Los mares de pl¨¢stico se secan
Agricultura dise?a un plan para modernizar los invernaderos por la p¨¦rdida de competitividad frente al norte de Europa y los bajos costes de los productores marroqu¨ªes
Las m¨¢s de 50.000 hect¨¢reas de invernaderos, sobre todo en las provincias andaluzas, han sido durante d¨¦cadas el motor y eje de las exportaciones de hortalizas espa?olas en periodos fuera de temporada a Europa ¡ªsobre todo a Alemania, Francia y Reino Unido¡ª. Por su ubicaci¨®n geogr¨¢fica y las condiciones climatol¨®gicas de la zona, los invernaderos espa?oles copaban el mercado casi sin ninguna competencia entre los meses de octubre a los inicios de primavera. Pero hoy, debido a la baja eficiencia de unas instalaciones muy envejecidas, los invernaderos se hallan en una dif¨ªcil encrucijada por su p¨¦rdida de competitividad.
Los viejos mares de pl¨¢stico amenazan con secarse. Por un lado, tienen enfrente a los grandes y modernos invernaderos en los pa¨ªses del norte de la Uni¨®n Europea, con una mayor eficiencia productiva y una mayor cercan¨ªa a los mercados de consumo del denominado tri¨¢ngulo de oro (Alemania, Pa¨ªses Bajos y Francia). A ello se suma un proceso de creciente renacionalizaci¨®n de la demanda donde los franceses llevan la batuta, desde las frutas hasta las carnes o el vino, en defensa de sus producciones a pesar de ser menos competitivas.
Productividad
La existencia de estas estructuras en pa¨ªses como Francia, Holanda o B¨¦lgica se ha reflejado en una mayor producci¨®n por hect¨¢rea, que en el caso del tomate se sit¨²a entre 55 y 70 kilos por metro cuadrado, mientras en Espa?a la producci¨®n por metro cuadrado llega a entre 15 y 20 kilos. A favor de la eficiencia de este tipo de instalaciones con tecnolog¨ªa avanzada del norte europeo juega tambi¨¦n el hecho de que el cambio clim¨¢tico ha adelantando los procesos de maduraci¨®n y con ello la posibilidad de colocar en los mercados en los primeros meses del a?o productos que antes sal¨ªan al inicio de la primavera.
Las instalaciones de Espa?a producen poco y consumen muchos m¨¢s recursos
Por el sur, el sector de los invernaderos espa?oles se enfrenta al aumento de la capacidad exportadora de Marruecos gracias a los menores costes de producci¨®n por sus bajos salarios. Frente a un salario que en Espa?a se eleva a unos seis euros por hora, en las explotaciones de Marruecos se sit¨²a entre los 50 c¨¦ntimos y un euro, a lo que se suman las exigencias menos rigurosas en materia de laboreo o el uso de productos fitosanitarios. A?adido a esto, los productos marroqu¨ªes salen al mercado con el mismo calendario fuera de temporada que los ib¨¦ricos y gozan de las ventajas que les confieren los cupos de entrada y rebaja de aranceles contemplados en el acuerdo con la UE.
En lo que se refiere al tomate, crucial para el productor de invernadero del sur espa?ol, el pacto entre la UE y Marruecos permite la entrada de 250.000 toneladas con un arancel reducido de 0,46 euros, m¨¢s otras 28.000 toneladas si Marruecos cumple con los calendarios de entrada y cantidades sin l¨ªmite con un arancel de 0,62 euros. A?adido a esto, el volumen de entrada de los productos marroqu¨ªes carece de suficiente control.
Ante estas amenazas sobre los mares de pl¨¢stico, el Ministerio de Agricultura est¨¢ elaborando un plan para intentar dar un vuelco a la situaci¨®n y reorientar la actividad de una forma m¨¢s eficiente hacia el exterior. Se trata de una iniciativa de la Administraci¨®n central en la que se quiere involucrar a las comunidades aut¨®nomas a trav¨¦s de los Planes de Desarrollo Rural y a otros departamentos p¨²blicos con competencias en materias claves como la energ¨ªa. Sobre una producci¨®n final agraria en 2015 de 45.000 millones de euros, el sector de las frutas y hortalizas supuso m¨¢s de 18.000 millones, un 40% de la misma. El segmento de los invernaderos es una de las piezas clave por su volumen y, sobre todo, por sus precios fuera de temporada, al aportar unos 5.000 millones de euros en diferentes producciones donde destacan tomates, pepino, lechuga, pimiento o calabac¨ªn. Uno de los objetivos m¨¢s importantes de Agricultura a la hora de abordar este plan es lograr un sector m¨¢s eficiente con un mejor uso de los medios de producci¨®n, energ¨ªa y muy especialmente del agua.
El productor local no innov¨® durante la ¨¦poca de vacas gordas y ahora reclama ayudas p¨²blicas
M¨¢s eficiencia
La Direcci¨®n General de Producciones y Mercados sostiene en sus estudios que para la producci¨®n de un kilo de tomate en los modernos invernaderos de otros pa¨ªses comunitarios, la necesidad de agua se limita a algo m¨¢s de cuatro litros. En Espa?a, con las actuales estructuras, son necesarios 20 litros en unas zonas donde este recurso escasea. Frente a los procesos de modernizaci¨®n realizados en los pa¨ªses del norte, donde disponen de calefacci¨®n y fertilizaci¨®n con CO2, en Espa?a se mantienen estructuras muy simples. Para la implantaci¨®n de una red de invernaderos similar a la levantada en los pa¨ªses noreu?ropeos, seg¨²n los c¨¢lculos de la Federaci¨®n de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), se necesita una inversi¨®n de 1,15 millones de euros por hect¨¢rea, incluido el sistema de calefacci¨®n, la cogeneraci¨®n, el aprovechamiento del CO2, la iluminaci¨®n y la estructura estanca de la instalaci¨®n. El problema es que las inversiones no se hicieron en tiempos de vacas gordas y hoy solo un 10% de productores puede acometer este proceso sin ayudas.
Los productores piden que el proceso de reconversi¨®n se apoye con fondos asignados a los Planes de Desarrollo Rural, dado que el sector hortofrut¨ªcola en Espa?a est¨¢ en inferioridad de condiciones en la actual Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n. Salvo en las ayudas para el funcionamiento de las organizaciones de productores, el sector se halla pr¨¢cticamente excluido de los pagos directos. Por el contrario, en otros pa¨ªses competidores, los Gobiernos optaron por incluir las superficies de frutas y hortalizas como destinatarias de las ayudas directas, lo que conlleva una situaci¨®n de desigualdad a la hora de competir en un mismo mercado ¨²nico.
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