Reactores hechos en la Patagonia
La argentina Invap, l¨ªder en tecnolog¨ªa nuclear en Am¨¦rica Latina, se afianza en el sector aeroespacial
En 2000, cuando Australia tuvo que decidir qui¨¦n construir¨ªa su ¨²nico reactor nuclear de investigaci¨®n para reemplazar a uno de fabricaci¨®n brit¨¢nica, una empresa argentina de capital p¨²blico, que entonces ten¨ªa 350 empleados, se impuso ante grandes del sector como la francesa Technicatome (desde 2006, Areva) y la alemana Siemens. Invap, la protagonista de esa haza?a, construy¨® el reactor en su sede central de la patag¨®nica San Carlos de Bariloche. Con ese hito, su primera exportaci¨®n a un pa¨ªs desarrollado, entr¨® en las grandes ligas de los proveedores de tecnolog¨ªa nuclear para fines pac¨ªficos, y hoy, a punto de cumplir 40 a?os, y tras un proceso de diversificaci¨®n, ha convertido a Argentina en el ¨²nico pa¨ªs latinoamericano capaz de dise?ar, construir y operar sus propios sat¨¦lites.
El embajador argentino ante el Organismo Internacional de Energ¨ªa At¨®mica (OIEA), y ex n¨²mero dos de esa organizaci¨®n, Rafael Grossi, afirma que la empresa tiene una ¡°posici¨®n l¨ªder¡± en la industria de reactores de investigaci¨®n. ¡°La gran virtud de Invap es la capacidad de desarrollar lo que el cliente necesita, no venderle algo que ya produce. Invap ve el problema y la necesidad tecnol¨®gica y piensa y dise?a la soluci¨®n¡±, afirma Grossi.
¡°Cuando ganamos la licitaci¨®n de Australia, la empresa facturaba unos 30 millones de d¨®lares anuales. En los ¨²ltimos 15 a?os, ese valor se multiplic¨® por seis y hoy estamos en el orden de los 200 millones de d¨®lares¡±, afirma H¨¦ctor Otheguy, gerente general de la empresa, en una sede de Invap en Buenos Aires. A 1.500 kil¨®metros de all¨ª, en las instalaciones de Bariloche, donde trabaja el 80% de los empleados, el n¨²mero dos de la empresa, Vicente Campenni, explica que todos los ingresos de Invap provienen de los contratos que logra: ¡°Somos una empresa p¨²blica, pero nunca tuvimos un presupuesto gubernamental ni subsidios¡±. Esa autonom¨ªa financiera quiz¨¢s explique la capacidad de Invap para mantenerse como una empresa p¨²blica eficiente y competitiva frente a los vaivenes de la pol¨ªtica argentina, algo tan excepcional como su ubicaci¨®n en la Patagonia.
Los empleados de esta tecnol¨®gica deben sus vistas privilegiadas a Ronald Richter, un cient¨ªfico austriaco que, tras la Segunda Guerra Mundial, lleg¨® al pa¨ªs a finales de los a?os cuarenta atra¨ªdo por el Gobierno de Per¨®n, que convocaba a cient¨ªficos y t¨¦cnicos alemanes, entre ellos algunos nazis, para que ayudaran a impulsar la industria del pa¨ªs. Richter convenci¨® a Per¨®n de financiar un proyecto para una fusi¨®n nuclear controlada, algo que ning¨²n laboratorio del mundo hab¨ªa logrado en ese momento. Con el argumento de que su trabajo requer¨ªa el mayor aislamiento y extremas medidas de seguridad, el cient¨ªfico consigui¨® que las instalaciones para sus experimentos se construyeran en la isla Huemul del lago Nahuel Huapi, frente a Bariloche.
Nacida de una farsa
Poco despu¨¦s, las autoridades que visitaban la isla comenzaron a observar que Richter actuaba de manera extra?a y decidieron enviar a una comisi¨®n de cient¨ªficos a evaluar lo que ocurr¨ªa. El informe que recibi¨® a Per¨®n en 1952 confirm¨® que los avances anunciados por el austriaco eran una farsa. El proyecto fue cancelado y hoy la isla es una reserva ecol¨®gica. Sin embargo, la Comisi¨®n Nacional de Energ¨ªa At¨®mica (CNEA), que hab¨ªa sido creada para dar un marco legal a la iniciativa, ya ten¨ªa una de sus sedes principales en Bariloche y de all¨ª nacer¨ªa no solo un desarrollo nuclear pionero en Am¨¦rica Latina, sino tambi¨¦n un instituto de f¨ªsica que fue clave para el surgimiento de Invap, el Balseiro, bautizado as¨ª desde 1962 en homenaje a uno de los cient¨ªficos que desenmascararon a Richter y que fue el primer director de esa casa de estudios (Jos¨¦ Antonio Balseiro).
¡°La empresa naci¨® en los a?os setenta por iniciativa de un grupo de graduados del Balseiro¡±, afirma Campenni. Investigaciones Aplicadas (Invap) fue en sus primeros a?os un programa de la CNEA para desarrollar tecnolog¨ªa que sirviera al progreso. ¡°Al poco tiempo se dieron cuenta de que la din¨¢mica propia de los proyectos tecnol¨®gicos productivos no era lograble en el marco de un organismo estatal y entonces aparece el concepto de Invap como empresa. La firma no depende de un presupuesto del Gobierno, pero la pol¨ªtica es crucial en los contratos que logra. ¡°El primer reactor de investigaci¨®n que construy¨® la empresa, el RA6, podr¨ªa haberse importado, pero hubo una decisi¨®n pol¨ªtica de hacerlo en el pa¨ªs¡±, explica Campenni.
La construcci¨®n exitosa de ese reactor, terminado en 1982, favoreci¨® el salto internacional de la empresa: en esos a?os Argelia quer¨ªa construir un reactor muy similar y en 1985 firm¨® un acuerdo con Argentina para que Invap lo hiciera. ¡°Con el RA6 hab¨ªa quedado demostrado que ten¨ªamos la capacidad de hacerlo¡±, explica Otheguy. Tambi¨¦n hubo un curioso factor de orden alfab¨¦tico. En las reuniones del Organismo Internacional de Energ¨ªa At¨®mica, por sus nombres, Argentina y Argelia se sientan juntos. ¡°Hab¨ªa una comunicaci¨®n fluida que hizo que se detectara esa necesidad¡±, recuerda Otheguy.
A ese contrato sigui¨® otra licitaci¨®n para la construcci¨®n de un reactor multiprop¨®sito en Egipto, que reemplaz¨® a otro de fabricaci¨®n sovi¨¦tica. ¡°El summum fue Australia, que fue una licitaci¨®n muy grande¡±, afirma Campenni. La firma de ese contrato en 2000 lleg¨® cuando la empresa m¨¢s lo necesitaba. ¡°En los noventa, el Gobierno de (Carlos) Menem (peronista) no incentiv¨® el desarrollo tecnol¨®gico nacional. La empresa se achic¨® y se redujo mucho personal¡±, explica Campenni. La pol¨ªtica de fuerte alineaci¨®n con EE UU durante esos a?os tambi¨¦n perjudic¨® a la empresa por la cancelaci¨®n de contratos de exportaci¨®n de tecnolog¨ªa nuclear a Ir¨¢n a pedido de Washington. Pero la mayor cooperaci¨®n con la NASA, en cambio, favoreci¨® el desarrollo de la capacidad espacial de Invap. Una de las respuestas a la crisis fue entonces la diversificaci¨®n.
¡°Con seis sat¨¦lites dise?ados, construidos y ya puestos en ¨®rbita, Invap hoy es la ¨²nica empresa latinoamericana con capacidad de generar proyectos satelitales completos, desde el dise?o hasta la puesta en ¨®rbita del sat¨¦lite y su operaci¨®n, con la excepci¨®n del lanzamiento¡±, afirma Campenni, frente a un vidrio que lo separa de la imponente sala en que se construye el Saocom, un sat¨¦lite de tres toneladas que se integrar¨¢ a un sistema italo-argentino de monitoreo y alerta de cat¨¢strofes naturales y que permitir¨¢ medir la humedad del suelo en grandes extensiones, algo muy ¨²til en un pa¨ªs agr¨ªcola como Argentina. ¡°El paso de lo nuclear a lo espacial tambi¨¦n es consecuencia de que cada proyecto agrega nuevo conocimiento a la empresa, y eso permite abordar nuevas ¨¢reas. As¨ª, hace algunos a?os avanzamos de lo espacial a proyectos de seguridad y defensa. Los conocimientos de radiofrecuencia que obtuvimos en la construcci¨®n de un sat¨¦lite abrieron el camino para el dise?o y fabricaci¨®n de radares¡±, explica Campenni.
Datos clave
1.420 empleados tiene la firma, de los que un 80% son t¨¦cnicos.
La facturaci¨®n anual ronda los 200 millones de d¨®lares y todas las ganancias se reinvierten en la empresa.
En el exterior cuenta con cuatro filiales (Australia, Egipto, Arabia Saud¨ª y Argelia) y tres subsidiarias (EE UU, Brasil y Venezuela).
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