Un verdadero reto
La mala evoluci¨®n de la recaudaci¨®n del impuesto de sociedades est¨¢ complicando el cumplimiento del objetivo de d¨¦ficit
El impuesto sobre sociedades (IS) se ha convertido en asunto de atenci¨®n p¨²blica en las ¨²ltimas semanas, por distintos motivos. La mala evoluci¨®n de su recaudaci¨®n est¨¢ complicando el cumplimiento del objetivo de d¨¦ficit, lo que a su vez ha provocado la recuperaci¨®n imprevista de los pagos por anticipado de las grandes empresas. Empresas que se quejan, con raz¨®n, de que estos cambios continuos complican su gesti¨®n y trastornan su planificaci¨®n financiera. Lo anterior tiene que ver, en buena medida, con la interacci¨®n entre el dise?o del impuesto y la crisis econ¨®mica. Porque las empresas pueden descontarse de los beneficios actuales las importantes p¨¦rdidas que muchas de ellas acumularon en una crisis sin par. Y esta compensaci¨®n durar¨¢ todav¨ªa un tiempo.
Pero existen otras tendencias subyacentes que deber¨ªan preocuparnos m¨¢s. En particular, un reciente y recomendable informe del Institut d?Econom¨ªa de Barcelona sobre tributaci¨®n societaria y multinacionales dibuja el siguiente escenario.
En los ¨²ltimos a?os, estamos asistiendo a un proceso de competencia fiscal entre pa¨ªses que se traduce en rebajas generales, progresivas y sustanciales en los tipos nominales del impuesto. En la UE28, hemos pasado de una media del 32% en 2000, al 22,7% en 2015. Es verdad que, en paralelo, los pa¨ªses han eliminado algunas ventajas fiscales que ampl¨ªan las bases. Pero no compensan. El tipo efectivo ha pasado del 27,4% en 2000 al 21,1% en 2014. Una rebaja que ha sido muy superior para las empresas multinacionales a trav¨¦s del tratamiento preferente de rentas por patentes. Si en el a?o 2000 estas bonificaciones eran poco relevantes (Espa?a introdujo en 2007 los llamados patent boxes) permitieron que el tipo efectivo medio en la UE bajase hasta el 11% en 2014. Pero la cosa no acaba aqu¨ª. Porque la realidad es que las empresas multinacionales est¨¢n siguiendo estrategias de elusi¨®n fiscal, legales o ilegales, para conseguir llevar el beneficio a los pa¨ªses de menor tributaci¨®n (para¨ªsos fiscales) y acabar pagando porcentajes todav¨ªa m¨¢s bajos.
Visto el escenario, la estrategia racional para los pa¨ªses tomados individualmente es entrar en la carrera, reducir la carga fiscal y atraer a las empresas. Pero colectivamente esto nos lleva a una soluci¨®n de desfiscalizaci¨®n de rentas en la que todos los pa¨ªses acaban recaudando menos que al principio. En la terminolog¨ªa de la teor¨ªa de juegos, un dilema del prisionero.
Un asunto serio que, s¨ª cabe, va a agravarse en el futuro. Primero, porque el protagonismo de las multinacionales tiende a aumentar. Segundo, porque las rentas del capital tienden al alza en el reparto de la tarta, por diversos motivos; entre ellos la imparable extensi¨®n de la rob¨®tica y la inteligencia artificial en el largo plazo. La soluci¨®n pasa ineludiblemente por trabajar a escala internacional. Los pa¨ªses de la OCDE tienen que ponerse de acuerdo en criterios y normas; tienen que jugar cooperativamente para evitar caer en el equilibrio desfiscalizador al que nos conduce inexorablemente las estrategias individuales.
Santiago Lago es director de GEN (Universidade de Vigo)
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