Infraestructuras necesarias
Las instituciones multilaterales deber¨ªan cofinanciar proyectos de inversi¨®n en Am¨¦rica Latina
El conjunto de la econom¨ªa mundial necesita de impulsos inversores que, adem¨¢s de propiciar el crecimiento econ¨®mico y del empleo, sienten las bases para aumentos de la productividad empresarial. En determinadas econom¨ªas esa necesidad es absolutamente prioritaria en su materializaci¨®n en destinos b¨¢sicos como son las infraestructuras. Es el caso de Am¨¦rica Latina, donde el crecimiento a largo plazo est¨¢ ahora m¨¢s amenazado que en las dos d¨¦cadas precedentes.
Esas carencias en todo tipo de infraestructuras no son precisamente una novedad. Desde mucho antes de la fase expansiva en la demanda de materias primas que acaba de concluir, la regi¨®n defin¨ªa dos obst¨¢culos b¨¢sicos para su desarrollo a largo plazo: la elevada desigualdad en la distribuci¨®n de la renta y de la riqueza, por un lado, y la insuficiente dotaci¨®n de cualquier forma de capital, f¨ªsico, tecnol¨®gico y humano, por otro. En las dos ¨²ltimas d¨¦cadas ese tipo de inversi¨®n no ha superado en media el 3% del PIB en el conjunto de la regi¨®n, una proporci¨®n muy inferior a la de la mayor¨ªa de las econom¨ªas emergentes, desde luego las asi¨¢ticas. Las clases dirigentes de esos pa¨ªses han hecho o¨ªdos sordos a las recomendaciones que desde hace d¨¦cadas vienen formulando las organizaciones multilaterales, la CEPAL entre ellas. Adem¨¢s del transporte, la regi¨®n sigue adoleciendo de insuficientes inversiones en telecomunicaciones, energ¨ªa o sanidad.
Ahora, con la demanda de materias primas debilitada, los precios reducidos y los flujos de capital extranjero m¨¢s reticentes, el crecimiento econ¨®mico de la regi¨®n seguir¨¢ siendo bajo. Tras la contracci¨®n del a?o pasado y este, la expansi¨®n del PIB del conjunto de las econom¨ªas latinoamericanas no superara el 1,6% el a?o que viene. Tendr¨¢ lugar en un contexto de mayor inestabilidad financiera, poco favorable para la asimilaci¨®n del elevado endeudamiento empresarial y del deterioro de las finanzas p¨²blicas en las principales econom¨ªas de la regi¨®n. Un entorno, en definitiva, poco propicio para eliminar ese cuello de botella que para el desarrollo de la regi¨®n constituye la ausencia de infraestructuras suficientes. No solo las m¨¢s sofisticadas, sino las m¨¢s elementales y esenciales para el transporte de personas y de mercanc¨ªas, para conectar a las econom¨ªas nacionales y aumentar el crecimiento potencial de la regi¨®n.
Desde compromisos reformistas suficientemente vinculantes para los gobiernos, las instituciones multilaterales, desde luego el BID y el Banco Mundial, deber¨ªan cofinanciar proyectos de inversi¨®n con el concurso del capital privado, de dentro o fuera de la regi¨®n, que permitan sentar las bases de un renovado crecimiento. Avanzar en convergencia real, en PIB por habitante, con el resto del mundo exige, adem¨¢s de sistemas fiscales suficientemente eficaces, de inversi¨®n p¨²blica sostenida en dotaciones de capital f¨ªsico y humano que propicien la necesaria modernizaci¨®n econ¨®mica del conjunto de Am¨¦rica Latina. La nuevas inversiones no deber¨ªan bajar del 5% del PIB promedio, desde los niveles inferiores al 3% actuales. Sin una intensidad inversora tal, sin las consecuentes posibilidades log¨ªsticas, los nuevos acuerdos comerciales como la Alianza del Pac¨ªfico, o las cercanas relaciones de algunas econom¨ªas con China apenas generaran mayor crecimiento potencial, no se traducir¨¢n en ganancias de prosperidad. Las ventajas de la participaci¨®n en la din¨¢mica de globalizaci¨®n, en definitiva, volver¨¢n a ser un mero espejismo para la mayor¨ªa y con ¨¦l la necesaria estabilidad social y pol¨ªtica de una regi¨®n en la que el 28% de la poblaci¨®n est¨¢ sumida en la pobreza, seg¨²n la OCDE, y una parte no menos significativa de su econom¨ªa sigue movi¨¦ndose a sus anchas en la informalidad, sin cumplir las m¨¢s m¨ªnimas exigencias fiscales.
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