La inicua asimetr¨ªa del poder
La captura del Estado, el clientelismo y la exclusi¨®n redistribuyen a la inversa
En los tres actos pol¨ªticos celebrados durante el fin de semana (PP, PSOE, Podemos) se ha visibilizado con mucha nitidez la asimetr¨ªa del poder: omn¨ªmodo en el caso de Rajoy, expectante en el acto de apoyo a Susana D¨ªaz, disputado en la competencia entre Pablo Iglesias e I?igo Errej¨®n. La desigualdad en el uso y disfrute de ese poder ha sido objeto de muchos estudios en el ¨¢mbito de la ciencia pol¨ªtica a trav¨¦s del tiempo. Era dif¨ªcil pensar que tambi¨¦n se iba a encontrar en el ¨²ltimo Informe sobre del Desarrollo Mundial (La gobernanza y las leyes), del Banco Mundial, presentado recientemente.
Tiene un inter¨¦s a?adido este documento por ser el primer informe sobre el desarrollo publicado desde que Paul Romer fue escogido como economista jefe de la instituci¨®n. No hab¨ªa habido un economista de tanta personalidad en la organizaci¨®n multilateral desde que lo fue Joseph Stiglitz (1997-2000), y lo ha demostrado elaborando un dur¨ªsimo trabajo sobre los problemas de la macroeconom¨ªa, que ha dejado temblando los cimientos de la profesi¨®n. Aunque es l¨®gico pensar que este informe pertenece, sobre todo, a la etapa anterior (Romer s¨®lo est¨¢ desde el pasado mes de octubre), el economista jefe tiene como potestad dirigir las l¨ªneas de investigaci¨®n de la instituci¨®n creada en Breton Woods al final de la Segunda Guerra Mundial.
El Informe sobre el Desarrollo trata de responder a una historia muy frecuente: por qu¨¦ las pol¨ªticas p¨²blicas no tienen en muchas ocasiones la eficacia suficiente, incluso si est¨¢n bien enfocadas. El Banco Mundial se centra en las responsabilidades de la gobernanza y en c¨®mo una distribuci¨®n desigual del poder en el seno de las sociedades mina aquella eficacia. La asimetr¨ªa del poder se centra en tres caracter¨ªsticas que se complementan: la exclusi¨®n de grupos y ciudadanos que son sistem¨¢ticamente apartados de las decisiones, de las instituciones y de los recursos del Estado; la captura del Estado (o de algunos de sus organismos, como los reguladores y supervisores) por parte de ¨¦lites que se adue?an de la pol¨ªtica y la ponen al servicio de sus intereses; y el clientelismo, cuando se proporcionan beneficios a cambio del apoyo pol¨ªtico, se compra el voto ciudadano a cambio de beneficios a corto plazo.
Exclusi¨®n, captura y clientelismo reducen la capacidad de los Estados para proporcionar el bienestar a sus ciudadanos, lo cual adquiere m¨¢s significaci¨®n en coyunturas de crisis abierta o en otras de mucha vulnerabilidad frente a las tendencias y los ciclos econ¨®micos, en las que el crecimiento y la productividad a nivel mundial disminuyen, lo que limita los recursos disponibles al tiempo que las demandas ciudadanas de servicios, infraestructuras e instituciones justas (por ejemplo, la ayuda al desarrollo) contin¨²an aumentando. Dadas las restricciones que pesan sobre los presupuestos p¨²blicos es imprescindible que los recursos se utilicen con la mayor eficacia, lo que significa que habr¨¢ de reducir tambi¨¦n la desigualdad en el poder (adem¨¢s del resto de las desigualdades, sobre todo la de oportunidades).
Errej¨®n ha dicho estos d¨ªas algo que sirve para todas las formaciones pol¨ªticas y para cualquier momento: para que un partido pueda gobernar, la ciudadan¨ªa tiene que visibilizar que es capaz de gobernar. Las decisiones se toman en escenarios pol¨ªticos y sociales complejos; los individuos y los grupos con poder desigual interact¨²an en un marco de reglas cambiantes. En este sentido, el PP goza ahora de gran ventaja.
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