Un a?o de crisis y a¨²n muchos frentes abiertos
Volkswagen ha destinado miles de millones a indemnizaciones y provisiones, pero el esc¨¢ndalo de las emisiones est¨¢ lejos de haber acabado
El 17 de septiembre del a?o pasado, la canciller Angela Merkel se dejaba fotografiar en el Sal¨®n del Autom¨®vil de Fr¨¢ncfort junto a la sonriente c¨²pula de Volkswagen, entre la que destacaba su presidente, Martin Winterkorn. ¡°Vivimos un gran cambio tecnol¨®gico y social. Nuestra misi¨®n es ser el motor de ese cambio¡±, asegur¨® el todopoderoso ejecutivo del que se dec¨ªa que controlaba hasta el ¨²ltimo tornillo de su empresa. Al d¨ªa siguiente, el sector automovil¨ªstico europeo y el orgullo alem¨¢n recib¨ªan un golpe del que a¨²n no se han recuperado. Un a?o despu¨¦s de que estallara la manipulaci¨®n masiva de motores di¨¦sel, Volkswagen trata de adaptarse a los nuevos tiempos.
Los consumidores europeos protestan por recibir un trato peor que en EE UU
En los ¨²ltimos 12 meses, la compa?¨ªa que era el orgullo de la primera econom¨ªa europea se ha visto obligado a reemplazar a su presidente, ha visto c¨®mo en solo dos d¨ªas se esfumaban m¨¢s de 25.000 millones de su valor en Bolsa, ha registrado las mayores p¨¦rdidas de su historia y ha dotado provisiones y pagado indemnizaciones milmillonarias. Su acci¨®n ronda hoy los 120 euros, mientras que a principios del a?o pasado estaba en los 250.
Volkswagen ha logrado, por otra parte, mantener el tir¨®n en las ventas y prepara un cambio cultural que promete transformarla. El gigante que factura 200.000 millones de euros y emplea en todo el mundo a 600.000 personas no se ha venido abajo, como predec¨ªan los m¨¢s agoreros. ¡°Volkswagen ha hecho en los ¨²ltimos 12 meses avances sustanciales¡±, dijo esta semana su presidente, Michael M¨¹ller, en el cuartel general de la compa?¨ªa en Wolfsburgo. Es cierto, pero el di¨¦selgate est¨¢ lejos de haber acabado, como muestra el hecho de que cada pocos d¨ªas surjan nuevos frentes en esta crisis que parece no tener fin.
El pen¨²ltimo disgusto lo ha proporcionado Blackrock. La mayor gestora de fondos del mundo anunci¨® el viernes que se un¨ªa a la demanda presentada por un centenar de accionistas que acusan a Volkswagen de haber difundido demasiado tarde la informaci¨®n sobre los enga?os en los niveles de gases contaminantes que emit¨ªan 11 millones de motores di¨¦sel. Es el mismo motivo por el que Winterkorn tiene abierto un proceso en los tribunales alemanes. Los accionistas reclaman una compensaci¨®n de 2.000 millones de euros.
El esc¨¢ndalo salpica al Gobierno alem¨¢n, al que se investiga si ten¨ªa informaci¨®n previa
Es esta una cantidad no muy elevada si se compara con los casi 15.000 millones de d¨®lares con los que indemniz¨® a un grupo de clientes estadounidenses. O los 18.000 millones de euros que la compa?¨ªa ha apartado para provisiones que hagan frente a la crisis. O los m¨¢s de 30.0000 que algunos analistas calculan que puede acabar costando el mayor esc¨¢ndalo de la empresa desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Esta crisis de mil cabezas no ha acabado. Volkswagen puede haber indemnizado a 485.000 compradores estadounidenses, pero otros 85.000 esperan su turno para cobrar compensaciones. Los problemas judiciales se extienden pr¨¢cticamente por todo el mundo: Australia, Corea del Sur, Alemania, Francia, Italia¡ La empresa se enfrenta adem¨¢s a la furia de los clientes de Europa, que ven c¨®mo solo los estadounidenses obtienen jugosas indemnizaciones. Los europeos tienen que conformarse con la reparaci¨®n de los motores. ¡°No puede ser que nos traten como compradores de segunda clase¡±, protestaba el viernes en el diario Handelsblatt Klaus M¨¹ller, jefe de la organizaci¨®n de consumidores m¨¢s importante de Alemania.
Los responsables de la compa?¨ªa insisten en que la estafa no parti¨® de la c¨²pula, sino de unos ingenieros de nivel medio que, ante la presi¨®n por cumplir los objetivos de ventas, prefirieron saltarse la ley. Habr¨¢ m¨¢s informaci¨®n a finales de a?o, cuando el despacho de abogados Jones Day publique la investigaci¨®n que le encarg¨® la propia Volkswagen y para la que ha analizado decenas de miles de documentos y correos electr¨®nicos. Mientras, la empresa ya ha anunciado que a partir de ahora quiere centrarse en el coche el¨¦ctrico, con el lanzamiento de 30 nuevos modelos en la pr¨®xima d¨¦cada.
El esc¨¢ndalo crece; y los damnificados van m¨¢s all¨¢ de una sola empresa. El ¡°made in Germany¡± ha quedado seriamente tocado, sobre todo en EE UU. La tecnolog¨ªa di¨¦sel, tambi¨¦n. La Justicia de EE UU estudia si empresas como Bosch participaron en el enga?o. El Gobierno alem¨¢n, que tanto ha presionado en Europa para ayudar a un sector vital para su econom¨ªa, tampoco sale intacto. El Parlamento investiga si sab¨ªa lo que estaba ocurriendo antes de septiembre de 2015. Este mismo s¨¢bado la revista Der Spiegel publicaba que el Ministerio de Medio Ambiente dispon¨ªa ya en 2008 informaci¨®n sobre la manipulaci¨®n de los motores di¨¦sel. En lugar de investigar estos indicios, el Gobierno opt¨® por borrarlos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.