Moscovici: ¡°No hay automatismo en la decisi¨®n de la multa a Espa?a¡±
El comisario de Econom¨ªa no es partidario de cambiar el Pacto de Estabilidad pero s¨ª de mejorar su funcionamiento
Europa trata de aferrarse a esa barrera difusa que separa la austeridad de la flexibilidad con las cuentas p¨²blicas. En esa tierra de nadie ha encontrado su acomodo Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Econ¨®micos, que logr¨® imponerse al ala m¨¢s dura de la Comisi¨®n Europea al evitar en julio una multa a Espa?a por no haber hecho lo suficiente para enderezar sus n¨²meros. El Gobierno espa?ol se arriesga, pese a todo, a incumplir la principal condici¨®n que estableci¨® Bruselas para sortear esa sanci¨®n: presentar unos presupuestos que encaucen el rumbo en 2017. Dos meses despu¨¦s de aquella decisi¨®n, el comisario env¨ªa un mensaje poco coercitivo. ¡°Lo que est¨¢ claro es que esperamos que Espa?a presente un borrador de Presupuesto, al menos prorrogado [de 2016]¡±, advierte Moscovici en una entrevista con EL PA?S y otros seis medios europeos.
El comisario econ¨®mico muestra enormes cautelas al aventurar qu¨¦ ocurrir¨¢ si el Ejecutivo espa?ol, en funciones desde hace nueve meses, no convence a la Comisi¨®n de que los m¨ªnimos cambios que un Gobierno interino puede introducir en el Presupuesto bastan para contener el d¨¦ficit (5,16% del PIB en 2015): ¡°El colegio de comisarios decidir¨¢. Ahora hay incertidumbre¡±. Pero Moscovici introduce un matiz al ser preguntado por la posible multa ¨C5.500 millones de euros- a la que se enfrenta Espa?a: ¡°No hay automatismo [en la decisi¨®n]¡±. Existir¨¢, por tanto, un considerable margen para evaluar si uno de los pa¨ªses m¨¢s castigados por la crisis merece o no ese correctivo.
M¨¢s all¨¢ de la sanci¨®n, que Espa?a y Portugal esquivaron en julio principalmente porque Bruselas temi¨® enfurecer a una ciudadan¨ªa ya agotada por la larga senda de ajustes, existe otra medida que s¨ª es autom¨¢tica. Se trata de la congelaci¨®n ¨Cparcial- de los fondos estructurales a los que tiene derecho a Espa?a. Ante la falta de esas medidas eficaces sobre la mesa, el Ejecutivo comunitario retendr¨¢ cautelarmente unas cantidades que rondar¨¢n los 1.200 millones de euros. Pero la decisi¨®n no llegar¨¢ hasta que el equipo econ¨®mico de la Comisi¨®n dialogue con el Parlamento Europeo, cuya opini¨®n no es vinculante. Lo m¨¢s probable es que Bruselas acabe congelando igualmente esos fondos. ¡°Pero si se toman medidas [en Espa?a], podemos levantar esa suspensi¨®n¡±, aclara Moscovici.
La voluntad de sancionar parece muy lejana en este comisario, al que el presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, respald¨® para alejar el escenario de castigo a Espa?a. Las instituciones son conscientes de que el sentimiento europe¨ªsta no vive su mejor momento y quieren dar se?ales de que escuchan al ciudadano medio. El problema es que el ciudadano medio de Alemania puede ver en esa mayor laxitud fiscal de Bruselas precisamente un motivo de cr¨ªtica hacia la c¨²pula europea.
El comisario de Asuntos Econ¨®micos trata de hablar para las dos audiencias, un punto de equilibrio muy complejo. ¡°Estoy harto de ser atacado por las dos partes. La Comisi¨®n Europea toma sus decisiones de manera independiente. Y les puedo asegurar que ni una sola de nuestras decisiones va contra las reglas. Somos una Comisi¨®n pol¨ªtica, pero no politizada¡±, se defiende.
Bruselas muestra una enorme inquietud por el auge que viven los populismos ¨Cen diferentes formatos- en toda Europa. Pero las decisiones que pueden ir destinadas a apaciguar los movimientos eur¨®fobos en un pa¨ªs pueden crear el efecto contrario en otro. ¡°Esta es una Comisi¨®n antipopulista. Parte de nuestra misi¨®n es luchar contra los populismos¡±, proclama. Moscovici cree haber encontrado un m¨ªnimo com¨²n denominador en esta afirmaci¨®n: ¡°No necesitamos cambiar las reglas. No vamos a desmantelar el pacto de estabilidad y crecimiento [que fija topes de d¨¦ficit y deuda a los pa¨ªses comunitarios]. Lo que s¨ª es posible es tener un mejor funcionamiento del pacto¡±.
M¨¢s all¨¢ de relajar el cors¨¦ del d¨¦ficit, la Comisi¨®n aboga por otra v¨ªa para recuperar la confianza: la lucha contra la evasi¨®n fiscal. ¡°El caso Apple ha sido un punto de inflexi¨®n. Se ha acabado el tiempo de que las grandes empresas no paguen sus impuestos. Todas las compa?¨ªas que operen en la Uni¨®n Europea deben pagar donde generan sus beneficios¡±, conf¨ªa. Con este esp¨ªritu, el departamento de Moscovici se dispone a impulsar ahora una estrategia mil veces abortada: unificar las cantidades sometidas a tributaci¨®n en el impuesto de sociedades, de manera que en todos los pa¨ªses haya que pagar por el mismo volumen de ingresos y se eliminen esas distorsiones que desv¨ªan la tributaci¨®n hacia Estados miembros que ofrecen ventajas excesivas.
No lo va a tener f¨¢cil. Los pa¨ªses que albergan la sede fiscal de la mayor¨ªa de multinacionales (Irlanda o Luxemburgo) se resisten a ceder en algo que entienden como atractivo capital para la inversi¨®n extranjera. Y la Comisi¨®n no va a fijar un tipo m¨ªnimo en el impuesto de sociedades. Moscovici habla de establecer una ¡°tributaci¨®n efectiva¡± que impida que los pa¨ªses apliquen un tipo ¡°cero o insuficiente¡±. Pero reh¨²sa cifrar qu¨¦ entiende por insuficiente.
El brazo ejecutivo de la UE espera tambi¨¦n poder consensuar la prometida lista negra de para¨ªsos fiscales. Los Estados ya han recibido un borrador para que puedan proponer sus correcciones (a?adir jurisdicciones opacas o retirarlas). A partir de ah¨ª, existir¨¢ una lista com¨²n, no antes de un a?o. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ con esos territorios que se nieguen a compartir informaci¨®n fiscal con Europa? ¡°La disuasi¨®n es tan importante como las sanciones. Siempre prefiero persuadir a sancionar¡±, sugiere.
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