De trabajar en Microsoft a vender papillas ecol¨®gicas
La ¡®startup¡¯ Smileat produce y distribuye comida infantil fresca y se expande en el extranjero
Grupos de consumo, productos de kil¨®metro cero, etiquetados cada vez m¨¢s exigentes. Lo ecol¨®gico es negocio. Cambian las tendencias y cada vez preocupa m¨¢s saber lo que se come y lo que se da de comer a los ni?os. Con esta idea naci¨® en 2013, Smileat, una startup espa?ola que compite con las grandes empresas de comida para beb¨¦s ?¡ªHero, Nestl¨¦, Ordesa (Blevit) y Grupo Alter (Nutrib¨¦n)¡ª y ofrece tarritos de comida con productos frescos y ecol¨®gicos. Cerraron 2016, con casi 400.000 euros de facturaci¨®n, alcanzando, adem¨¢s, el umbral de rentabilidad en su segundo a?o. Venden en Portugal y Francia, y en abril abren mercado en Polonia e Italia. Antes de verano lanzar¨¢n dos productos m¨¢s para llegar a ni?os m¨¢s mayores, y convertirse as¨ª en una marca de alimentaci¨®n infantil.
"Cuando te tocan de cerca enfermedades relacionadas con la alimentaci¨®n, empiezas a pensar qu¨¦ cambiar de tu estilo de vida", explica Alberto Jim¨¦nez, uno de los padres de la empresa. "Tuve un sobrino y me di cuenta de que el pur¨¦ que le hacen en casa no se parece al que se vende. Nosotros quer¨ªamos cambiar eso". Y as¨ª, en 2013, se inventan un producto hecho con materia prima ecol¨®gica, local; y la hacen pur¨¦ con un tratamiento de esterilizaci¨®n para prolongar su vida. Sus proveedores, m¨¢s de 22, est¨¢n localizados en Navarra (donde est¨¢ la factor¨ªa), Euskadi, Andaluc¨ªa y Catalu?a. "Les hacemos un contrato anual, porque el proyecto tambi¨¦n tiene el componente social de ayudar al peque?o agricultor y ganadero", confirma su socio, Javier Quintana.
Son tres socios. Dos de ellos, amigos de los de toda la vida, Jim¨¦nez y Quintana. Comparten edad y experiencia en el extranjero. Fue all¨ª donde se empaparon de la moda de lo ecol¨®gico. "En Europa, concretamente en Dubl¨ªn donde yo viv¨ªa, esta tendencia hab¨ªa calado mucho", explica Jim¨¦nez, "e intu¨ªamos que llegar¨ªa a Espa?a y creo que tuvimos suerte, porque no fuimos los ¨²nicos que lo intentamos, pero s¨ª la ¨²nica empresa nueva que ha seguido en el mercado". En Irlanda, Alberto Jim¨¦nez trabajaba en Microsoft. En Smileat se encarga de las ventas y el marketing. Quintana es el director de operaciones y Roc¨ªo de la Iglesia, nutricionista, es la responsable de la f¨®rmula. "Estuvimos un a?o y medio de pruebas", recuerda Quintana. "La meta era hacer un producto ecol¨®gico de calidad y en 2016. En paralelo nos preocupamos de hacer un comunicaci¨®n muy distinta; en Madrid repartimos los pedidos que se realizan online en bicicleta".
Al cierre del ¨²ltimo ejercicio, Smileat hab¨ªa producido 350.000 unidades, que venden en tarritos de 130 y 230 gramos por un precio que va de 1,85 a dos euros. El 8% de sus ventas proceden de la p¨¢gina web, pero tambi¨¦n distribuyen en tiendas ecol¨®gicas, herbolarios y en grandes superficies como Carrefour, Alcampo, Dia o El Corte Ingl¨¦s. Y en farmacias, "un canal muy fiel, donde funciona bien el boca a oreja, pero en el que ha costado algo m¨¢s entrar, aunque ya estamos en m¨¢s de 300 farmacias". El gran consumo les aporta un 50% del volumen de ventas. "Quer¨ªamos estar en todos los canales, junto a grandes marcas, que por cierto se est¨¢n fijando en nosotros claramente porque ya han lanzado alguna l¨ªnea ecol¨®gica y usan tambi¨¦n el etiquetado transparente en los tarros", cuenta el responsable de marketing.
Adem¨¢s del trabajo de los tres, tienen personal dedicado a ventas, nacional e internacional, contabilidad y calidad. Su filosof¨ªa de trabajo "consiste en dejar fuera todo lo que en nuestras anteriores empresas no nos gustaba, el foco est¨¢ en que la gente est¨¦ bien y nos gusta que la gente sea joven y casi todas sean mujeres", asegura Alberto Jim¨¦nez. "Adem¨¢s nos gusta hacer de tanto en tanto reuniones con otros emprendedores, para que toda la plantilla entienda lo que es una startup y aprendamos de errores y ¨¦xitos".
Se atreven con los ganchitos
Quer¨ªan hacer un producto ecol¨®gico, pero no que el nombre diera pistas. "No quer¨ªamos llamarnos 'bio', ni 'green', ni 'eco', ni org¨¢nico", explica Quintana, "quer¨ªamos un nombre divertido, que enganchase... y es una mezcla entre sonre¨ªr y comer, que al final es lo que queremos que hagan los ni?os". Una de sus batallas es "que se pase la moda de comer r¨¢pido", y para eso quieren empezar por las edades m¨¢s tempranas, pero ampliar el rango de edad. Por eso, para 2017, la idea es lanzar productos para ni?os m¨¢s mayores. "En mayo lanzamos papillas, tambi¨¦n estos bebibles que llevan rosca y gusanitos, pero realmente sanos, con aceite de oliva virgen extra", relata Alberto Jim¨¦nez. "Cada ni?o es un mundo", apunta, "pero un ni?o que crece en un mundo donde es importante saber qu¨¦ comes, y yo creo en esto porque consumo ecol¨®gico... y s¨¦ c¨®mo me sienta. Yo quiero que mi sobrino tambi¨¦n crezca as¨ª".
?xito premiado
Su trabajo les ha hecho merecedores de un premio del IESE ¡ªque les otorg¨® el t¨ªtulo de mejor proyecto emprendedor¡ª y les ha apoyado la Fundaci¨®n Rothschild. Arrancaron con un capital inicial de 35.000 euros, aportado por los dos socios principales. Luego lleg¨® la primera ronda de financiaci¨®n, 142.000 euros de familia y amigos, y un a?o despu¨¦s, ya ten¨ªan el producto en la calle. La segunda les ha dejado 260.000 euros m¨¢s, que se ha completado con inversores privados del sector de gran consumo.
Dicen que lo que hacen es un reflejo de lo que son: j¨®venes que han vivido fuera y dominan nuevos lenguajes y tendencias. La estructura de su compa?¨ªa, "peque?a y flexible, con nueve trabajadores en plantilla", apunta Quintana, les permite "adaptarse a los cambios". Hablan, dicen ,como lo har¨ªan "con unos amigos". As¨ª, aprovechan la fuerza de las redes sociales y de los descuentos por recomendar amigos en la web. Y, adem¨¢s, se han servido de un fen¨®meno que garantiza muchas respuestas: los padres con influencia que est¨¢n en Internet.
"Las comunidades de padres y madres est¨¢n en redes, los blogueros catan el producto, que se les env¨ªa gratis y si les gusta, nos recomiendan", explica el responsable de ventas, "adem¨¢s nos inventamos acciones como repartir chapas con frases que enganchen, como 'beb¨¦ a bordo' para que se ceda el asiento a las embarazadas". Y as¨ª es como construyen marca "de una forma austera, eficaz y org¨¢nica", a?ade Quintana, "pero con un mensaje que va mucho m¨¢s all¨¢ del "come bien": va hacia el cambio real".
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