¡®Brexit¡¯ sin due?o
La crispaci¨®n ha crecido entre una poblaci¨®n brit¨¢nica cada vez m¨¢s dividida
Esperando que las elecciones de Estados Unidos no nos vuelvan a sobresaltar este martes, seguimos asistiendo a los coletazos de la ¨²ltima gran sorpresa, el Brexit. La decisi¨®n del Tribunal Superior brit¨¢nico de someter al control parlamentario la activaci¨®n del art¨ªculo 50 del Tratado Europeo para hacer efectiva la salida de Reino Unido de la UE ha causado un notable revuelo. Evidencia que el Brexit no tiene due?o y que ¡ªsalvo que el Tribunal Supremo de las islas lo impida¡ª el gobierno de Theresa May tendr¨¢ que pasar por el Parlamento el proyecto alrededor del cu¨¢l quiera activar la salida. Lejos de simplificarse, los escenarios del Brexit se complican. La situaci¨®n me recuerda uno de los argumentos m¨¢s poderosos y llamativos de la econom¨ªa del comportamiento: puesto que es casi imposible educar a los ciudadanos en cu¨¢l ser¨ªa el mejor y m¨¢s racional modo de decidir en cada caso, puede resultar muy ¨²til reducir el rango de opciones para facilitar una buena elecci¨®n. A simple vista, parece un argumento excesivamente conductista, casi contrario a la libertad individual. Pero la evidencia es aplastante en cuanto a su utilidad social y econ¨®mica.
El Brexit est¨¢ evidenciando c¨®mo es posible que un refer¨¦ndum puede utilizarse para justamente todo menos la realizaci¨®n de un ejercicio democr¨¢tico. Porque se trat¨® de una convocatoria en la que los partidarios del ¡°leave¡± ten¨ªan claro contra qu¨¦ votaba cada uno pero no a favor de qu¨¦. Esto no s¨®lo genera un considerable embrollo social sino un tremendo problema econ¨®mico. La resoluci¨®n del Tribunal Superior supone un control parlamentario sobre el gobierno que muchos se han apresurado a definir como el fin del Brexit duro¡ pero esto no est¨¢ nada claro. La expectativa es que ni los comunes ni los lores votar¨¢n contra el Brexit porque ninguno quiere exponerse al escarnio y la indignaci¨®n de un electorado que ya ha optado por el portazo a Europa. Pero s¨ª que pueden votar qu¨¦ plan les parece m¨¢s conveniente. Esto podr¨ªa generar negociaciones interminables. Adem¨¢s, se va a producir incluso m¨¢s volatilidad e incertidumbre en los mercados. Y, lo que es peor, la crispaci¨®n ha crecido entre una poblaci¨®n brit¨¢nica cada vez m¨¢s crispada y dividida, en la que los partidarios del ¡°leave¡± ven este cirio jur¨ªdico-parlamentario como una afrenta a la voluntad de las urnas. Expertos jur¨ªdicos aseguran que el Parlamento podr¨ªa lavarse las manos y convocar un nuevo refer¨¦ndum sobre la propuesta de salida que haga el gobierno de May.
Lo que nos espera en los pr¨®ximos meses es a¨²n m¨¢s volatilidad. Cada anuncio bravuc¨®n de los hard brexiters tirar¨¢ para abajo de la libra, como para arriba tira cada jarro de agua fr¨ªa que recibe May en los foros internacionales¡ y en la propia City. Para a?adir m¨¢s zozobra a los mercados, tambi¨¦n hay rumores de que puedan convocarse elecciones anticipadas en Reino Unido porque el gobierno actual haya perdido capacidad de interlocuci¨®n. O, definitivamente, el norte. Porque hoy sabemos a¨²n menos qu¨¦ ayer qui¨¦n es el due?o del Brexit.
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