Trump y el ogro filantr¨®pico

Los miembros del Gobierno de Trump tienen m¨¢s dinero que una tercera parte de los ciudadanos de EE UU. Con ellos se podr¨ªa practicar la evidencia de que la existencia determina la conciencia. Ese gabinete es el responsable de que se hayan presentado unos presupuestos con el esdr¨²julo t¨ªtulo de ¡°Nuevo fundamento de la Grandeza Americana¡±, y que son una demostraci¨®n palmaria de redistribuci¨®n al rev¨¦s: por el lado de los gastos, m¨¢s para defensa y seguridad nacional y menos para todo lo relacionado con asistencia social; por el de los ingresos, ¡°la mayor rebaja de la historia¡± (Trump dixit), con la reducci¨®n del impuesto de sociedades, la eliminaci¨®n del de sucesiones, una simplificaci¨®n del de la renta y la supresi¨®n de un recargo que exist¨ªa en el ahorro para pagar el Obamacare. Una suma muy favorable a los m¨¢s ricos.

S¨®lo si hay un crecimiento econ¨®mico muy superior al actual se evitar¨¢ un aumento del d¨¦ficit fiscal y de la deuda p¨²blica. Un panorama muy similar al que se dio en la d¨¦cada de los ochenta con Ronald Reagan, un presidente que lleg¨® con la promesa de equilibrar las cuentas p¨²blicas y dej¨® un pa¨ªs multiendeudado para m¨¢s de una generaci¨®n. Muchos analistas hicieron desde el principio una analog¨ªa entre Reagan y Trump, aunque este segundo no ser¨ªa s¨®lo un ep¨ªgono de Reagan sino una s¨ªntesis entre el neoliberalismo y el populismo autoritario, una mezcla de Reagan y Berlusconi.

As¨ª ha renacido de sus cenizas la apolillada y acient¨ªfica curva de Laffer, que establece una relaci¨®n inversa entre tipos impositivos e ingresos (cuanto mayores sean los tipos impositivos menos se recaudar¨¢). Recu¨¦rdese: en el a?o 1974, siendo Gerald Ford presidente de EE UU, se apostaba por subir el impuesto sobre la renta para hacer frente a la crisis fiscal del Estado. Alrededor de una mesa se juntaron Arthur Laffer, un catedr¨¢tico casi desconocido de una business school de segunda fila, dos de los principales miembros del Gabinete Ford, Donald Rumsfeld y Dick Cheney (s¨ª, ya estaban ah¨ª), y el editorialista de The Wall Street Journal, Jude Wanninski. Mientras comentaban la propuesta de aumento de impuestos de Ford, Laffer agarr¨® una servilleta y un bol¨ªgrafo y traz¨® sobre ella una curva para ilustrar esa relaci¨®n invertida entre los tipos impositivos y los ingresos fiscales. Hab¨ªa nacido la ¡°curva de Laffer¡±.

Con esta m¨ªtica servilleta (expuesta en el Museo Nacional de Historia de Washington) arranc¨® uno de los principios b¨¢sicos de la revoluci¨®n conservadora, que ahora ha tomado prestado Trump. Del conjunto de unos ingresos capitidisminuidos pero que hipot¨¦ticamente dar¨¢n lugar a un mayor crecimiento, y unos gastos sociales guillotinados (en cobertura sanitaria para los pobres, cartillas alimentarias para 46 millones de personas, cr¨¦ditos a los estudiantes, ayudas a los discapacitados,¡­) surgir¨¢ un Estado poco parecido al ogro fil¨¢ntropico de Octavio Paz. ?ste se refer¨ªa a un Estado (el mexicano) que reprim¨ªa y era regresivo, pero que lo compensaba con clientelismos y compasi¨®n. La compasi¨®n no se lleva en los planes del actual gobierno de plut¨®cratas de Washington.