Educaci¨®n, progreso tecnol¨®gico y prosperidad
A lo largo de la historia, el crecimiento de cada pa¨ªs ha dependido del nivel medio educativo de su poblaci¨®n y del nivel medio de su desarrollo cient¨ªfico y tecnol¨®gico. Angus Maddison, un economista brit¨¢nico de la OCDE, fallecido en 2010, al que tuve el gusto de conocer, dedic¨® buena parte de su vida a reconstruir el crecimiento del PIB real mundial desde el a?o 1 de la Era Cristiana, al 2000. Maddison (2001) demostr¨® que entre el a?o 1 y el 1000, la poblaci¨®n mundial se multiplic¨® por seis y el PIB real s¨®lo por 5,9. Entre el a?o 1000 y 1820, la poblaci¨®n se multiplic¨® por cuatro y el PIB real por 4,5. Entre el a?o 1820, en el que empieza la Revoluci¨®n Industrial en Inglaterra y el a?o 2000, la poblaci¨®n se multiplic¨® por seis y el PIB real se multiplic¨® por 14,5, con lo que el PIB real por habitante se multiplic¨® por 8,5. Asimismo, demostr¨® que, en el a?o 1000, la esperanza de vida al nacer era de 24 a?os, en 1820, de 26 a?os y en 2000, de 66 a?os y adem¨¢s que, en el 1000, la mortalidad infantil en el primer a?o era de 330 por cada 1.000 y en el 2000, era de 54 por cada 1.000, 6,1 veces menor.
Bradford de Long (2000) macroeconomista americano profesor de Berkeley, al que tambi¨¦n he conocido, ha medido el PIB mundial, en t¨¦rminos reales, entre el a?o 1000 y el 2000, mostrando que: entre el a?o 1000 y el 1300, el PIB mundial cay¨®. Entre el 1400 y 1500, el PIB mejor¨® ligeramente. Entre el 1500 y 1700, estuvo estancado. Entre el 1800 y 1900, el PIB aument¨® un 230% y entre el 1900 y 2000, el PIB mundial ha aumentado un 850%. Muestra que el siglo XX ha sido extraordinario, ya que, aunque la poblaci¨®n se ha multiplicado por 3,7 veces, pasando de 1.650 millones a 6.100 millones, es decir, m¨¢s que en los 19 siglos anteriores juntos, el PIB por habitante se ha multiplicado por 12,2 veces y el PIB real por habitante se ha multiplicado por 8,5 veces, tres veces m¨¢s que en el siglo XIX y dos veces m¨¢s que en los nueve siglos precedentes.
?A qu¨¦ se debe este salto gigantesco? L¨®gicamente, al aumento del n¨²mero de descubrimientos cient¨ªficos y tecnol¨®gicos: en 1752 Benjamin Franklin descubri¨® que los rayos eran el¨¦ctricos. En 1800, Alessandro Volta, descubri¨® la pila el¨¦ctrica. En 1843, John Turnbull inventa la primera lavadora. En 1865, Michael Faraday y James Clerck Maxwell, el electromagnetismo. En 1870, Alexander Graham Bell, el tel¨¦fono. En 1879, Thomas Alva Edison, la bombilla el¨¦ctrica, el fon¨®grafo y la c¨¢mara de cine. En 1883, Samuel Morse, el tel¨¦grafo. En 1885, Karl Benz, el autom¨®vil propulsado por motor de combusti¨®n interna. En 1895, Alexander Popov y Guglielmo Marconi, independientemente, la radio. En 1898, Nikola Tesla, el control remoto. En 1902, los hermanos Orville y Wilbur Wright, el avi¨®n a motor. En 1936, Philo Farnsworth y Charles Francis Jenkings, la televisi¨®n. En 1938, Chester Carlson, la fotocopiadora. En 1940, Enrico Fermi el reactor nuclear. En 1946, John Logie Baird, el v¨ªdeo y la televisi¨®n moderna. En 1960, Theodor Harold Maiman, el l¨¢ser. En 1969, Leonard Kleinrock, Internet. En 1978, Stephen Jobs y Stephen Gary Wozniak, el ordenador personal. En 1982, James Russell, el CD. En 1983, Marty Cooper la telefon¨ªa m¨®vil. En 1996, Larry Page y Sergei Brin, Google y Alphabet y, en 2008, Elon Musk, el coche el¨¦ctrico sin conductor.
Adem¨¢s, la raz¨®n de que estos inventos transformadores hayan ocurrido en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados es debida a que fueron los que, antes y en mayor medida, invirtieron en educaci¨®n y en ciencia.
Las ideas son las que producen conocimiento porque, a diferencia de los productos, pueden utilizarlas infinitas
La educaci¨®n primaria empez¨® a ser gratuita en Estrasburgo, en 1598, gracias a la reforma de Lutero y fue gratuita en Escocia, en 1633. Federico Guillermo de Prusia introdujo la educaci¨®n gratuita, en 1763, hasta los 8 a?os y el tambi¨¦n prusiano Alexander von Humboldt, que hab¨ªa escrito ¡°Cosmos: ensayo de una descripci¨®n f¨ªsica del mundo¡±, la llev¨® a Am¨¦rica. En 1812, Napole¨®n Bonaparte cre¨® los Lyc¨¦es, para la educaci¨®n gratuita y obligatoria y L¡¯Ecole Nationale d¡¯Administration (ENA) para poder administrar su imperio. En Massachussetts, la secundaria obligatoria se cre¨® en 1852 y en Inglaterra, en 1870. En Jap¨®n, la consigui¨® la Restauraci¨®n Meiji, en 1902. En Espa?a, se consigui¨® mucho m¨¢s tarde, con la Constituci¨®n de 1931, y la de 1978 la culmin¨®.
EEUU, entre 1953 y 1993, aument¨® la escolarizaci¨®n cuatro a?os m¨¢s y reforz¨® la educaci¨®n universitaria, aumentando un 30% su PIB por hora trabajada. EEEUU gasta hoy el 3% de su PIB en educaci¨®n universitaria, frente al 1,5% en la Uni¨®n Europea. La inversi¨®n en universidades y en I+D tiene una tasa de retorno muy superior a la inversi¨®n en maquinaria y bienes de equipo, ya que aumenta la productividad total de los factores (PTF). Es decir, el crecimiento depende cada vez menos en acumular trabajo y capital y cada vez m¨¢s de acumular I+D, que representa hoy el 60% de la PTF.
Paul M. Romer (1996), profesor de Stanford, al que he tra¨ªdo a Espa?a, ha demostrado que las ideas son las que realmente producen conocimiento, a diferencia de los objetos y los productos, ya que no son rivales. Su utilizaci¨®n por una persona no excluye a las dem¨¢s. En un coche s¨®lo pueden viajar cinco personas. Una autopista o una v¨ªa f¨¦rrea s¨®lo admite un n¨²mero de coches o trenes por hora. Pero una idea y un conocimiento pueden ser utilizados por millones de personas, simult¨¢neamente.
De ah¨ª que las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y comunicaci¨®n (TIC) hayan aumentado la productividad de Estados Unidos, desde 1990, a un 4,5% anual, mientras que en Europa, s¨®lo al 2% anual. Hoy, la productividad de las TIC crece a dos d¨ªgitos anuales por su utilizaci¨®n masiva, haciendo que Estados Unidos sea la frontera tecnol¨®gica del mundo. Asimismo, Simon Kuznets (1960), Michael Kremer (1993) y Julian Simon (1996), han demostrado que el n¨²mero de genios es una proporci¨®n constante de la poblaci¨®n mundial, con lo que India y China son los tienen la mayor proporci¨®n de genios. Muchos estudian y trabajan en EEUU y en otros pa¨ªses desarrollados. El economista americano Bryan Arthur (2012), muestra que, en un mundo dominado por las ideas y por la innovaci¨®n tecnol¨®gica, el ganador se lo lleva todo (winner-takes-all) ya que ambas producen rendimientos crecientes a escala, en lugar de constantes a escala, siendo su mercado global, su productividad muy elevada y generando una ¡°retro-alimentaci¨®n positiva¡±.
A lo largo de la historia, el crecimiento de cada pa¨ªs ha dependido del nivel medio de educaci¨®n y desarrollo cient¨ªfico
Por ejemplo, Sergei Brin y Larry Page, a los que conoc¨ª en el IE en Madrid, estudiantes de ciencias en Stanford y creadores de un algoritmo muy potente, Google, capaz de contestar, cada d¨ªa, a miles de millones de preguntas y de leer miles de millones de p¨¢ginas de todo lo que se publica en el mundo. Su ¨¦xito es debido, por un lado, a que los costes de entrada son enormes, representando una gran barrera para competir con ellos y, por otro lado, debido a sus ¡°efectos de red¡± que hace que el primero que se convierte en el est¨¢ndar de los usuarios, determine que otros competidores no sean compatibles y domine absolutamente, siendo casi imposible desplazarlo.
Las nuevas ideas y las invenciones suelen surgir en universidades y centros de investigaci¨®n de excelencia, donde la posici¨®n dominante de EEUU, Canad¨¢, la Uni¨®n Europea, Rusia, Jap¨®n y ahora China e India, es creciente. Por el contrario, Espa?a, con 89 universidades (47 p¨²blicas, 28 privadas y 6 religiosas) no puede competir con Francia, Alemania y EEUU. Adem¨¢s, las p¨²blicas son baratas, su coste anual m¨ªnimo es de 870 euros y el m¨¢ximo de 1.323 euros, de ah¨ª que el 3% de la poblaci¨®n total sea universitaria, el porcentaje mas elevado de la UE, suponiendo un despilfarro de recursos humanos, al haber m¨¢s del doble de graduados universitarios (33%) que de graduados de formaci¨®n profesional superior (14%), haciendo que muchos de los primeros trabajen en puestos de menor cualificaci¨®n y ganen menos que los segundos.
Guillermo de la Dehesa es presidente Honorario del Centre for Economic Policy Research, CEPR, de Londres
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