Faltan 1.600.000 empleos
El mercado de trabajo espa?ol es uno de los m¨¢s din¨¢micos de Europa. Ahora hace falta una estrategia
Desde 2013, el desempleo se ha reducido en m¨¢s de 1,8 millones de personas. La tasa de paro ha descendido en 7.5 puntos, un de los ritmos m¨¢s intensos de la zona euro. De cumplirse las previsiones de crecimiento, la tasa de paro podr¨ªa descender hasta alcanzar el 17,5% a finales de a?o, un valor que no se hab¨ªa alcanzado desde 2009.
La tendencia es positiva. Pero queda mucho camino por recorrer para acabar con la crisis del empleo. La tasa de paro se sit¨²a cerca de 12 puntos por encima del mejor resultado que se obtuvo antes de la crisis.
Comparando la situaci¨®n con la de otros pa¨ªses, se deduce que faltan 1,6 millones de empleos para cerrar la brecha con respecto a la zona euro. Bajo el supuesto de una creaci¨®n de 300.000 puestos de trabajo cada a?o ¡ªlo que ser¨ªa coherente con un escenario econ¨®mico sin nuevos choques externos¡ª el proceso de convergencia no concluir¨ªa antes de 2021.
Adem¨¢s, los ¨²ltimos datos reflejan un fen¨®meno de salida del mercado laboral, que se hab¨ªa conseguido evitar durante los a?os centrales de la crisis. As¨ª pues, en 2016, la poblaci¨®n activa cay¨® en cerca de 130.000 personas, sobre todo mujeres y parados de larga duraci¨®n que se desaniman y renuncian a seguir buscando empleo.
La salida del mercado laboral, adem¨¢s de provocar malestar social, merma la base productiva y reduce la capacidad de crecimiento econ¨®mico. No es f¨¢cil reinsertar a un joven que ni estudia ni tiene empleo ni lo busca. Lo mismo ocurre con parados de larga duraci¨®n que no ven sus esfuerzos de reconversi¨®n frustrados por falta de un trabajo adaptado a sus nuevas cualificaciones.
Por eso es tan importante evitar el des¨¢nimo y crear un entorno favorable para que los parados encuentren empleo o establezcan su propio negocio. Alemania, Holanda o el Reino Unido son expertos en la materia, fruto de una estrategia que combina pol¨ªticas activas, formaci¨®n, apoyo individualizado a la b¨²squeda de empleo y oficinas donde se recibe a los parados con frecuencia y profesionalidad. De ah¨ª que mantengan tasas altas de participaci¨®n, incluso durante periodos de recesi¨®n.
Duraci¨®n de los contratos
Seg¨²n el Servicio P¨²blico de Empleo Estatal (SEPE), en el mes de diciembre se formaron 1,699 millones de contratos de trabajo, de los cuales un 7,2% eran indefinidos. El 31,5% de los contratos ten¨ªan una duraci¨®n inferior a 15 d¨ªas (el resto de contratos, un 61,3% del total, eran temporales por una duraci¨®n indeterminada o superior a 15 d¨ªas). Este tipo de contratos ha tendido a aumentar durante la fase de recuperaci¨®n. As¨ª pues, en diciembre del 2014, el 30,1% de los contratos era por una duraci¨®n inferior a 15 d¨ªas. Tambi¨¦n en otros pa¨ªses europeos se multiplican los contratos de muy corta duraci¨®n, como lo demuestra un estudio para Francia publicado esta semana.
En Espa?a, la mejora del funcionamiento de las oficinas de empleo resulta imperiosa. Para promover la participaci¨®n y mantener el ritmo de la recuperaci¨®n econ¨®mica, es imprescindible dotar estas oficinas de orientadores en n¨²mero suficiente. Y en general de mejorar la eficiencia de las pol¨ªticas de empleo. Ello tambi¨¦n ayudar¨ªa a evitar el despilfarro de recursos disponibles. La Comisi¨®n Europea ha aportado m¨¢s de 2.000 millones de euros en apoyo al empleo juvenil. No obstante, a falta de un entramado institucional, el grado de utilizaci¨®n de estos fondos es uno de los m¨¢s bajos de Europa. Esperemos que la normativa adoptada el mes pasado sirva para dar un nuevo impulso a las pol¨ªticas de empleo.
Las carencias son tambi¨¦n cualitativas. Casi cuatro de cada diez trabajadores tienen un contrato temporal o son aut¨®nomos. En muchos casos estas personas aspiran a una situaci¨®n m¨¢s estable y les proporcione unos ingresos m¨¢s en acordes con sus cualificaciones.
La acumulaci¨®n de reformas no ha alterado sustancialmente la dualidad que caracteriza el mercado laboral. Esta situaci¨®n es perjudicial para la econom¨ªa. Dificulta el acceso de los j¨®venes a un empleo. Y reduce los incentivos a la formaci¨®n, algo importante en el contexto de la revoluci¨®n digital. Asimismo, el trabajo temporal es vulnerable en caso de recesi¨®n, lo que contribuye a explicar el porqu¨¦ de la destrucci¨®n de millones de empleos durante la crisis. Si bien es cierto que ahora se recupera la econom¨ªa, tambi¨¦n lo hace el empleo temporal. Convendr¨ªa sin embargo una relaci¨®n de empleo m¨¢s s¨®lida, en consonancia con las capacidades tecnol¨®gicas del pa¨ªs. La reforma laboral emprendida recientemente por Holanda, mejorando la seguridad jur¨ªdica que lastra la creaci¨®n de empleo estable.
En definitiva, el mercado laboral espa?ol es uno de los m¨¢s din¨¢micos de Europa, alimentando la renta familiar, el consumo y el crecimiento econ¨®mico. Para que este c¨ªrculo virtuoso dure, es preciso atajar las inquietantes se?ales de des¨¢nimo que muestran los desempleados, a trav¨¦s de una estrategia de empleo bien dise?ada, y contener la precariedad. Solo as¨ª se lograr¨¢ dejar atr¨¢s la crisis del empleo.
Raymond Torres es director de coyuntura de Funcas. ?
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