El coste de la pobreza energ¨¦tica en Espa?a
Solo con eficiencia energ¨¦tica en las viviendas con pobreza energ¨¦tica, el pa¨ªs se ahorrar¨ªa 560 millones de euros anuales en costes sanitarios y laborales
El 5 de marzo se ha conmemorado el D¨ªa Mundial de la Eficiencia Energ¨¦tica, una fecha en la que hay que detenerse para hacer una reflexi¨®n del uso que se hace de los recursos y del papel fundamental que tiene la eficiencia energ¨¦tica dentro de la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Un mensaje que se viene repitiendo de forma obligada cada vez que tiene lugar esta celebraci¨®n, y ya son 19 a?os.
La Fundaci¨®n La Casa que Ahorra es consciente de que organismos p¨²blicos, empresas y ciudadanos tienen mucho camino por recorrer, pero quiere ir m¨¢s all¨¢, y sumar a las adversas consecuencias medioambientales que provoca el derroche de la energ¨ªa, aquellas que afectan a la salud de las personas. En este sentido, present¨® el estudio, ¡°Estimaci¨®n del efecto de la rehabilitaci¨®n energ¨¦tica en la salud de las personas. Visi¨®n econ¨®mica¡±, que eval¨²a el impacto que tendr¨ªa en la salud y en la econom¨ªa espa?ola una mejora de las condiciones de vida en aquellos hogares considerados en ¡°pobreza energ¨¦tica¡± a trav¨¦s de una rehabilitaci¨®n energ¨¦tica. Los resultados hablan por s¨ª solos, explica Albert Grau, gerente de la Fundaci¨®n La Casa que Ahorra, ¡°y si se rehabilitaran esas 1,5 millones de viviendas, construidas mayoritariamente entre los 60-80 y que normalmente habita aquella parte de la sociedad en riesgo de exclusi¨®n, el Gobierno se podr¨ªa ahorrar 560 millones de euros anuales en costes sanitarios y laborales¡±.
Estas cifras suponen, desde el punto de vista de la salud de los ciudadanos, que ser¨ªa posible evitar que unas 100.000 personas considerasen que tienen una salud mala o muy mala, y que unas 120.000 personas no estar¨ªan diagnosticadas con problemas cardiovasculares. Desde el punto de vista econ¨®mico, si el Gobierno subvencionara en un 50% las obras de rehabilitaci¨®n de los casos comentados anteriormente, ese dinero retornar¨ªa a las arcas estatales en 16 a?os. Seg¨²n Albert Grau, ¡°este payback es realmente bajo si se considera que las inversiones gubernamentales no acostumbran a regirse por criterios de rentabilidad dentro de nuestro conocido como estado del bienestar, especialmente aquellas con un marcado car¨¢cter social y/o en salud¡±.
Para llegar a estos resultados se han analizado diferentes variables, explica Albert Grau, como que el 55% de las viviendas en Espa?a est¨¢n construidas antes de 1980, y el 36% en el periodo comprendido entre la d¨¦cada de los 60 y 80, y se han identificado aquellos hogares que gastan m¨¢s del 10% de sus ingresos en energ¨ªa, son los que sufren pobreza energ¨¦tica. Representan el 8% de las viviendas, unos 1,5 millones. A esto hay que sumar diferentes variables de salud como pir¨¢mides de edad, estado de salud auto-percibida y los ingresos anuales netos del hogar.
El an¨¢lisis de todas estas variables da lugar a los resultados comentados anteriormente. Si bien es verdad, se?ala el gerente de la Fundaci¨®n, que la relaci¨®n salud-vivienda est¨¢ bien establecida y existen numerosos estudios que evidencian que unas malas condiciones en la vivienda ocasionan problemas de salud, la relaci¨®n salud-eficiencia energ¨¦tica necesita ser profundizada, y hacen falta m¨¢s estudios para determinar su efecto de forma clara y para cada una de las problem¨¢ticas que se pueden dar en las viviendas, como ser¨ªan problemas de ruido, calidad del aire¡
La Fundaci¨®n La Casa que Ahorra ha querido poner de manifiesto que a los ya conocidos efectos medioambientales y econ¨®micos que supone el incremento de la demanda energ¨¦tica, hay que tener presentes tambi¨¦n los que inciden de forma desfavorable en la salud de los ciudadanos.
Albert Grau es gerente de la Fundaci¨®n La Casa que Ahorra.
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