4.000 horas al a?o en uno de los barcos m¨¢s grandes del mundo

Las cifras las da ¨¦l: ¡°Tienen una eslora de unos 300 metros y una manga en torno a los 50, como tres campos de f¨²tbol¡±. Algo parecido a un edificio flotante: piscina, gimnasio, salas de estar, de televisi¨®n, servicio de cocina, lavander¨ªa¡­ Seis plantas con una superficie de unos 200 metros cuadrados. Detalla que el camarote es un peque?o apartamento de 50 metros cuadrados, incluidos despacho y ba?o; estas naves, no obstante, son las segundas en tama?o en el sector del transporte energ¨¦tico (el primer puesto lo ocupan los petroleros).

Nada que ver con aquella primera l¨ªnea que el capit¨¢n, todav¨ªa sin serlo, cubri¨®: "Pasaba por Mah¨®n, Ibiza, Mallorca¡­ era el Ciudad de Palma". Por aquel entonces, mediados los 90, Alonso ten¨ªa un camarote de ocho metros cuadrados con dos literas, un peque?o pupitre y un aseo que compart¨ªa con un compa?ero.

En un barco todo te es familiar, ya tenga bandera china, espa?ola o noruega. Da igual

Aquel fue su bautizo a bordo, y asegura que, aunque se estudie durante la universidad, siempre es un shock vivirlo por primera vez: ¡°No es como un empleo normal, cuando llegas te incorporas a una familia, con un capit¨¢n que tiene mando sobre tu vida, tu descanso, tu trabajo¡­¡±. Tal vez la sorpresa venga de que apenas nada lo diferencia de la vida en tierra. ¡°Es un espacio multicultural que exige esfuerzo en la convivencia¡±. Un nav¨ªo, como cualquier hogar, tiene horarios y rutinas basadas en la disciplina y el respeto donde rige un est¨¢ndar internacional. Asegura que subir a cualquier embarcaci¨®n de estas caracter¨ªsticas es tambi¨¦n como volver a casa. ¡°En pr¨¢cticamente todos se come a las 12.00 y se cena a las 20.00, solemos ver pel¨ªculas todos juntos¡­ todo te es familiar, ya tenga bandera china, espa?ola o noruega. Da igual¡±.

Entre 25 y 30 personas son el pasaje de estos titanes para cada traves¨ªa, a veces tambi¨¦n alumnos que est¨¢n finalizando sus estudios y que embarcan como cadetes en la sala de m¨¢quinas, en cubierta o en la fonda. Y cada uno de esos espacios tiene un jefe al mando. ¡°Hay un jefe de m¨¢quinas para su respectiva sala; en cubierta est¨¢ el primer oficial de cubierta; el mayordomo jefe se encarga de todo lo relacionado con la vida de fonda: lavander¨ªa, log¨ªstica y consumibles relacionados con las rutinas de comidas y limpieza¡±.

Y ¨¦l, el capit¨¢n, ejerce el mando desde el punto de vista t¨¦cnico, mercantil, administrativo, penal, disciplinario y notarial durante toda la traves¨ªa, que puede ser de una semana o de m¨¢s de dos meses. ¡°Si es largo se hacen paradas en puntos intermedios, como islas o estrechos, y se releva la tripulaci¨®n de forma que el barco contin¨²e operativo y tenga el m¨ªnimo impacto¡±.

Esa nave tiene uno de los est¨¢ndares de seguridad m¨¢s altos del transporte mar¨ªtimo, y los accidentes son escasos, pero en cualquier caso, si el gas se escapara de los tanques, se disipar¨ªa al entrar en contacto con el aire, no es t¨®xico, ni corrosivo, es adem¨¢s incoloro e inodoro y es, entre todos los combustibles f¨®siles, el de menor impacto ambiental. ¡°Somos un transporte muy respetuoso con el medio ambiente, consumimos energ¨ªa limpia, la misma que llevamos, as¨ª que el sistema es muy eficiente, algo que es posible gracias a todo el conocimiento invertido, ya que el gas se conserva a una temperatura extrema de -160 C?¡±. Y a?ade que sus sistemas de navegaci¨®n son acordes a todo ese aparataje, orientados a la seguridad por encima de los est¨¢ndares de los barcos comerciales: ¡°Tenemos procedimientos internos muy exigentes para prevenir abordajes, para casos de colisi¨®n, con problemas metereol¨®gicos a la hora de sortear huracanes, tifones, hielos¡­".

La mayor¨ªa de esos naos se han estandarizado: pesan alrededor de 130.000 toneladas, miden 300 metros de eslora y 50 de manga, y almacenan 180.000 metros c¨²bicos. ¡°Esta es la generalidad, aunque existen barcos antiguos m¨¢s peque?os y tambi¨¦n m¨¢s grandes que ya no se usan¡±, explica Alonso, un rara avis porque en su familia no hay ni un solo marinero, aunque creci¨® en un barrio desde el que casi se pod¨ªa tocar el mar, en la zona de astilleros de Gij¨®n. ¡°Me he pasado la infancia en el puerto¡±.

Cuando termin¨® bachillerato, Alonso fue a la Escuela de Marina Civil de la Universidad de Oviedo. Lo cuenta desde Asturias, al tel¨¦fono, sabiendo que pronto volver¨¢ a embarcar. Para ese preaviso de diez d¨ªas con el que comunican a la tripulaci¨®n la pr¨®xima ruta han pasado varios a?os de carrera universitaria y otros tantos de cubierta en cubierta hasta llevar sobre los hombros los cuatro galones de capit¨¢n.

¡°Es un camino largo: la carrera, m¨¢s el proyecto final, m¨¢s un a?o de navegaci¨®n para ser piloto de segunda clase, dos para ser de primera y dos m¨¢s para obtener la licencia de capit¨¢n. En total son cinco a?os¡±. ?l no desperdici¨® ni uno, era capit¨¢n con 29 a?os. Pero tener la licencia no significa poder ejercer: ¡°Normalmente trabajas como oficial, y para ser capit¨¢n hay que ganarse la confianza de la empresa¡±. ?l prob¨® primero: cubri¨® la l¨ªnea de Trasmediterr¨¢nea entre Barcelona y Valencia, trabaj¨® en un ferri de transporte de turistas y coches a las Islas Baleares, un petrolero de la antigua Campsa, otros m¨¢s grandes en viajes por el ?ndico y complet¨® todos esos a?os de pr¨¢cticas en la Armada Espa?ola. ¡°Fui alf¨¦rez de fragata en la Baleares¡±.

De aquello hace algo m¨¢s de una d¨¦cada y los metros de eslora sobre los que navega Alonso, como los del Ribera del Duero Knutsen de Gas Natural Fenosa, se han multiplicado. Ahora, la mitad del a?o la pasa sobre enormes colosos que pasan toda su vida ¨²til sin apenas fondear, y que aunque parecen inmutables, a veces, con vientos de m¨¢s cien nudos, se balancean al ritmo del oleaje como si fuesen veleros.

Esta noticia, patrocinada por Gas Natural Fenosa, ha sido elaborada por un colaborador de EL PA?S.