Compras que alimentan la evasi¨®n fiscal
Las plataformas de la econom¨ªa colaborativa ofrecen m¨¢s opciones, pero pueden ser un arma de doble filo
Quiz¨¢ la m¨¦trica actual no sea capaz de destapar la verdad de la milanesa: el consumo que existe pero que no se ve. Seg¨²n datos recopilados por el economista Friedrich Schneider, el movimiento de dinero negro representaba en Espa?a el 18,6% del PIB en 2012, 196.000 millones de euros. La historia apunta a que, durante las crisis, las transacciones que no se declaran tienden a inflarse, pero la revoluci¨®n digital a?ade nuevas incertidumbres ahora que la econom¨ªa se recupera. "En el a?o 2013 se estimaba que s¨®lo en Reino Unido las nuevas plataformas mover¨ªan 2.100 millones de libras. Dos a?os m¨¢s tarde ya eran 7.400 millones", se?ala Javier Rovira, profesor del ¨¢rea de posgrado de ESIC. Las previsiones para 2020 aventuran que entre el 2% y el 3% del PIB mundial se basar¨¢ en estas formas de consumo que priman el uso sobre la propiedad. El problema es que, como se?ala Jos¨¦ Luis Groba, presidente de la Organizaci¨®n Profesional de Inspectores de Hacienda, "son una fuente de fraude fiscal". Y no se refiere a las empresas que facilitan el intercambio de ofertas, sino m¨¢s bien a los propios usuarios que no declaran los rendimientos econ¨®micos que obtienen a trav¨¦s de esos trueques. "La econom¨ªa colaborativa tiene el mismo problema que cualquier otro sector emergente. Al principio hay cierto descontrol, las plataformas crecen muy r¨¢pido, pero son controlables en funci¨®n de los requerimientos que hagamos a las empresas. Y hablamos de fraude fiscal, no de econom¨ªa sumergida propiamente dicha, porque esta abarca otro tipo de irregularidades, incluidas actividades il¨ªcitas".
Dentro del plan tributario de este a?o, Hacienda ha puesto en ellas el foco, aunque a los t¨¦cnicos del ministerio que dirige Crist¨®bal Montoro no les resultar¨¢ tan f¨¢cil abarcar el inmenso abanico de aplicaciones que quieren hacerse un hueco en Internet. Los expertos hablan de un mercado en permanente renovaci¨®n, donde llegar el primero ofrece cierta garant¨ªa de ¨¦xito. "Un d¨ªa me preguntaron cu¨¢nto tiempo utilizaba mi coche. Calcul¨¦ que podr¨ªa ser sobre un 5%, el resto del d¨ªa est¨¢ en el garaje. Gracias a las nuevas plataformas esto est¨¢ cambiando. Se eliminan intermediarios, se conecta oferta y demanda para aprovechar al m¨¢ximo los activos, eso es disruptor¡±, cree Jos¨¦ Antonio Latre, socio de Estrategia en el ¨¢rea de Management de KPMG. Aunque los nuevos modelos no olvidan los viejos usos: estos d¨ªas navide?os muchos usuarios se quejan, por ejemplo, del aumento de precios en Blablacar.
Para Javier Rovira, en cambio, todo depende de su nivel de transparencia, de su ubicaci¨®n ?¡ªdentro o fuera del pa¨ªs en el que operan¡ª, y de su voluntad por transmitir datos a las autoridades. "Lo que est¨¢ claro es que van a pasos acelerados. Por eso cuando, por ejemplo, hablamos de consumo en turismo, no solo tenemos que fijarnos en las pernoctaciones en hoteles, sino en si hay m¨¢s o menos alquileres en Airbnb. El consumidor se est¨¢ convirtiendo a la vez en competidor".
?La distribuci¨®n
Un gigante como Walmart, el mayor vendedor al por menor del mundo, pag¨® este verano casi 3.000 millones de euros por Jet.com, una empresa de dos a?os de vida con un inventario de 12 millones de referencias de productos en 2.000 comercios asociados. Walmart, que ha llegado tarde al comercio online, se hac¨ªa de golpe con cuota de mercado gracias a un proveedor de compras por Internet. En Espa?a, operadoras como Comprea, Deliberry o Lolamarket intentan hacer lo mismo en competencia feroz con transatl¨¢nticos del comercio como Amazon u operadores como El Corte Ingl¨¦s. La de los personal shopper es una de las ¨²ltimas tendencias en un universo plagado de apps de intercambio de ropa, coche compartido, pr¨¦stamos de dinero, alojamiento de viajeros, trueque de comida o residencias para perros.
"Una de las cosas que hay que distinguir aqu¨ª es que nos dirigimos a un mundo sin fronteras, de abaratamiento de costes, de rapidez en la entrega. Nuestro cerebro es vago, ansioso, as¨ª que lo que recibes en tres horas en tu casa te parece fant¨¢stico. Por ello la pr¨®xima revoluci¨®n ser¨¢ la de la log¨ªstica", vaticina Rovira. Y de esa revoluci¨®n, protagonizada por los millennials, Hacienda tambi¨¦n querr¨¢ participar.
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