¡°Con Donald Trump, se hace a¨²n m¨¢s necesario un est¨ªmulo al crecimiento econ¨®mico¡±
Seg¨²n Pierre Moscovici, Comisario de Asuntos Econ¨®micos de la Uni¨®n Europea
¡°2017. Marine Le Pen ha ganado las elecciones presidenciales. Por primera vez, la extrema derecha gobierna Francia¡±. Con esa distop¨ªa arranca Si es medianoche en Europa, el ¨²ltimo libro de Pierre Moscovici. Despu¨¦s de dos a?os nada f¨¢ciles, el comisario franc¨¦s se erige como una de las voces con personalidad propia en Bruselas: contra la opini¨®n de los halcones, acaba de dar un giro a la pol¨ªtica econ¨®mica, que despu¨¦s de m¨¢s de un lustro aparca la austeridad.
Socialdem¨®crata, disc¨ªpulo de Strauss-Kahn y con dos d¨¦cadas de experiencia pol¨ªtica a sus espaldas, Moscovici (Par¨ªs, 1957) enumera un c¨²mulo de razones por las que ha llegado el momento de un est¨ªmulo fiscal ¡ªt¨ªmido: esto a¨²n es Bruselas¡ª en la eurozona. Europa est¨¢ atrapada en una trampa de bajo crecimiento y baja inflaci¨®n. El paro es insoportablemente alto. La inversi¨®n no aparece. Los recortes han dejado profundas cicatrices. La desigualdad es lacerante. Solo al final de ese argumentario aparecen Le Pen y Donald Trump. Y ese, m¨¢s que los argumentos econ¨®micos, parece el meollo de la cuesti¨®n.
¡®Nein¡¯ para empezar. ¡°La victoria de Trump y el ascenso de las f¨®rmulas populistas hacen a¨²n m¨¢s necesario ese est¨ªmulo para impulsar el crecimiento, reducir el paro y limitar la desigualdad. Tras el Brexit y otros desarrollos geopol¨ªticos, los riesgos son elevados y ese est¨ªmulo es imprescindible¡±. ¡°Ese cambio en la pol¨ªtica fiscal¡±, subraya, ¡°no se debe a Trump, pero su triunfo redobla la necesidad de aplicar otra pol¨ªtica econ¨®mica¡±.
Alemania ha respondido ya con su inevitable nein ¡ªal menos de puertas afuera¡ª, y a la Comisi¨®n no le ser¨¢ f¨¢cil que esa recomendaci¨®n se aplique y algunos pa¨ªses gasten e inviertan m¨¢s. ¡°Habr¨¢ un debate muy vivo con los ministros de Finanzas en el Eurogrupo¡±, apunta un Moscovici que saca a pasear media sonrisa ir¨®nica. ¡°Creo que la Comisi¨®n recibir¨¢ apoyos porque los riesgos est¨¢n ah¨ª: un periodo demasiado largo de bajo crecimiento, desigualdad y paro es el caldo de cultivo para los populismos¡±
¡°Hay que cambiar de pol¨ªticas para demostrarle a los europeos que en Francia Le Pen no es la respuesta a este desaf¨ªo; que en Italia las soflamas antieuropeas no son la soluci¨®n. Pero l¨®gicamente la efectividad de esa recomendaci¨®n depender¨¢ de la buena disposici¨®n de los Estados miembros para seguirla¡±, admite. ¡°Toda la comunidad internacional, empezando por el G-20, comparte nuestra posici¨®n¡±.
Toda la comunidad internacional... con la excepci¨®n de Alemania. Para Bruselas es relativamente sencillo presionar a los pa¨ªses que incumplen las reglas del d¨¦ficit, y sin embargo se antoja complicado obligar a gastar a Berl¨ªn y a los pa¨ªses que acumulan super¨¢vits comerciales y posiciones fiscales c¨®modas, aunque la canciller Merkel ha anunciado ya una rebaja de impuestos y elevar¨¢ el gasto en defensa.
¡°Hay que impulsar el crecimiento, reducir el paro y limitar la desigualdad¡±
La paradoja actual
¡°Hay que acabar con la paradoja actual: los pa¨ªses que no tienen margen fiscal quieren usarlo, y los que disponen de ese margen no quieren utilizarlo. Necesitamos una pol¨ªtica econ¨®mica europea, que cuide de la zona euro en su conjunto¡±, apunta.
?Bruselas contra Berl¨ªn? ?C¨®mo se presiona a Alemania? ¡°Llevamos a?os diciendo que la inversi¨®n en Alemania y otros pa¨ªses es insuficiente, seg¨²n el procedimiento de desequilibrios macroecon¨®micos. Ahora disponemos de un nuevo instrumento: esa posici¨®n fiscal agregada¡±, que permite mirar a la eurozona como una econom¨ªa en su conjunto, no como un mosaico de 19 pa¨ªses.
¡°Espero que el Eurogrupo, el Ecofin y los l¨ªderes europeos apoyen esta idea. Pero no se trata de ejercer presi¨®n desde Bruselas: se trata de hacer un llamamiento colectivo para dise?ar la pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s adecuada para toda la eurozona, que permita reducir los desequilibrios. Es un paso real hacia la uni¨®n fiscal, con la Comisi¨®n en el papel de ministro de Finanzas del euro¡±.
?Tarde, poco y mal? Mario Draghi y su BCE llevan mucho tiempo diciendo que la pol¨ªtica monetaria no puede ser el ¨²nico est¨ªmulo para una eurozona metida en una trampa de liquidez, en un estancamiento secular, en una recesi¨®n de balances o como quiera llamarse la enfermedad econ¨®mica que aqueja al continente. ¡°Tenemos una pol¨ªtica monetaria expansiva. Tenemos reformas. Tenemos un primer repunte de la inversi¨®n despu¨¦s del Plan Juncker, que se va a duplicar. La expansi¨®n fiscal viene a completar el cuadro¡±.
¡°No hay relajaci¨®n de reglas; los que no han cumplido objetivos, deben hacerlo¡±
Llegar tarde y con poco dinero
El problema es que puede que ese viraje llegue tarde y sea escaso. La austeridad fue la norma hasta 2013. Despu¨¦s la pol¨ªtica fiscal fue neutral en 2014 y 2015, y ligeramente expansiva en 2016. Ahora Bruselas quiere acelerar: ¡°Quiz¨¢ en su d¨ªa hubo unos errores, pero globalmente esa consolidaci¨®n fue necesaria. Luego se fue suavizando y ahora tenemos d¨¦ficits p¨²blicos inferiores al 2% del PIB como media. Es el momento de hacerlo¡±.
?Qu¨¦ har¨¢n Espa?a o Italia? Moscovici no ve contradicci¨®n entre los ajustes que pide Bruselas a pa¨ªses como Espa?a o en menor medida Italia y esa recomendaci¨®n. ¡°No estamos pidiendo una relajaci¨®n de las reglas: la recomendaci¨®n dice con claridad que los pa¨ªses que no han cumplido sus objetivos deben hacerlo. El mensaje es m¨¢s para quienes tienen margen y no lo est¨¢n usando¡±. ¡°Las tensiones entre la necesidad de apoyar la recuperaci¨®n a corto plazo y asegurar la sostenibilidad de las finanzas p¨²blicas a medio plazo son fuertes en algunos pa¨ªses con altos niveles de deuda y d¨¦ficit: en esos pa¨ªses, una pol¨ªtica fiscal demasiado activa podr¨ªa aumentar los problemas de confianza. Por eso la recomendaci¨®n diferencia seg¨²n el margen fiscal de los miembros¡±, cierra el comisario.
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