El ajuste tranquilo
El trabajo de Macri es convencer que en Argentina se pueden desarrollar negocios rentables sin necesidad de intermediaci¨®n pol¨ªtica
Los economistas y expertos pol¨ªticos consideran que la econom¨ªa argentina est¨¢ saliendo lentamente del marasmo catastr¨®fico creado por Cristina Fern¨¢ndez y el poskirchnerismo clientelar. La pol¨ªtica econ¨®mica seguida por el presidente Macri puede calificarse de ortodoxa; un ajuste presupuestario precedido por una actuaci¨®n eficaz para normalizar el tipo de cambio y un acuerdo con los fondos buitre. Los resultados son confusos, como corresponde a la primera fase de aplicaci¨®n de una pol¨ªtica econ¨®mica coherente. La inflaci¨®n alcanza el 40% y el desempleo el 8,5%, pero el Gobierno ha conseguido aflorar rentas fiscales y el primer paso para una mejora generalizada de los par¨¢metros argentinos se espera en 2017; los c¨¢lculos oficiales suponen que el a?o pr¨®ximo el crecimiento del PIB se aproximar¨¢ al 3%.
Tampoco es que Macri haya descubierto un nuevo paradigma econ¨®mico, como prueba el hecho de que la inflaci¨®n y el paro son elevados y las inversiones extranjeras, debilidad tradicional de Argentina, no llegan. Pero, dicen, ha tomado una decisi¨®n sensata: patrocinar un ajuste econ¨®mico moderado, con el supuesto correcto de que la sociedad argentina, castigada por a?os de rentas bajas, precios altos, paro excesivo y mala estructura fiscal, no puede ni debe soportar castigos extremos e innecesarios. Esta percepci¨®n es la que (quiz¨¢) le permite mantener la popularidad, a pesar de que las estad¨ªsticas no acompa?an. Pero no es exagerado atribuir la confianza en Macri a otra causa. Ha cancelado el enga?o econ¨®mico permanente con el que los gobiernos de Fern¨¢ndez mantuvieron narcotizado al pa¨ªs. Ese enga?o se llamaba una subvenci¨®n masiva y ruinosa de la energ¨ªa, para comprar voluntades y votos, que sumi¨® al pa¨ªs en una vor¨¢gine de deuda y en el descr¨¦dito internacional. Con m¨¢s frecuencia de la que se cree, los ciudadanos se conforman con no ser enga?ados y con percibir la realidad sin manipulaciones.
Puede suponerse con cierta verosimilitud que la econom¨ªa argentina empezar¨¢ a despegar cuando los inversores (y no solo los extranjeros) confirmen que en el pa¨ªs se pueden desarrollar negocios rentables sin necesidad de recurrir a la intermediaci¨®n pol¨ªtica (l¨¦ase cohechos, sobornos, trato de favor, inseguridad jur¨ªdica). Durante muchos a?os los negocios en Argentina han sido mediados por camarillas pol¨ªticas que han encarecido desaforadamente los costes de inversi¨®n, unas veces a trav¨¦s de las comisiones infames y otras exigiendo precios pol¨ªticos a sus productos o servicios. No contentos con ello, esas camarillas han utilizado la amenaza, la coacci¨®n y los instrumentos jur¨ªdicos del Estado para obstaculizar el correcto desarrollo de los negocios. Ah¨ª est¨¢ la expropiaci¨®n de YPF para demostrar el modo de actuaci¨®n. Los recelos de los inversores est¨¢n justificados y pasar¨¢ tiempo antes de que desaparezcan.
La tarea econ¨®mica de Macri se resume en borrar el recuerdo de ese pasado, con el tacto suficiente para no ahuyentar los apoyos pol¨ªticos de las fuerzas que colaboraron con el kirchnerismo y el poskirchnerismo. M¨¢s que sofisticadas t¨¦cnicas financieras o el voluntarismo de impulsar desde el Gobierno recuperaciones econ¨®micas artificiosas, lo que se reclama de Macri es que ponga un cierto orden en los factores de producci¨®n para facilitar el desenvolvimiento de los negocios y, lo que es m¨¢s importante, desarrollar un sistema fiscal riguroso y razonablemente redistributivo que permita mantener la autonom¨ªa y la capacidad de acci¨®n del Estado. A pesar de minicambios y cuasirreformas, esa estructura fiscal es hoy tan endeble que se confunde con la inexistencia. Los Estados son tan fuertes como sus sistemas tributarios; y cuanto m¨¢s firmes son ¨¦stos menos riesgo hay de malestar, pobreza y exclusi¨®n social. Macri tendr¨¢ que hacer frente al desaf¨ªo de la reforma fiscal tarde o temprano; y as¨ª demostrar¨¢ tambi¨¦n el poder del Gobierno central.
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