La empresaria que encontr¨® futuro en el campo
Nuria Varela-Portas puso en marcha con 50 gallinas Pazo de Vilane, pionera en el mercado del huevo campero que hoy factura cinco millones
La de Nuria Varela-Portas (Lugo, 1972) es la historia de un ¡°impulso¡±, un ¡°impulso¡± que tuvo a mediados de los 90, que la llev¨® de la ciudad al campo; de la carrera de Econ¨®micas al volante de una furgoneta alquilada; de, probablemente, trabajar en una oficina en Madrid a rodearse de gallinas en una granja en Lugo.
Nuria es la responsable de Pazo de Vilane, una empresa pionera en la producci¨®n de huevos camperos que hoy factura cinco millones de euros y emplea a 30 personas, mujeres en su mayor¨ªa. Ella ha sido, fundamentalmente, la responsable de que ese impulso creciese hasta convertirse en la empresa que es hoy, desenvolvi¨¦ndose en un entorno, el agrario, eminentemente masculino ¡ªel 73% de los activos del sector son hombres, seg¨²n la EPA¡ª sin topar con grandes barreras, aunque s¨ª con cierto ¡°paternalismo¡±.
El p¨¢lpito, aunque ella no lo supiera, le lleg¨® en Londres, donde estaba pasando un a?o tras acabar la carrera de Econom¨ªa. Desde all¨ª, Nuria escribi¨® a sus padres una carta. ¡°Les dec¨ªa que yo no me ve¨ªa en la ciudad, que no era para m¨ª, que yo me imaginaba un proyecto en Vilane¡±, una finca en la localidad lucense de Antas de Ulla que hab¨ªa pertenecido a su familia desde hac¨ªa 12 generaciones y que llevaba abandonada y paralizada desde que en los 70 la familia emigrase a Madrid. La empresaria cuenta por tel¨¦fono que no recordaba esa carta, que la encontr¨® despu¨¦s de que sus padres fallecieran, ya a?os despu¨¦s de que la empresa se pusiera en marcha. "Se ve que lo del campo estaba en mi ADN. Yo, que nunca hab¨ªa vivido en el campo", r¨ªe.
Al volver a Espa?a, sus padres -el padre de Nuria hab¨ªa sido empresario- recogieron ese guante y la familia hizo las maletas y se estableci¨® en esa finca, el Pazo de Vilane, para poner en marcha ese proyecto. ¡°La premisa era salvaguardar el patrimonio, ponerlo en marcha¡±, cuenta, ya que la propiedad estaba inactiva desde los 70.
Pero, en realidad, no hab¨ªa proyecto. ¡°A veces el emprendimiento es como un impulso, no hace falta hacer un plan de negocio para querer hacer algo¡±, explica. ¡°Solo sab¨ªamos que en en el campo hab¨ªa futuro, de alguna manera¡±, dice. En un principio, pensaron en un hotel rural, teniendo en cuenta que el pazo albergaba un caser¨®n del siglo XVIII. ¡°Hab¨ªa subvenciones y ayudas, pero nos chirriaba¡±. En primer lugar, por el escaso retorno de la inversi¨®n, y en segundo lugar, porque no quer¨ªan convertir la casa familiar en un espacio p¨²blico. ¡°Es nuestro punto de encuentro, como nuestro nido¡±, explica.
Descartado el hotel, surge la idea de los huevos. ¡°Nos dimos cuenta de que hab¨ªa una demanda de huevo de las casas, como lo llaman en Galicia¡±, recuerda. Entonces, en 1996, no se llamaba, como ahora, huevo campero. As¨ª que compraron 50 gallinas y las pusieron a poner. Y, para diferenciarse del resto en el lineal del supermercado, encargaron un envase al dise?ador Pepe Barro. "Teniamos que romper el lineal y transmitir que est¨¢bamos ofreciendo algo distinto", razona. El dise?ador les respondi¨® con una caja de cart¨®n marr¨®n, rectangular, sin m¨¢s a?adido que una gallina punteada y la leyenda ¡°huevos de gallinas en libertad¡±, muy distinta a los envases de huevos que se estilaban. La propia Nuria comenz¨® vendiendo los huevos ¡°tienda por tienda¡± con una furgoneta de segunda mano por toda Galicia. Cuenta que su padre era entonces "el director de orquesta"; ella, de nuevo, "el impulso, el desparpajo de la juventud". As¨ª, durante tres a?os, hasta que su padre dijo: ¡°Se acab¨®, ya no repartes m¨¢s huevos, t¨² est¨¢s demasiado preparada para eso¡±, y contrataron un conductor.
La granja con 50 gallinas se ha convertido en 11 granjas en las inmediaciones del pazo con 100.000 aves que picotean en libertad y comen un pienso dise?ado por la familia a base de cereales y ¡°materia prima noble¡±. La empresa factura ya cinco millones de euros y cuenta con 30 empleados, ¡°el 70% de ellos mujeres¡±, cuenta Nuria.
Admite que no ha encontrado demasiadas barreras por el hecho de ser mujer, pero s¨ª ¡°bastante paternalismo¡±. ¡°A veces puede ser hasta bueno¡±, reconoce, ¡°cuando te dicen: ¡®Anda, mira qu¨¦ mona la ni?a, qu¨¦ graciosa, lo que quiere hacer, pues vamos a ayudarla¡¯, y te reciben bien¡±. Discriminaci¨®n dice no haber sentido, pero s¨ª ¡°una especie de ninguneo¡± por la especificidad del producto que vend¨ªa. Tambi¨¦n relata escenas en las que se ha visto ¡°en una sala de una gran empresa donde todos eran se?ores con corbata y vestidos de azul, y yo no era eso¡±, pero admite que incluso ¡°ese factor sorpresa¡± le ha podido beneficiar.
¡°Pero vamos, muchas veces lo importante es tu actitud, no la del otro¡±, zanja. ¡°Yo nunca me he callado lo que ten¨ªa que decir, si he tenido que llegar a un banco a presentar un proyecto lo he hecho¡ Nunca me he planteado si soy mujer u hombre, yo soy Nuria¡±.
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