negocios.
Juan Francisco Polo, director de comunicaci¨®n y RSC de Ferrovial, cree que estar en ese comit¨¦ les involucra en intentar contribuir a mejorar los problemas que tiene la humanidad en el horizonte del 2030. ¡°Nosotros trabajamos en infraestructuras. Hacemos carreteras porque los pa¨ªses reconocen que para el desarrollo de una zona son necesarias. Lo que pedimos las empresas es que haya estabilidad, confianza, seguridad jur¨ªdica, que nuestras inversiones respeten el retorno que permita mantener la rueda de la inversi¨®n... pedimos que haya un cierto reconocimiento social y p¨²blico a la contribuci¨®n que hacen las empresas al desarrollo¡±.
Para Isabel Roser, videpresidenta de la asociaci¨®n Dirse, ¡°la nueva agenda se convierte para ellas en una partitura universal para escribir su nuevo liderazgo en la sociedad. Las empresas o tienen una posici¨®n fuerte para ejercer un liderazgo en la sostenibilidad o desaparecer¨¢n¡±. Los obst¨¢culos vienen, seg¨²n sostiene Ram¨®n Pueyo, socio del ¨¢rea de Gobierno, Riesgo y Cumplimiento de KPMG, cuando hay que traducir ¡°al lenguaje micro aspectos que a veces tienen un tama?o tan grande que abruman¡±. Porque lo importante, como a?ade Roser, ¡°no es hacer por hacer, sino plantearse qu¨¦ realidades se cambian. Ese es el salto de pasar de una visi¨®n a corto plazo o a largo¡±.
Si las empresas han asumido que actuar es importante, ?por qu¨¦ no se est¨¢ haciendo m¨¢s? Sainz lo resume en la urgencia. ¡°Tenemos prisa, pensamos mucho en el corto plazo. Las empresas est¨¢n muy marcadas por la presentaci¨®n de resultados y este tipo de proyectos llevan una maduraci¨®n superior¡±. A¨²n as¨ª, piensa que en los ¨²ltimos a?os se ha consolidado un pensamiento: ¡°Ya no hay duda que la relaci¨®n entre empresa y sociedad es necesaria¡±.
Juan Francisco Polo recuerda que grandes cambios en la Humanidad han nacido del sector privado y que puede actuar como locomotora del cambio. ¡°Te llama la atenci¨®n la capacidad de arrastre que tiene una gran empresa. En nuestro caso, estamos obligados que cualquiera que colabore con nosotros acepte los mismos criterios, principios y metodolog¨ªas respecto a Recursos Humanos, medioambiente, etc¡±.
Las compa?¨ªas m¨¢s inteligentes a lo largo de toda la historia, creen los invitados al coloquio, se han preocupado por estar en el lado bueno de las corrientes sociales. ¡°Gracias al dinero de Rockefeller, que sin embargo no era un ejemplo en muchas cosas, se descubrieron la penicilina y la doble h¨¦lice del ADN. Hay una relaci¨®n entre la capacidad de prosperar y la preocupaci¨®n por estas cuestiones. Las cosas cambian por coacci¨®n, convicci¨®n o conveniencia. Ahora se trata de que el compromiso llegue a todas, de buscar esa motivaci¨®n que las haga cambiar¡±, abunda Ram¨®n Pueyo. Para conseguirlo no hay un solo camino, asegura Paloma Dur¨¢n. ¡°Una de las grandes lecciones que Naciones Unidas ha aprendido es que, aunque se hable del sector privado hay muchas f¨®rmulas y maneras de trabajar. Se trata de garantizar que cada empresa, seg¨²n sus circunstancias, pueda dar una respuesta¡±.
Isabel Roser reivindica que uno de los cambios culturales que conlleva este nuevo modelo propuesto por la ONU sea el trabajar la confianza. ¡°Una confianza que nos permita ser aliados¡±. Una confianza que tambi¨¦n debe extenderse a la sociedad. ¡°Ser capaces de discriminar entre quien lo hace mejor y peor.
Nuevo escenario
El panorama mundial ha cambiado. En 2015, 77 pa¨ªses han pasado a ser Estados de rentas medias. No estaban considerados as¨ª por la ONU en el a?o 2000. El crecimiento econ¨®mico ha sido muy importante y a la vez se han generado grandes bolsas de desigualdad. Pa¨ªses tradicionalmente donantes, al mismo tiempo, han reducido su contribuci¨®n a las pol¨ªticas de reequilibrio. Paloma Dur¨¢n recuerda que la agenda actual ¡°hay que situarla en un contexto muy distinto. La pobreza, ahora, afecta a todas las sociedades, y hay que involucrar a todos los actores. No hay pr¨¢cticamente nada blanco o negro: las empresas est¨¢n creadas con ¨¢nimo de lucro, lo que quiere decir que habr¨¢ que ver de qu¨¦ manera se integra la responsabilidad. Las universidades han hecho programas de desarrollo en el terreno, pero quiz¨¢ su mayor aportaci¨®n puede ser el conocimiento¡±.
El contexto pol¨ªtico es otra amenaza: el fen¨®meno migratorio, los miedos de la poblaci¨®n que se traducen en comportamientos como el Brexit, el ascenso de candidatos populistas como Donald Trump en Estados Unidos. Quiz¨¢, apuntan algunos de los participantes, se haya perdido un poco la perspectiva global, porque los pa¨ªses donantes se han encerrado en sus propios problemas. El mensaje de los participantes es que no se pueden poner puertas al campo. ¡°Nos hemos metido en un movimiento global. Cada uno de nosotros podemos movilizar a los dem¨¢s, aunque no queramos verlo. Por poner un ejemplo: nos acordamos del ?bola cuando afect¨® a los pa¨ªses desarrollados. No nos damos cuenta de que lo que pasa en cualquier parte del mundo nos afecta. Tenemos que buscar oportunidades de crecimiento conjunto¡±.
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