¡°Las pymes son las que m¨¢s saldr¨¢n ganando con el acuerdo con Canad¨¢¡±
El emisario del Gobierno canadiense para el tratado de libre comercio con la UE (CETA) afirma que los beneficios del pacto hablar¨¢n por si solos
El Acuerdo General Econ¨®mico y Comercial entre Canad¨¢ y la Uni¨®n Europea (CETA, por sus siglas en ingl¨¦s) fue aprobado por el Parlamento Europeo el pasado 15 de febrero. Ahora debe de ser ratificado por los parlamentos nacionales de los estados miembros de la UE, entre ellos el espa?ol. El pol¨ªtico canadiense Pierre Pettigrew (Quebec, 1951), exministro de Comercio Internacional y de Exteriores, fue repescado del sector privado por el primer ministro Justin Trudeau para vender las bondades del CETA en los dos lados del Atl¨¢ntico.
Pregunta: ?Podr¨ªa explicar brevemente por qu¨¦ el CETA es bueno para la ciudadan¨ªa europea?
Respuesta: Vivimos en un mundo cargado de desaf¨ªos. En 2016 han pasado cosas que han cambiado el estado de ¨¢nimo de las relaciones entre las naciones y los pa¨ªses. Creo que es muy importante que nuestros pa¨ªses, los de la Uni¨®n Europea y Canad¨¢, con una larga historia en com¨²n, con unos valores que compartimos, nos demos las herramientas para profundizar y reforzar esa cooperaci¨®n. Aunque yo ya pensaba hace dos a?os [cuando terminaron las negociaciones] que era un gran acuerdo, ahora se ha vuelto mucho m¨¢s importante.
P. ?Qu¨¦ efectos tiene el acuerdo?
R. El acuerdo provisional, que entrar¨¢ en vigor esta primavera y que no necesita de la ratificaci¨®n de los parlamentos nacionales, traer¨¢ ya beneficios. Las empresas europeas y espa?olas podr¨¢n entrar en Canad¨¢ en condiciones mucho mejores a partir de los pr¨®ximos meses, mucho m¨¢s all¨¢ de los aranceles, que, al fin y al cabo, ya han desaparecido en un 98%. Hablamos de cosas como aduanas, certificaciones, desplazar un trabajador a Canad¨¢ para trabajos puntuales sin necesidad de visado, el que por primera vez Canad¨¢ reconozca las indicaciones geogr¨¢ficas protegidas... Mucha gente dice que el CETA es para las grandes empresas. ?Y es falso! Son las peque?as y medianas compa?¨ªas las que m¨¢s se benefician del acuerdo, porque son las que no pueden hacer frente a los costes que supone tener abogados y consultores.
P. Llega usted a Europa en un momento pol¨ªticamente delicado; con las elecciones francesas a finales de abril y las alemanas en septiembre, el libre comercio y sus consecuencias van a ser parte del debate. ?Teme usted no ser escuchado en los mercados que m¨¢s interesan?
R. La aprobaci¨®n del acuerdo, tanto por los Gobiernos de los Veintiocho como por el Parlamento Europeo, es a¨²n muy reciente. Creo que la aplicaci¨®n del acuerdo provisional nos ayudar¨¢, porque vamos a tener resultados claros que hablar¨¢n por s¨ª mismos; as¨ª que aunque el discurso se vuelva algo proteccionista, seremos capaces de decirle a la opini¨®n p¨²blica: "Mirad c¨®mo han mejorado las cosas, cu¨¢ntos empleos crea en Espa?a y en Europa". Por el otro lado, quedar¨¢ claro que los que pronosticaban que el cielo se iba a venir abajo por la entrada en vigor del acuerdo no ten¨ªan raz¨®n.
P. ?C¨®mo afecta Brexit a la relaci¨®n canadiense con Reino Unido?
R. Estamos muy satisfechos con la contribuci¨®n brit¨¢nica al acuerdo. Recuerde que Reino Unido es firmante. El proceso de salida de la UE ahora tiene dos a?os por delante: mientras tanto, Reino Unido estar¨¢ en la UE y ser¨¢ parte de CETA. Por nuestra parte, somos muy somos conscientes de la importancia de tener una buena relaci¨®n con Reino Unido. Queremos esperar y ver c¨®mo resuelven en los pr¨®ximos dos a?os su relaci¨®n con la Uni¨®n Europea; s¨®lo entonces podremos hablar. No tenemos ni idea de c¨®mo va a terminar la negociaci¨®n.
P. El CETA parece haber sido "empaquetado" por sus opositores junto al acuerdo transatl¨¢ntico con EE UU (el TTIP) como un objetivo de un descontento generalizado con la globalizaci¨®n y el libre comercio.
R. Hay mucha confusi¨®n y muchas calumnias. CETA y TTIP son dos animales muy distintos. El TTIP ni siquiera ha terminado de negociarse, mientras que el CETA es el resultado de siete a?os de discusiones. El nuestro es un acuerdo tan claramente diferente, tan moderno y progresista, que es muy f¨¢cil de distinguir de otros tratados comerciales (tanto en vigor como en negociaci¨®n) en los que la Uni¨®n Europea es parte.
P. Usted fue ministro de Comercio Internacional hace 20 a?os. ?C¨®mo ve que han cambiado las actitudes internacionales hacia el libre comercio desde entonces?
R. Depende. Tanto en Espa?a como en Canad¨¢, por ejemplo, el apoyo al libre comercio sigue siendo muy importante. Cuando firmamos el primer acuerdo con Estados Unidos en 1988, la oposici¨®n fue muy fuerte. 25 a?os despu¨¦s, no voy a decir que no haya oposici¨®n al libre comercio con EE UU (porque la hay) pero esta ya no es parte del discurso dominante.
P. Pero no pasa igual en todas partes; uno de los factores que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca fue el descontento con NAFTA en algunos estados del norte del pa¨ªs.
R. Estoy de acuerdo. Hay mucha confusi¨®n en el debate, no solo en Estados Unidos, porque hay gente que acusa al libre comercio de acabar con empleos que se han perdido por otras razones, como el desarrollo tecnol¨®gico. Uno de los retos en los que quiz¨¢s EE UU no se haya esforzado mucho es en la formaci¨®n, en preparar a la gente para nuevos empleos y profesiones. En Canad¨¢ no lo hemos hecho mal, en Alemania son muy buenos en ello.
P. Una de las cl¨¢usulas m¨¢s discutidas del tratado es la que establece un sistema judicial propio para los conflictos comerciales y de inversi¨®n entre ambos pa¨ªses. Los cr¨ªticos afirman que vulnera el debido proceso legal y el Estado de derecho en aras de la conveniencia.
R. Cuando lleg¨® al poder, en octubre de 2015, el Gobierno de Justin Trudeau tuvo que reabrir la negociaci¨®n de ese cap¨ªtulo, porque algunos de los socios europeos, especialmente Francia y Alemania, se sent¨ªan inc¨®modos con la forma en la que estaba escrito. Y llegamos a un sistema de protecci¨®n de inversiones dise?ado de forma muy estricta para evitar cualquier clase de discriminaci¨®n. De ninguna manera se inmiscuye en la soberan¨ªa de los pa¨ªses para legislar sobre su medio ambiente, la conservaci¨®n de sus recursos naturales o la protecci¨®n de los derechos laborales y sociales de sus ciudadanos, en tanto en cuanto no discriminen: es decir, que no haya legislaci¨®n aplicada a empresas de un pa¨ªs extranjero que no se apliquen a las compa?¨ªas del pa¨ªs.
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