Los ¡®fontaneros¡¯ de las empresas
La habilidad de un empleado de solucionar problemas est¨¢ poco reconocida a pesar del valor que aporta
"Soy el se?or Lobo. Soluciono problemas". Es la impactante presentaci¨®n que de s¨ª mismo hace el personaje interpretado por Harvey Keitel en Pulp Fiction cuando llega, vestido de etiqueta e irradiando seguridad, a la casa de Jimmy (Quentin Tarantino). Dentro le esperan los matones Vincent y Jules (John Travolta y Samuel L. Jackson) y un cad¨¢ver del que deben deshacerse antes de que la esposa del due?o de la casa regrese del trabajo. Todo un marr¨®n que llena de angustia y nerviosismo a sus protagonistas. A todos menos al se?or Lobo, quien tras interrogar a los implicados, tomar unas notas en su libretita y hacer un r¨¢pido inventario de los elementos con los que cuenta, traza un sencillo plan que logra sacar al grupo del atolladero.
Es dif¨ªcil imaginar a un empresario o directivo al que no le gustar¨ªa contar con un se?or Lobo en su organizaci¨®n; con esa persona capaz de resolver situaciones de las que, ya sea por engorrosas y rutinarias, ya por delicadas y complejas, nadie m¨¢s quiere encargarse. Pero lo cierto es que esos "apagafuegos" profesionales existen. Es a ellos a quienes se acude cuando hay que mediar en un conflicto entre empleados, atender a una visita inc¨®moda o dar la cara ante un cliente que ha sufrido una incidencia grave. "En casi todas las empresas existen personas que se hacen cargo de ciertas tareas desa?gradables y no muy lucidas, pero que es necesario despachar bien", asegura Juan San Andr¨¦s, consultor de factor humano, equipo directivo y organizaci¨®n. Se trata de unas figuras fundamentales que aportan valor a la compa?¨ªa, ya que "permiten que la maquinaria productiva de la organizaci¨®n siga centr¨¢ndose en lo esencial y no pierda tiempo en lo secundario pero inevitable", a?ade.
Mediadores: en el ojo del hurac¨¢n
Existen unos profesionales que encuentran en el conflicto su raz¨®n de ser. Son los mediadores, una profesi¨®n que se abre paso en Espa?a y cuya misi¨®n es interceder para que las partes enfrentadas en un litigio laboral, familiar, mercantil o de otra ¨ªndole alcancen un acuerdo amistoso sin necesidad de llegar al juzgado. El exministro Manuel Pimentel ha actuado como mediador en casos tan medi¨¢ticos como el de los controladores a¨¦reos con AENA. "Un mediador debe generar confianza, ya que su misi¨®n es lograr rebajar la tensi¨®n. Al final, el conflicto solo lo pueden superar sus protagonistas; el talento del mediador reside en lograr que esas partes que comienzan enfrentadas entren en la din¨¢mica de querer superar sus diferencias", se?ala.
Pero vivir permanentemente sumido en situaciones convulsas desgasta. "Se producen momentos de mucha tensi¨®n y hay que aprender a dominarla, relativizar las cosas y no perder la imparcialidad. No olvidar que el conflicto no es la causa sino la consecuencia de algo anterior. Y que tambi¨¦n puede surgir algo positivo de ¨¦l, que muchas veces es un trampol¨ªn para algo mejor", explica Pimentel.
Sin embargo, quien afronta un problema tiene, por lo general, poco que ganar y mucho que perder. "Es algo que te apetece poco hacer, que otorga escasa visibilidad y casi ning¨²n reconocimiento. Eso s¨ª, si lo haces mal, los efectos de esa mala gesti¨®n tendr¨¢n un fuerte impacto", advierte ?scar Izquierdo, director general de Ray Human Capital. Por esa raz¨®n, no es de extra?ar que muchos profesionales huyan de estas tareas envenenadas como de la peste. "Existen aut¨¦nticos especialistas del escaqueo. Antes de que se presente el brownie, ellos ya lo han visto venir y no estar¨¢n en sus mesas cuando llegue el jefe con el reparto", afirma Oscar Mass¨®, experto en marketing y estrategia digitales. Aducir que el encargo no forma parte de sus responsabilidades o quejarse airadamente de la carga de trabajo son algunas de sus estrategias evasivas.
Claro que tambi¨¦n hay quien parece tener im¨¢n para los marrones. "Hay gente que no sabe decirle que no a su jefe", recuerda ?scar Izquierdo. Otro error cl¨¢sico es demostrar habilidad en un entorno complicado. "Si un a?o te encargan organizar la fiesta de Navidad de la empresa y tienes la desgracia de que todo salga perfecto, te tocar¨¢ organizarla siempre", avisa este experto. Si bien, puntualiza, el concepto de marr¨®n es relativo. "Todo es cuesti¨®n de perspectiva. Un viaje a la sede de Brasil puede ser un engorro para un directivo que vaya all¨ª con frecuencia, pero quiz¨¢ ser¨¢ un reto para un t¨¦cnico que no ha ido nunca y tiene la oportunidad de hacer algo nuevo".
La responsabilidad
Carlos Alberto P¨¦rez piensa que existe otro perfil de profesionales de los conflictos. Solo que ellos lo son voluntariamente. "Para algunas personas es dif¨ªcil ver pasar un problema por su lado y no afrontarlo. Intentan resolverlo porque saben que as¨ª pueden estar evitando una complicaci¨®n mayor en el futuro". No obstante, semejante sentido de la responsabilidad no pasar¨¢ inadvertido en su entorno, lo que har¨¢ a estas personas vulnerables a las dificultades incluso cuando intenten alejarse de ellas. "Pueden cansarse de ser siempre ellos quienes carguen con este tipo de tareas, generalmente poco reconocidas, y deciden adoptar una actitud m¨¢s pasiva, como la del resto de sus compa?eros. Pero sufren m¨¢s ignorando el problema que asumiendo la sobrecarga de trabajo que representa. Y esto sus colegas y jefes lo saben", agrega el profesor de ESIC.
Los mandos son los principales repartidores de trabajos ingratos. Algo que no siempre lo hacen con la deseable ecuanimidad. "Los directivos est¨¢n muy ocupados con sus propias prioridades y no pueden o no quieren saber qui¨¦n soluciona los problemas. Una vez resueltos, la idea que prevalece en su cabeza es la de que 'alguien' los ha solucionado, y poco importa si a ese alguien no le correspond¨ªa hacerlo", lamenta P¨¦rez. Oscar Mass¨® opina que todo buen mando deber¨ªa haber afrontado estas situaciones en su carrera. "Si t¨² te has remangado mil veces para hacer ese mismo informe tedioso que est¨¢s a punto de encargarle a tu subordinado, te ser¨¢ mucho m¨¢s f¨¢cil sentir empat¨ªa y explicarle por qu¨¦ es tan importante para la compa?¨ªa que realice bien esa tarea", argumenta.
Aunque las tareas engorrosas pueden aterrizar en cualquier ¨¢rea de la empresa, hay algunos departamentos, como marketing, recursos humanos o servicios generales, especialmente propensos a sufrirlas. En cuanto a posiciones, una de las que m¨¢s padecen son las secretarias de direcci¨®n. "Son quienes m¨¢s balones a c¨®rner deben despejar; quienes posponen cosas ingratas, mienten por sus jefes si es preciso y resuelven problemas que jam¨¢s aparecen en las descripciones de puestos", comenta Juan San Andr¨¦s. ?C¨®mo son estas se?oras Lobo (suelen ser mujeres) de la alta direcci¨®n? Beatriz del Diego, responsable de Adecco Top Secretaries, resume sus virtudes: "Personas muy resolutivas y aut¨®nomas, con capacidad para encontrar la mejor soluci¨®n, en el menor tiempo posible, a los problemas e imprevistos que se les presentan. Poseen tolerancia a la frustraci¨®n y capacidad de resiliencia, organizaci¨®n y planificaci¨®n. Y mucha discreci¨®n, para que esos problemas que pasan por sus manos nunca lleguen a trascender".
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