La violencia le cuesta a M¨¦xico la quinta parte de su PIB
Un estudio del Instituto para la Econom¨ªa y la Paz sit¨²a la criminalidad como el principal motivo de preocupaci¨®n para los empresarios, por delante de la fiscalidad, la corrupci¨®n o el bajo poder adquisitivo de los consumidores
M¨¦xico ser¨ªa un 18% m¨¢s rico sin violencia. Casi la mitad de este da?o econ¨®mico tiene que ver con lo que los t¨¦cnicos del Instituto para la Econom¨ªa y la Paz?califican como "delitos violentos": robos, asaltos y secuestros, seg¨²n el ¨ªndice anual presentado este martes por el think tank, uno de los m¨¢s potentes del mundo en la materia. Pese a que la incidencia de estos cr¨ªmenes se redujo ligeramente el a?o pasado, sigue siendo, por mucho,?la principal causa de quebrantos econ¨®micos derivados de la violencia.?
Los homicidios acarrearon, por su parte, un coste econ¨®mico de casi un bill¨®n de pesos en 2016: en ese rubro, los firmantes de la investigaci¨®n incluyen desde el coste directo que supone la muerte violenta de una persona para su familia hasta la ca¨ªda de productividad asociada a la muerte de un trabajador en activo. En suma, delitos violentos y homicidios suponen casi el 80% de las p¨¦rdidas asociadas a la violencia; el resto tiene que ver con el gasto p¨²blico destinado a contener la criminalidad, el miedo enraizado en la sociedad o el coste de la seguridad privada.
Casi la quinta parte del PIB: esa es la magnitud econ¨®mica de la violencia en M¨¦xico. En 2016, tras una d¨¦cada de guerra contra el narco, este ¨ªndice de paz se deterior¨® un 4,3% y su reca¨ªda ha tenido un coste directo para la econom¨ªa del pa¨ªs norteamericano. El estudio?tiene en cuenta el n¨²mero de homicidios, asaltos, secuestros, violaciones, extorsiones y robos por cada 100.000 habitantes, as¨ª como el volumen de personas en prisi¨®n sin una sentencia judicial que justifique su encarcelamiento.
Como en 2015, los empresarios mexicanos siguen identificando la inseguridad como la mayor preocupaci¨®n para sus cuentas de resultados, a mucha distancia de la fiscalidad, la corrupci¨®n o el bajo nivel de poder adquisitivo de la poblaci¨®n. El porqu¨¦ de su temor tambi¨¦n est¨¢ en cifras: una de una de cada tres empresas establecidas en M¨¦xico sufri¨® al menos un delito. Esta criminalidad sobre las propias compa?¨ªas supone la mitad del coste empresarial derivado de la violencia (equivalente al 1% del PIB); la otra mitad est¨¢ vinculada con las medidas que tienen que tomar para protegerse de la violencia.
Las cifras var¨ªan ampliamente entre Estados: de Yucat¨¢n, el m¨¢s pac¨ªfico del pa¨ªs en 12 de los ¨²ltimos 14 a?os, a?Guerrero, el m¨¢s violento, hay un abismo que, lejos de cerrarse, tiende a ampliarse a?o tras a?o. En el primero, el coste econ¨®mico de la violencia ascendi¨® a 14.600 pesos (780 d¨®lares) por persona, muy por debajo de la media nacional (algo m¨¢s de 25.000 pesos o 1.330 d¨®lares). En el segundo, esta lacra cost¨® 53.600 pesos (2.850 d¨®lares) por habitante, una cifra enorme m¨¢s a¨²n si se tiene en cuenta que se trata de una de las regiones m¨¢s pobres del pa¨ªs. El patr¨®n general que se desprende de las cifras de la organizaci¨®n australiana es una relaci¨®n directa entre el coste econ¨®mico ¡ªy, por supuesto, humano¡ª de la violencia y la posici¨®n geogr¨¢fica de cada Estado: cuanto m¨¢s cerca de la frontera con EE UU, m¨¢s estragos causados por la criminalidad.
2016 fue, en t¨¦rminos generales, un mal a?o para la violencia en M¨¦xico. Tras una sostenida mejor¨ªa desde 2012, el ejercicio pasado trunc¨® esta senda: la tasa de homicidios se dispar¨® un 18% y el uso de armas de fuego repunt¨® con fuerza, seg¨²n los datos presentados por el Instituto para la Econom¨ªa y la Paz.?Sin embargo, los t¨¦cnicos del centro creen que es "demasiado pronto" para concluir si se trata de un cambio de tendencia o solo un bache.?Tambi¨¦n dan razones para la esperanza: la organizaci¨®n reconoce los "progresos estructurales" logrados el a?o pasado; subraya que el pa¨ªs sigue siendo un 14% m¨¢s pac¨ªfico que en 2011, en plena guerra contra el narco y cuando la tasa de homicidios era un 16% superior a la observada en 2016; y destaca la mejor¨ªa en las cifras de 21 de los 32 Estados.
Por entidades federativas, en los seis ¨²ltimos a?os los mayores avances se registraron en Nayarit, Durango, Coahuila, Quintana Roo y Chihuahua, mientras que en Colima, Baja California Sur, Zacatecas, Oaxaca y Michoac¨¢n se produjeron los mayores empeoramientos.
En el plano de recomendaciones, el Instituto para la Econom¨ªa y la Paz insiste en la necesidad de aumentar los salarios de polic¨ªas y miembros de las fuerzas de seguridad. "Los Estados que pagan mejor tambi¨¦n tienden a gastar m¨¢s en el entrenamiento de los agentes", asevera el informe. "Y dado el alto riesgo asociado a su trabajo y los altos pagos que suele ofrecer el crimen organizado, los salarios deben adecuarse para compensarlo". Aunque en 2016, un 13% m¨¢s de mexicanos dijeron confiar en la polic¨ªa, la cifra total solo alcanza el 50% y es a¨²n inferior en el caso de los cuerpos de seguridad locales, que los ciudadanos suelen asociar m¨¢s con la corrupci¨®n.
La organizaci¨®n tambi¨¦n subraya la importancia de mejorar la capacidad general de la justicia en un pa¨ªs en el que la ratio de funcionarios de este segmento es de 3,5 por cada 100.000 habitantes, casi cuatro veces inferior a la media mundial, y llama a seguir el camino emprendido en 2011. "La reciente mejora es sustancial", destaca el think tank con sede en S¨ªdney: entre 2011 y 2016 el gasto p¨²blico en el sistema de justicia ha subido un nada despreciable 41%. Tambi¨¦n ha mejorado la recolecci¨®n y precisi¨®n de los datos de criminalidad, "pero la calidad de las cifras oficiales sigue siendo baja", a?ade. En 2015, el ¨²ltimo a?o del que hay estad¨ªsticas en este ¨¢mbito, el porcentaje de homicidios que no fueron contabilizados oficialmente fue elevado: el 10%. Sin embargo, este guarismo es inferior al registrado en los 12 meses anteriores: 15%. El pasado a?o, cuatro Estados ¡ªBaja California, Morelos, Sonora y Tabasco¡ª siguieron sin reportar ning¨²n ataque con arma de fuego, una realidad a todas luces imposible.
"M¨¦xico ha dado y sigue dando importantes pasos para mejorar su Estado de derecho y el cumplimiento de la ley", destaca el Instituto para la Econom¨ªa y la Paz. "Pero los desaf¨ªos siguen siendo formidables y los recientes aumentos en la tasa de homicidios, muy preocupantes", concluye.
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