Pensiones en d¨¦ficit, pero no en quiebra
Existen soluciones no dram¨¢ticas para reformar el sistema. Pero necesitamos ajuste fino, no relatos catastrofistas.
Me temo que, una vez m¨¢s, estamos desenfocando un debate p¨²blico en Espa?a. Estamos generando una confusi¨®n y un desconcierto injustificado en una amplia capa de la poblaci¨®n, que sabe poco de tecnicismos y que r¨¢pidamente extrapola una noticia sobre el agotamiento del fondo de reserva de la Seguridad Social, la llamada coloquialmente "hucha de las pensiones", con la inminente quiebra del sistema de pensiones, o con el riesgo de que en breve no le abonen su pensi¨®n a fin de mes.
Es verdad que el fondo de reserva se est¨¢ agotando y que la recuperaci¨®n econ¨®mica no est¨¢ teniendo toda la incidencia positiva sobre los ingresos que cabr¨ªa esperar, por el efecto de las bonificaciones a la contrataci¨®n; por la devaluaci¨®n salarial de los ¨²ltimos a?os, que afecta particularmente a los nuevos trabajadores y a los que han cambiado de trabajo; e incluso por la propia ca¨ªda de los ingresos por intereses del fondo de reserva. Hoy la Seguridad Social registra un d¨¦ficit significativo que no podemos orillar. Debemos debatir sobre ¨¦l, pero poni¨¦ndolo en perspectiva y haci¨¦ndolo d¨®nde toca.
Ponerlo en perspectiva supone, en primer lugar, recordar las dos reformas aprobadas en 2011 y 2013. De las m¨¢s duras vistas en la ¨²ltima d¨¦cada en el seno de la Uni¨®n Europea, por su incidencia en el gasto futuro en pensiones. Sus efectos se notan todav¨ªa poco hoy, pero lo har¨¢n de forma progresiva y visible en la pr¨®xima d¨¦cada. Nos jubilaremos m¨¢s tarde, la diferencia entre el ¨²ltimo salario y la primera pensi¨®n va a agrandarse, y la din¨¢mica de las prestaciones va a ser austera. En segundo lugar, Espa?a no gasta hoy mucho en pensiones, si la comparaci¨®n la establecemos con los pa¨ªses de la zona euro. Tenemos cierto margen en este frente. Y lo tenemos, sin duda, en el conjunto de los ingresos p¨²blicos.
Hacerlo d¨®nde toca supone abrir la discusi¨®n en el seno del Pacto de Toledo. Con calma y sosiego, pero con rigor y determinaci¨®n tambi¨¦n. Hay muchas posibilidades sobre la mesa, con efectos dispares en el corto y largo plazo. De lo que se trata es de buscar la mejor combinaci¨®n de las soluciones que se han ido sugiriendo. Mi opini¨®n al respecto es poco favorable en lo que concierne al incremento de las cotizaciones, por sus efectos negativos para la competitividad exterior y la creaci¨®n de empleo. En cambio, creo que deber¨ªamos eliminar bonificaciones actuales, pensar en financiar algunas de las prestaciones actuales mediante impuestos y jugar con los incentivos y desincentivos para seguir elevando la edad efectiva de jubilaci¨®n. Pero lo importante es tener claro que existen soluciones no dram¨¢ticas. Necesitamos ajuste fino, no relatos catastrofistas.
Santiago Lago es director de Red de Gobernanza y Crecimiento (GEN) de la Universidade de Vigo.
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