La inacci¨®n sale m¨¢s cara que la acci¨®n

La cumbre de Copenhague impuls¨® a una nueva generaci¨®n de defensores del clima. Hizo que representantes de todos los sectores, de gobiernos nacionales, ciudades, regiones, movimientos juveniles, grupos religiosos y empresas, estuviesen m¨¢s decididos que nunca a continuar la lucha por un programa global de acci¨®n clim¨¢tica que asegure un clima estable para las generaciones venideras.

El resultado fue el hist¨®rico Acuerdo de Par¨ªs: un marco jur¨ªdicamente vinculante. Su adopci¨®n casi universal fue una se?al de que, m¨¢s all¨¢ de las palabras, la gente entend¨ªa que las acciones que aceleran el cambio clim¨¢tico forman parte del inter¨¦s com¨²n. Porque hemos llegado a un punto en el que los costes de la inacci¨®n son m¨¢s altos que los costes de la acci¨®n.

Eso es lo que hace que la decisi¨®n tomada por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sea tan incomprensible, as¨ª que sigo con la esperanza de que reconsidere su posici¨®n cuando m¨¢s evidencias del impacto de esta decisi¨®n sobre la econom¨ªa estadounidense vean la luz..

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Gracias a las directrices establecidas por Par¨ªs, se espera que el mercado de las tecnolog¨ªas limpias y energ¨¦ticamente eficientes se expanda con rapidez. De hecho, se calcula que el acuerdo desbloquear¨¢ oportunidades de crecimiento que alcanzar¨¢n los 13,5 billones de d¨®lares hasta 2030.

Estados Unidos es el hogar de muchas empresas l¨ªderes que est¨¢n bien situadas para captar una parte creciente de este mercado global, que ya genera m¨¢s de tres millones de puestos de trabajo de energ¨ªa limpia. Esta oportunidad, sin embargo, se complica si el pa¨ªs sale del acuerdo.

Los opositores aseguran que, con la transici¨®n hacia una econom¨ªa menos dependiente del carb¨®n, muchos de los empleos est¨¢n amenazados. Sin embargo, estos mismos empleos siguen en riesgo por la mecanizaci¨®n y la automatizaci¨®n en muchas industrias. Nuestro papel como l¨ªderes es asegurar una transici¨®n justa en la que, aquellos que pierden sin tener la culpa, dispongan de medios de subsistencia alternativos en la nueva econom¨ªa.

La Comisi¨®n Global sobre la Econom¨ªa y el Clima ha demostrado que una transici¨®n hacia la reducci¨®n de carb¨®n, con mayores inversiones en energ¨ªa renovable, eficiencia energ¨¦tica y un mejor uso de la tierra nos ofrece mayores oportunidades de crecimiento econ¨®mico y de calidad de vida en las pr¨®ximas d¨¦cadas.

Cualquier acci¨®n que intente frenar nuestros esfuerzos para hacer frente al cambio clim¨¢tico solo perjudica a los m¨¢s vulnerables ante la subida del nivel del mar y los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos, ya sea en Nueva Orleans o en Pap¨²a-Nueva Guinea. Incluso en el mundo desarrollado, la inestabilidad clim¨¢tica dejar¨ªa a nuestros hijos y nietos con un nivel creciente de escasez de recursos y dificultades econ¨®micas que ellos no merecen.

Es por eso que la respuesta de miles de l¨ªderes empresariales, presidentes de gobiernos y alcaldes de ciudades ha sido tan inmediata y potente. Es por eso que la respuesta de los l¨ªderes pol¨ªticos europeos y chinos ha sido tan robusta. Y es por eso que nuestra postura de seguir adelante es tan firme.

Paul Polman es el consejero delegado de la multinacional Unilever