Inquietante
Los partidos no pueden permitirse mantenerse en la inacci¨®n y en la negatividad ante el d¨¦ficit p¨²blico
El ¨²ltimo informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef)¡ª el organismo encargado de velar por la sostenibilidad de las cuentas p¨²blicas¡ª prev¨¦ un d¨¦ficit p¨²blico por encima del 4% del PIB en 2016; cerca incluso del 5% si no se adoptan r¨¢pidas actuaciones ya. La causa fundamental de este nuevo desajuste es la relajaci¨®n en el control presupuestario que comenz¨® en 2015 y que, sin duda, tiene mucho que ver con la celebraci¨®n de elecciones, en una suerte de d¨¦j¨¤ vuque nos evoca lo ocurrido a finales de 2011.
La diferencia fundamental es que entonces est¨¢bamos en plena recesi¨®n y en la actualidad estamos en medio de una expansi¨®n fiscal notable. Entonces ten¨ªa fundamento pedir a la Comisi¨®n Europea apoyo y aplazamientos a la hora de volver a la meta del 3% de d¨¦ficit; hoy nos deber¨ªa preocupar enormemente la posibilidad de que el crecimiento econ¨®mico se frene, por los diversos riesgos en el escenario internacional y porque nuestro entorno inmediato parece condenado a un crecimiento a tasas muy bajas seg¨²n los est¨¢ndares de los ¨²ltimos setenta a?os. Si esa posibilidad se concreta, el d¨¦ficit volver¨ªa a remontar a niveles insostenibles, con una deuda p¨²blica ya en un nivel muy elevado.
Y el problema no se soluciona a golpe de cierre de ejercicio o improvisaciones fiscales que alteran de forma importante la planificaci¨®n financiera de las empresas. Necesitamos ir mucho m¨¢s all¨¢, con lo que ello implica para el reparto de las cargas fiscales o los servicios p¨²blicos y los diversos programas de rentas, incluidas las pensiones.
Frente al men¨² fiscal del Gobierno anterior (rebajas fiscales y ca¨ªda del gasto p¨²blico) deber¨ªamos encontrarnos con soluciones m¨¢s equilibradas y ambiciosas en lo institucional, que profundicen en la reforma tributaria y del gasto, que combatan el fraude fiscal con mayor intensidad, introduzcan la evaluaci¨®n sistem¨¢tica de la rentabilidad social de las pol¨ªticas p¨²blicas, opten por el ensayo previo de los cambios para evitar errores como la muy desenfocada reforma local¡
En definitiva, perdidos cuatro a?os para las reformas de fondo de nuestro sector p¨²blico, deber¨ªamos aprovechar la actual fragmentaci¨®n del Congreso para dise?ar y pactar un ambicioso programa reformista en que queda de d¨¦cada, con un amplio apoyo que garantice que el proceso no se revierta en caso de un cambio de ejecutivo.
Los partidos deben aprender a vivir en un entorno de negociaci¨®n que les va a impedir desarrollar plenamente sus programas pero que, a cambio, les puede permitir influir sobre la acci¨®n de gobierno, incluso estando fuera de ¨¦l.
En estos momentos no podemos permitirnos mantenernos en la inacci¨®n y la negativa. Los partidos tiene la obligaci¨®n de remangarse y encontrar soluciones. Sin duda es un escenario m¨¢s complejo e inc¨®modo que el habitual hasta ahora, con roles separados y bien definidos. Pero es el que tenemos. Y si alguien no sabe o no quiere moverse en ¨¦l, quiz¨¢ deber¨ªa pensar en buscarse otro trabajo.
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