Estudios, enfermedad y familia, los motivos de los j¨®venes para no buscar empleo

La principal raz¨®n que alegan los j¨®venes menores de 30 a?os para no buscar empleo es seguir cursando estudios, aunque la enfermedad o incapacidad propia y el cuidado de alg¨²n familiar son otros de los argumentos para que este colectivo no busque una salida profesional.

Lo concluye el informe Paro juvenil y pobreza, ?un problema estructural?, realizado por el Observatorio Social de La Caixa, y que destaca que el bajo nivel de estudios es el mayor obst¨¢culo que encuentra esta parte de la poblaci¨®n para encontrar trabajo.

En la primera parte, titulada Bajo nivel educativo, baja participaci¨®n laboral, la profesora de Econom¨ªa Aplicada en la Universidad de Oviedo Bego?a Cueto subraya que durante la crisis se dispar¨® el n¨²mero de j¨®venes que est¨¢n inactivos para poder seguir estudiando, al pasar del 36% en 2006 al 51,8% en 2016.

Pese a que es el principal motivo por el que los menores de 30 a?os no buscan trabajo, sobre todo de aquellos que cuentan con estudios secundarios, hay otras razones para ello, aunque afectan sobre todo a los que tienen formaci¨®n primaria.

As¨ª, dentro de este grupo, la incapacidad y la enfermedad propia es la raz¨®n para estar inactivo del 28,5% de los varones y del 17,2% de las mujeres.

Los m¨¢s castigados por la crisis

Otro de los motivos, el cuidado de dependientes, se da principalmente entre las j¨®venes, y aunque este factor aparece en todos los niveles educativos, las responsabilidades familiares o personales son la causa de que el 35,8% de las que apenas tienen estudio no sean activas en el hallazgo de un empleo.

Y es que "la educaci¨®n protege del desempleo" independientemente del ciclo econ¨®mico, de manera que, tanto en los periodos de expansi¨®n como en los de crisis, la tasa de ocupaci¨®n en j¨®venes con estudios b¨¢sicos apenas llega al 60%, un porcentaje que alcanza en el 90% en el caso de los j¨®venes con formaci¨®n superior.

En este sentido, recuerda, los j¨®venes fueron los m¨¢s castigados por la crisis, pero no afect¨® a todos por igual seg¨²n su nivel educativo: mientras la tasa de empleo solo disminuy¨® diez puntos en los que ten¨ªan estudios superiores y veinte en los que hab¨ªan cursado el bachillerato, en los que solo ten¨ªan estudios primarios cay¨® entre 25 y 30 puntos.

La segunda parte aborda?El reto de la Garant¨ªa Juvenil, y en ella la profesora de Sociolog¨ªa de la Universidad de Valladolid Almudena Moreno reflexiona sobre la efectividad de esta pol¨ªtica dise?ada para disminuir el desempleo juvenil.

Aquellos con menor formaci¨®n son los que menos se registran como demandantes de empleo, al contrario de los que han cursado estudios secundarios de ESO o bachillerato, y son ¨¦stos los m¨¢s beneficiados por la aplicaci¨®n del Programa de Garant¨ªa Juvenil.

Un programa puesto en marcha en 2014 cuya acogida "ha sido limitada" entre los j¨®venes espa?oles, aunque el n¨²mero ha ido aumentando desde agosto de 2015, cuando se ampli¨® la edad hasta los 29 a?os.

De esta forma, en el tercer trimestre del a?o pasado, el 52,9% de los inscritos eran demandantes de empleo; el 30% eran parados y solo el 14% ni estudiaban ni trabajaban.

Tras seis meses de su inscripci¨®n, solo el 38% de los j¨®venes espa?oles consigui¨® encontrar un trabajo o una formaci¨®n, frente al 71% de los irlandeses o el 68% de los italianos.

Entre los espa?oles, el 30% logr¨® un empleo, el 55% se estaba formando, el 12% era aprendiz y un 1% estaba haciendo pr¨¢cticas.