Asegurar la pujanza aeroespacial

El sector de la construcci¨®n aeron¨¢utica est¨¢ ascenso. La producci¨®n global aumenta y sigue inmersa en un profundo cambio tecnol¨®gico, susceptible de contribuir a la modernizaci¨®n de otros sectores industriales y de servicios: de ejercer un evidente efecto arrastre. Las previsiones de demanda apuntan a un crecimiento notable en los pr¨®ximos 20 a?os, un elemento central en la adopci¨®n de decisiones de inversi¨®n por parte de las empresas operadoras: un factor reductor de incertidumbre que justificara avances adicionales en la modernizaci¨®n tecnol¨®gica de la producci¨®n, especialmente en un sector en el que el periodo de maduraci¨®n de las inversiones es relativamente dilatado.

En Espa?a este sector ha ido ganando un mayor peso en nuestra econom¨ªa. En poco m¨¢s de 15 a?os ha triplicado su facturaci¨®n hasta llegar a contribuir con m¨¢s de 7.600 millones de euros y el mantenimiento de m¨¢s de 42.000 empleos directos, muchos de ellos de elevada cualificaci¨®n. En la significaci¨®n que este sector tiene para la econom¨ªa espa?ola hay que a?adir la diversidad geograf¨ªa donde se genera su producci¨®n y, no menos relevante, la intensidad tecnol¨®gica del mismo.

Al igual que en otros sectores de nuestra econom¨ªa, el tama?o medio de los operadores que conforman el censo empresarial es un problema. Son m¨¢s de 350 empresas las que oficialmente contribuyen a la generaci¨®n de ingresos en el sector, de las que m¨¢s del 95% son de peque?a y mediana dimensi¨®n. Ese tama?o medio limita de forma significativa la capacidad competitiva en los mercados globales, en los que la presencia espa?ola ha sido relativamente tard¨ªa: son dimensiones que no favorecen la inversi¨®n tecnol¨®gica suficiente o la disposici¨®n de capital humano adecuado para generar ganancias de productividad suficientes.

Dentro del sector es el antiguo consorcio Airbus el que aglutina buena parte del valor creado, casi el 75% y, desde luego, el m¨¢s importante cliente de toda la industria auxiliar. Pero la posici¨®n de este gran operador no est¨¢ exenta de amenazas, en especial las provenientes de su principal competidor, el gigante americano Boeing, con una intensidad tecnol¨®gica cada d¨ªa mayor. Tambi¨¦n en econom¨ªas emergentes como China, India o incluso Brasil. Por eso son cada d¨ªa m¨¢s expl¨ªcitos los movimientos de no pocos gobiernos en la direcci¨®n de apoyar la producci¨®n dom¨¦stica, de cuidar la generaci¨®n de valor y la bien acreditada tracci¨®n de este sector sobre el conjunto de las econom¨ªas.

Reducir esa excesiva dependencia del grupo Airbus es conveniente para la pujanza competitiva del conjunto. Para ello hay que facilitar la completa emergencia de las ventajas competitivas de otras empresas menores, pero susceptibles de ser protagonistas de las transformaciones tecnol¨®gicas que el sector en su conjunto est¨¢ reclamando. No es solo tarea de los gobiernos, sino de los propios empresarios del sector.

Es algo asumido ampliamente que la econom¨ªa espa?ola no solo necesita intensificar su crecimiento para absorber los importantes desequilibrios que hoy presenta, el desempleo y el d¨¦ficit p¨²blico, de forma destacada. Necesita igualmente acelerar su modernizaci¨®n. Y este sector puede ser uno de los vectores en torno al cual se concreten decisiones de inversi¨®n en capital tecnol¨®gico y humano que lo permitan, como se ha hecho en los ¨²ltimos a?os. A la menor importancia de la correspondiente demanda militar hay que responder con una mayor inversi¨®n en I+D en el sector de la aeron¨¢utica civil. Pero esos esfuerzos no deben ser aislados nacionalmente. Este sector es claramente un ejemplo de la necesidad de coordinaci¨®n e intensificaci¨®n inversora en el seno de la Uni¨®n Europea, con el fin de aprovechar la pujanza de un sector que, nunca mejor dicho, seguir¨¢ disponiendo de un car¨¢cter estrat¨¦gico.