Radiadores que viajan por el espacio

Ni?os que sue?an con viajar por el espacio. Adultos que lo consiguen. A Alejandro Torres se le ilumina la mirada mientras, en tono contenido, exclama "?qu¨¦ grandes somos!". Esa es la misma y recurrente frase que asalta su cabeza con cada lanzamiento. M¨¢s aun siendo conocedor de que el coraz¨®n de sat¨¦lites como Hispasat, Galileo o Sentinel bombea por el efecto de los caloductos de Iberespacio, empresa de la que es director general desde 2002.

Esta pyme, de capital 100% espa?ol, ha puesto en ¨®rbita m¨¢s de 500 equipos de control t¨¦rmico a bordo de 34 sat¨¦lites y rovers (veh¨ªculos espaciales) en apenas 25 a?os, y a d¨ªa de hoy, no s¨®lo encabeza la fabricaci¨®n en Europa sino que se mide con las dos mejores compa?¨ªas del mundo, la estadounidense ATK y la japonesa Melco.

Abrirse camino en un sector al que, seg¨²n Torres, "no le gustan las aventuras" no ha sido tarea f¨¢cil. El taller de carpinter¨ªa del INTA (Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial) acogi¨® en 1989, "por casualidad", al primer equipo de ingenieros de Iberespacio. "Coincidi¨®, por un lado, con el par¨®n de la moratoria nuclear y, por otro, con el impulso que desde Europa se daba al sector con la construcci¨®n del Ariane 5", explica Torres. Mientras los primeros buscaban diversificar su actividad los segundos necesitaban hacer m¨¢s eficientes los procesos.

Con franceses y rusos

La compa?¨ªa que hoy cuenta con m¨¢s de 97 empleados ¡ªde los que entre el 60% y el 70% son ingenieros¡ª nace de la uni¨®n a partes iguales entre Empresarios Agrupados, empresa espa?ola de servicios de ingenier¨ªa y consultor¨ªa de proyectos energ¨¦ticos, y Snecma, compa?¨ªa francesa dedicada a la fabricaci¨®n de motores para aeronaves. "Funcion¨® durante muchos a?os", concretamente hasta la culminaci¨®n de los Programas Ariane 4 y 5. Momento en el que T¨¦cnicas Reunidas y Ghesa se hacen con el accionariado franc¨®fono.

Es entonces cuando el reci¨¦n llegado Torres formula la pregunta que se convertir¨¢ en lanzadera "?por qu¨¦ no buscar una transferencia tecnol¨®gica para fabricar aqu¨ª?". Dicho y hecho. Aprovechando el agujero que la perestroika hab¨ªa dejado en el sector, una misi¨®n de Iberespacio puso rumbo a Rusia con un objetivo: "t¨² tienes la tecnolog¨ªa, yo quiero fabricarlo en Espa?a, ponle un precio".

Tras tres a?os de aprendizaje en Mosc¨², una nueva casualidad puso en marcha los propulsores de la pyme. "Necesit¨¢bamos un equipo de soldadura de prueba de electrones". S¨®lo hab¨ªa tres en Espa?a y uno de ellos, con s¨®lo 75 minutos de funcionamiento, estaba en aquella carpinter¨ªa en la que se fabricaban las maquetas de los aviones. Desde entonces "empezamos a dar valor a?adido a nuestros desarrollos y a ganar contratos en Estados Unidos y en Europa", recuerda Torres. No es para menos ya que de las cerca de 70 ofertas que presentan anualmente "ganamos el 50%".

La mayor¨ªa fuera de las fronteras espa?olas. Iberespacio es en uno de los ejemplos de c¨®mo internacionalizaci¨®n e innovaci¨®n son dos de los ingredientes claves para el ¨¦xito y el crecimiento empresarial. El 90% de su facturaci¨®n procede del negocio internacional, mayoritariamente de Estados Unidos, hacia donde se dirige el 50% de su producci¨®n. Europa constituye el segundo mercado, con el 30% y el resto se reparte entre Jap¨®n, Canad¨¢, Suiza y Turqu¨ªa.

M¨¢s de mil proyectos

La aventura no se acaba aqu¨ª. Iberespacio enviar¨¢ otros 1.250 equipos al cosmos en los pr¨®ximos cinco a?os. Pero, ?c¨®mo se consigue que una pyme espa?ola sea una de las tres grandes y tenga entre sus clientes a empresas como Airbus, la NASA o Space Systems Loral? Torres resume el primer paso dado en una palabra: "excelencia". El segundo, aplicar la "estrategia Google o Facebook", o lo que es lo mismo "ir cinco a?os por delante de lo que el cliente demanda".

Este esfuerzo requiere adem¨¢s de inversiones a ciegas. "Es una apuesta a largo plazo en la que no se buscan rentabilidades estratosf¨¦ricas. El riesgo se asume desde el principio por la v¨ªa de la innovaci¨®n". En su caso destinan a I+D el 9% de su facturaci¨®n, un mill¨®n de euros al a?o en t¨¦rminos absolutos. Y es que construir un radiador cuesta en torno a 700.000 euros. Eso en el caso m¨¢s b¨¢sico, ya que si tiene mecanismo de despliegue en ¨®rbita, el montante asciende a los tres millones de euros. Eso s¨ª, la garant¨ªa de durabilidad es de 15 a?os.

Riesgo que tiene su contrapartida en resultados m¨¢s que satisfactorios. La compa?¨ªa tiene previsto cerrar 2016 con un volumen de facturaci¨®n de 11,4 millones de euros (45% m¨¢s que en 2015). Suma y sigue que se traducir¨¢ en la creaci¨®n de m¨¢s de 50 nuevos puestos de trabajo "100% fijos", seg¨²n Torres.