El FMI pide a Bruselas que sancione a los pa¨ªses que incumplen el d¨¦ficit
El Fondo reclama multas m¨¢s graduales y vincular los fondos estructurales a cumplir las metas fiscales
Carga de profundidad contra el Pacto de Estabilidad (y Crecimiento, seg¨²n consta en los tratados europeos). El Fondo Monetario Internacional (FMI), en un jugoso documento de trabajo de 43 p¨¢ginas, hace un juicio sumar¨ªsimo a una de las piezas claves de la infraestructura econ¨®mica europea, que la instituci¨®n con sede en Washington juzga un completo desastre. El Pacto es proc¨ªclico ¡ªen econom¨ªa, otra forma de decir est¨²pido¡ª, seg¨²n el FMI: contribuye a hinchar burbujas y a hacer m¨¢s graves las crisis. Tiene sesgos pol¨ªticos que afean la pol¨ªtica fiscal europea (lleva a ajustar por la v¨ªa de los impuestos m¨¢s que por el gasto p¨²blico, y dentro de los gastos a recortar inversiones m¨¢s que gasto corriente). Es injusto: Bruselas es m¨¢s dura con los peque?os pa¨ªses, y m¨¢s sensible con los grandes. El FMI lo califica de "demasiado complejo" y de "poco transparente", y lo acusa de contribuir al "d¨¦ficit democr¨¢tico" que achacan los cr¨ªticos a la eurozona. Y lo m¨¢s importante: nadie lo cumple. Los objetivos de d¨¦ficit se violan en el 80% de los casos; el 90% desde el inicio de la crisis del euro. Y aqu¨ª llega el quid de la cuesti¨®n: el FMI achaca a la falta de sanciones los problemas del Pacto de Estabilidad. Espa?a --y Portugal-- estuvieron muy cerca de las multas, y se libraron en el ¨²ltimo minuto tras una ronda de llamadas del ministro alem¨¢n Wolfgang Sch?uble. El Fondo apunta que "la Comisi¨®n Europea no ha aplicado una sola multa o sanci¨®n", y eso constituye "un signo de d¨¦bil ejecuci¨®n".
La receta es sencilla: modificar de arriba abajo la estructura de los incentivos. En plata: "Introducir de forma gradual y proporcionada sanciones [para los incumplidores] y claros beneficios para quienes cumplen". A m¨¢s largo plazo, el FMI aboga por combinar "una mayor disciplina de mercado" --muy del gusto de pa¨ªses como Alemania-- con "una gobernanza fiscal m¨¢s fuerte", camino de una uni¨®n fiscal muy dif¨ªcil de poner en marcha a la vista de la desconfianza entre el Norte y el Sur; entre pa¨ªses como Alemania, Austria, Finlandia y Holanda y otros como Francia, Italia y el resto de la ribera del Mediterr¨¢neo.
La parte m¨¢s jugosa del informe --que firman el exministro conservador portugu¨¦s Vitor Gaspar, el exfuncionario del Tesoro franc¨¦s Luc Eyraud y el economista Tigran Poghosyan-- es el dise?o de esas sanciones. Actualmente, el Pacto de Estabilidad prev¨¦ sanciones de hasta el 0,2% del PIB (algo m¨¢s de 20.000 millones, en el caso espa?ol) por el incumplimiento de los objetivos fiscales para los pa¨ªses que est¨¢n en el denominado brazo correctivo del pacto (por encima de un agujero fiscal del 3% del PIB). Esas multas no se han aplicado nunca, y los propios funcionarios de Bruselas admiten que nunca se aplicar¨¢n despu¨¦s del sainete protagonizado por Espa?a y Portugal el pasado verano. El FMI critica la estructura actual de las sanciones, que imponen un "estigma", un "coste pol¨ªtico" enorme a los pa¨ªses que reciben esa multa. Y apuesta por un sistema "mucho m¨¢s gradual", que suponga peque?as multas cuando las desviaciones respecto a las metas de d¨¦ficit son peque?as, y penalice "duramente" a los pa¨ªses que incumplan reiteradamente y registren diferencias enormes. Adem¨¢s, apunta la necesidad de establecer "incentivos positivos" en la estructura del pacto. Gaspar y compa?¨ªa citan dos posibilidades: vincular los fondos estructurales y otros subsidios europeos al cumplimiento de los objetivos pactados, y condicionar la futura capacidad fiscal de la eurozona --un seguro de desempleo com¨²n, por ejemplo-- al cumplimiento de las reglas.
El resultado de todo el documento es demoledor: el FMI apunta --e incluso escribe-- que la credibilidad del Pacto de Estabilidad, un cojunto de reglas extremadamente complicadas que se ha ido reformando durante los ¨²ltimos a?os, deja mucho que desear. El rey, en fin, est¨¢ desnudo, como en aquel cuento de Andersen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.