¡°Si Trump levanta barreras, da?ar¨¢ sobre todo a su industria¡±
En los seis meses que le quedan de legislatura, Brigitte Zypries pretende impulsar la agenda digital, asunto que abordar¨¢ en la cumbre del G20 del 6 y 7 de abril en D¨¹sseldorf
Brigitte Zypries (Kassel, 1953) est¨¢ de salida en la pol¨ªtica alemana. De ocupar la cartera de Justicia con los cancilleres Gerhard Schr?der y Angela Merkel, esta veterana dirigente socialdem¨®crata pas¨® en 2013 por el mal trago de descender un escal¨®n y conformarse con una secretar¨ªa de Estado. Hace solo dos meses, aprovechando un cambio de sillas de los principales ministros de su partido, logr¨® una nueva promoci¨®n y se hizo cargo de Econom¨ªa. En los seis meses que le quedan de legislatura, Zypries pretende impulsar la agenda digital, asunto que abordar¨¢ en la cumbre del G20 del 6 y 7 de abril en D¨¹sseldorf.
La ministra desecha las cr¨ªticas por el elevado super¨¢vit por cuenta corriente que a Alemania le llegan de organismos tan distintos y distantes como la Comisi¨®n Europea, el FMI o el Gobierno de EE UU. Pero, reunida en Berl¨ªn con cuatro diarios europeos, Zypries rechaza las preguntas sobre este tema o sobre la necesidad de elevar la inversi¨®n en la mayor econom¨ªa de la UE. Prefiere ce?irse a la digitalizaci¨®n y al comercio. Ante amenazas como la deriva proteccionista del presidente Donald Trump o el Brexit, Zypries se muestra convencida de la fortaleza econ¨®mica de su pa¨ªs. Sus respuestas podr¨ªan resumirse en una: los otros tienen m¨¢s que perder.
Sobre el tratado comercial que Bruselas negociaba con Washington niega que est¨¦ muerto. ¡°Pero ahora tenemos otros asuntos¡±, admite. Y sobre el inter¨¦s chino en comprar empresas estrat¨¦gicas alemanas, como la de robots Kuka, Zypries insiste en respetar el mercado libre, pero no caer en la ingenuidad. ¡°Es una batalla con medios desiguales. Esperamos que nuestras empresas sean tratadas en China con condiciones justas¡±, dice. El Gobierno alem¨¢n prepara un informe sobre estas compras empresariales con dinero chino. ?Es Pek¨ªn el nuevo defensor del librecambismo? ¡°Esperemos que tras esas bonitas palabras lleguen los hechos¡±, asegura con un deje de iron¨ªa.
Pregunta. Unos 750.000 puestos de trabajo en Alemania dependen del comercio con Reino Unido. ?Qu¨¦ consecuencias teme de un Brexit duro?
Respuesta. Las negociaciones acaban de empezar. En los dos pr¨®ximos a?os no cambiar¨¢ nada: todos los derechos y obligaciones se mantienen. Y dibujar escenarios catastrofistas no ayuda a nadie. La econom¨ªa brit¨¢nica se juega mucho. La nuestra, por el contrario, es muy robusta y est¨¢ bien entrelazada internacionalmente. No me preocupo demasiado.
P. En la ¨²ltima reuni¨®n de ministros de Finanzas del G20, Washington logr¨® retirar una cr¨ªtica al proteccionismo. ?Vivimos el fin de una era dorada del libre comercio?
R. Espero que no. Nosotros defendemos un comercio libre y justo. Habr¨ªamos deseado en el texto una declaraci¨®n de EE UU a favor. Pero todav¨ªa quedan muchas conversaciones hasta el G20 de Hamburgo de este verano. Las barreras no ayudan a nadie.
P. Usted amenaz¨® a EE UU con una denuncia si aprueba impuestos a la importaci¨®n y aranceles. ?Es la respuesta correcta?
R. Debemos reaccionar serenos y seguros de nosotros. No hay ning¨²n motivo para amedrentarnos. Debemos destacar los puestos de trabajo que las empresas europeas crean en EE UU. Tan solo las alemanas han creado 700.000 empleos y forman a trabajadores. Alemania fabrica m¨¢s autom¨®viles en EE UU de los que exporta all¨ª. Tambi¨¦n convendr¨ªa recordar las reglas y obligaciones de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC), de la que EE UU es miembro fundador.
P. Ese es el mensaje que la canciller Merkel llev¨® hace dos semanas a Washington. Sin mucho efecto, aparentemente.
R. Los estadounidenses escuchan y parece que quieren aprender. La hija de Trump, Ivanka, va a participar en la cumbre de mujeres del G20 a finales de abril y all¨ª observar¨¢ c¨®mo funciona la formaci¨®n dual. A los americanos les interesa mucho el sistema de formaci¨®n profesional alem¨¢n.
P. En una guerra comercial, ?qui¨¦n perder¨ªa m¨¢s?
R. En un mundo globalizado no se deben levantar muros. Un proverbio chino dice que cuando el viento sopla, conviene construir molinos, no muros. Los americanos compran a Alemania m¨¢quinas para su industria. Estas se encarecer¨ªan si Trump fuera por ese camino. Una pol¨ªtica proteccionista da?ar¨ªa sobre todo a la industria de EE UU.
P. ?Y si estos argumentos no convencen a Trump?
R. Entonces quedan los mecanismos de resoluci¨®n de conflictos de la OMC. Si se decretan aranceles del 2,5% sobre los autom¨®viles europeos, entonces la UE podr¨ªa denunciarlo.
P. ?Est¨¢n ya en conversaciones ya con Washington?
R. Cuando haya una Administraci¨®n. En parte, todav¨ªa no la hay. No han nombrado, por ejemplo, un encargado de Comercio. Y faltan por cubrir cientos de puestos intermedios. A menudo, no encontramos interlocutor. Por eso no volar¨¢ a EE UU en abril nuestro secretario de Estado de Industria. Yo ir¨¦ en mayo. Para entonces la situaci¨®n deber¨¢ estar m¨¢s clara.
P. ?No es esta situaci¨®n algo excepcional?
R. Toda esta presidencia es excepcional, ?no cree?
P. ?Es Trump un riesgo para la econom¨ªa mundial?
R. Todav¨ªa hay mucha incertidumbre. Muchos de los anuncios del presidente se estrellan contra la Justicia o el Parlamento. Hay muchas cosas pendientes, poca planificaci¨®n. No es bueno para la econom¨ªa ni para las inversiones a largo plazo.
P. A muchas personas les preocupa el efecto de la digitalizaci¨®n en el mercado laboral. ?Teme una destrucci¨®n masiva de empleos?
R. Es muy probable que acabe con puestos de trabajo, pero tambi¨¦n crear¨¢ otros nuevos. Creo que los pros predominar¨¢n sobre los contras, tambi¨¦n en el mercado de trabajo. Pero para ello debemos ayudar en el cambio a trav¨¦s de la educaci¨®n digital desde la guarder¨ªa hasta la formaci¨®n profesional en las f¨¢bricas.
P. ?Qu¨¦ opina sobre un impuesto a los robots que compense las p¨¦rdidas de empleo, defendido por el socialista franc¨¦s Beno?t Hamon?
R. No es adecuado. Puede contribuir a que las empresas renuncien a emplear nuevas tecnolog¨ªas. No tiene mucho sentido entorpecer la innovaci¨®n. Es mejor gravar los beneficios empresariales, independientemente de si se han generado con personas o m¨¢quinas.
P. Algunos empresarios defienden una renta b¨¢sica universal que compensara las p¨¦rdidas de empleo. Suena muy social.
R. Entonces se plantear¨ªa la pregunta de qui¨¦n lo pagar¨ªa. No he visto c¨¢lculos serios que respondan a esta pregunta. Lo veo con escepticismo.
El contenido de esta informaci¨®n ha sido elaborado en virtud de la integraci¨®n del diario EL PA?S en LENA: Leading European Newspaper Alliance
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