Regreso al futuro bancario
No parece que los test de estr¨¦s vayan a generar los efectos que la industria financiera precisa
Las pruebas de esfuerzo a la banca son una foto del pasado reciente, aunque desactualizada. Los mercados son como el Marty Mcfly, que regresa a los valores bancarios al futuro. Las entidades financieras europeas iniciaron la jornada liderando las subidas en algunos de los principales ¨ªndices burs¨¢tiles, aunque se desinflaron despu¨¦s para acabar cayendo, en alg¨²n caso, de manera significativa.
No parece que el test de estr¨¦s a 51 bancos europeos publicado el viernes vaya a producir ese efecto de transparencia y ordenaci¨®n que la industria financiera europea precisa para recuperar la confianza de los inversores de forma m¨¢s permanente. Varios son los problemas que persisten. El primero y m¨¢s obvio es la dificultad para generar altas rentabilidades, en buena parte condicionadas por un entorno de tipos de inter¨¦s negativos y, en otra parte, por falta de reestructuraci¨®n y aceptaci¨®n del cambio en la demanda, m¨¢s acusada en unos pa¨ªses europeos que en otros.
En segundo lugar, la salud de la banca italiana sigue en entredicho. Una lectura pol¨ªtica y respetable de las pruebas de esfuerzo es que los problemas se centran de forma casi exclusiva en Monte dei Paschi di Siena. Este banco present¨® un plan de recapitalizaci¨®n y de titulizaci¨®n de pr¨¦stamos problem¨¢ticos el mismo viernes que explica su recuperaci¨®n burs¨¢til de ayer. Asimismo, grandes conglomerados como Intesa o Unicredit parecen ofrecer capacidad de resistencia a escenarios adversos. Sin embargo, el desaf¨ªo para la banca italiana sigue siendo demasiado grande como para obviarlo. Con la morosidad por encima del 20% en promedio no puede hablarse de una crisis focalizada. Con el escenario macroecon¨®mico italiano a mano, la situaci¨®n s¨®lo va a empeorar y las p¨¦rdidas no pueden esconderse en los cajones m¨¢s tiempo o repartirse titulizada entre los propios bancos italianos. Se insiste en que sea el contribuyente (bail-out) y no el accionista o tenedor de bonos bancario (bail-in) el que sufra las p¨¦rdidas. Parece que cuando se habla de deuda o d¨¦ficit se trata de un concepto abstracto, ajeno al ciudadano. Sin embargo, si los acreedores asumen las p¨¦rdidas sus quejas se oir¨ªan y todos los valores de renta fija y variable de la banca italiana podr¨ªan verse perjudicados. Pero ese era el acuerdo al que se lleg¨® con la uni¨®n bancaria. No obstante, una vez m¨¢s, la gobernanza europea navega en el terreno de las excepciones. Lo que no parece cre¨ªble es que se diga que un tratamiento especial a Italia est¨¢ justificado porque se debe a una recesi¨®n y no a la gesti¨®n bancaria. Con esa morosidad¡ En el caso espa?ol no hubo excepciones, en medio de la crisis de deuda soberana. ?Mala suerte o tratamiento desigual?
Por otro lado, no todo es riesgo de cr¨¦dito. Los test apuntan a que los riesgos de mercado y operacionales son muy relevantes en algunos casos. En Alemania emergen como el Guadiana pero, curiosamente, nunca en ¨¦poca de examen. Los grandes bancos germanos siempre est¨¢n en el filo de la navaja y nunca ofrecen la transparencia debida. As¨ª es dif¨ªcil que la confianza en el sector vuelva para quedarse. El striptease bancario espa?ol se queda en soledad¡ aunque ayud¨® bastante a resolver los problemas propios.
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