Zombis, vampiros y republicanos
El partido del presidente Trump quiere aprobar una reforma horrible e impopular sin que nadie la vea
Los zombis han dirigido el Partido Republicano durante mucho tiempo. La buena noticia es que puede que hayan perdido por fin el control, aunque todav¨ªa es posible que regresen y vuelvan a comerse el cerebro de los conservadores. La mala es que, aunque los zombis est¨¦n retrocediendo, los vampiros est¨¢n ocupando su lugar.
?Qu¨¦ son estos zombis de los que hablo? Entre los especialistas, el t¨¦rmino se refiere a las ideas pol¨ªticas que deber¨ªan haber sido abandonadas hace mucho tiempo ante las pruebas y la experiencia, pero que simplemente siguen arrastrando los pies.
El jefe de los zombis de la derecha es la insistencia en que bajarles los impuestos a los ricos es la clave de la prosperidad. Esta doctrina deber¨ªa haber muerto cuando la subida de impuestos de Bill Clinton no provoc¨® la recesi¨®n prevista y, por el contrario, vino seguida de una expansi¨®n econ¨®mica. Deber¨ªa haber muerto otra vez cuando las bajadas de impuestos de George W. Bush vinieron seguidas de un crecimiento mediocre, y luego, de una crisis. Y deber¨ªa haber muerto una vez m¨¢s tras la subida de impuestos de Obama de 2013 ¡ªpara pagar su reforma sanitaria, aunque tambi¨¦n se dejaron caducar algunas bajadas fiscales del Gobierno de Bush¡ª?cuando la econom¨ªa sigui¨® creciendo a buena marcha, creando 200.000 nuevos empleos al mes.
Sin embargo, los fan¨¢ticos de las bajadas de impuestos, a pesar de haberse equivocado constantemente en sus predicciones, siguieron incrementando su influencia en el Partido Republicano, hasta el desastre en Kansas, donde el gobernador Sam Brownback prometi¨® que las profundas bajadas de impuestos dar¨ªan pie a un milagro econ¨®mico. En cambio, el estado registr¨® un crecimiento d¨¦bil y sufri¨® una crisis fiscal, que finalmente hizo que hasta los republicanos votasen a favor de las subidas de impuestos, rechazando el veto de Brownback.
?Acabar¨¢ esto con el zombi de la bajada de impuestos? A lo mejor, aunque por lo visto los economistas que estuvieron detr¨¢s de la debacle de Kansas, y que, naturalmente, no han aprendido nada, son los principales promotores del plan fiscal de Trump, como tiene que ser.
Pero a medida que los zombis desaparecen de la escena, las pol¨ªticas ¡°vampiro¡±¡ªllamadas as¨ª no tanto porque chupen la sangre (aunque tambi¨¦n por eso) sino porque no pueden soportar la luz del d¨ªa¡ª han ocupado su lugar.
Piensen, por ejemplo, en lo que est¨¢ pasando ahora mismo con la atenci¨®n sanitaria.
El mes pasado, los republicanos de la C¨¢mara de Representantes obligaron a que se aprobase una de las peores y m¨¢s crueles legislaciones de la historia. Seg¨²n la Oficina Presupuestaria del Congreso, la Ley de Atenci¨®n Sanitaria Estadounidense (AHCA, por sus siglas en ingl¨¦s) dejar¨ªa sin cobertura a 23 millones de estadounidenses y har¨ªa que las primas de muchos millones m¨¢s, especialmente de trabajadores mayores con ingresos relativamente bajos, se disparasen.
Como ten¨ªa que ser, este proyecto de ley es sumamente impopular. No obstante, los l¨ªderes republicanos del Senado intentan ahora que se apruebe su propia versi¨®n de la AHCA que, como indican todas las informaciones, difiere de ella muy poco y de manera superficial. Y est¨¢n intentando hacerlo en el m¨¢s absoluto de los secretos. Parece que no habr¨¢ ninguna vista de ning¨²n comit¨¦ antes de que el proyecto de ley se someta a votaci¨®n, y los senadores tampoco van a recibir ning¨²n borrador del texto o algo que no sea un resumen esquem¨¢tico. Seg¨²n se dice, algunos han visto presentaciones de PowerPoint, pero las ¡°diapositivas se pasan tan r¨¢pido por las pantallas que apenas se pueden memorizar¡±.
Es evidente que el objetivo es aprobar una legislaci¨®n que tendr¨¢ efectos devastadores para decenas de millones de estadounidenses sin dar a los que se supone que tienen que aprobarla, por no hablar de la gente en general, ninguna oportunidad real de entender lo que est¨¢n votando. Se insin¨²a incluso que Mitch McConnell, el l¨ªder de la mayor¨ªa republicana, podr¨ªa aprovechar las lagunas legales para evitar cualquier debate en el Senado.
?A qu¨¦ se debe esta mezcla de secretismo y de rapidez? Evidentemente, esta legislaci¨®n no puede soportar la luz del d¨ªa, y no soy, ni mucho menos, el primero que hace esta analog¨ªa con los vampiros.
Es algo sin precedentes. No hagan caso de las mentiras republicanas sobre c¨®mo se aprob¨® el Obamacare: la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible se aprob¨® despu¨¦s de un amplio debate, y los dem¨®cratas siempre fueron muy claros sobre lo que estaban intentando hacer y sobre c¨®mo estaban intentando hacerlo.
Sin embargo, en lo que se refiere a la sustituci¨®n republicana del Obamacare, no solo el proceso es secreto; tambi¨¦n lo es la finalidad. Vox.com pregunt¨® a ocho senadores republicanos cu¨¢l era el problema que se supone que tiene que solucionar la legislaci¨®n, y c¨®mo se supone que va a resolverlo. Ninguno dio una respuesta coherente.
Naturalmente, ninguno sac¨® a colaci¨®n la ventaja evidente de dejar sin cobertura a millones de personas: una importante bajada de impuestos para los ricos. Como he dicho, aunque chupar la sangre no sea la principal raz¨®n para llamarla pol¨ªtica ¡°vampiro¡±, es una de ellas.
Ah, y un argumento m¨¢s: lo que est¨¢ pasando no solo es algo sin precedentes, sino que no ha ocurrido nunca con ning¨²n presidente. Se puede culpar a Donald Trump de muchas cosas, incluido el hecho de que seguramente firmar¨¢ cualquier mal proyecto de ley que le pongan delante. Pero en lo que se refiere a la atenci¨®n sanitaria, no es m¨¢s que un espectador ignorante que, como todo parece indicar, desconoce en gran parte, o totalmente, lo que hay realmente en el Trumpcare. Puede que est¨¦ demasiado ocupado grit¨¢ndole a su televisor para saberlo.
Por tanto, esta historia no es sobre Trump; es sobre el cinismo y la corrupci¨®n de todo el Partido Republicano en el Congreso. Recuerden, solo har¨ªan falta unos pocos conservadores con conciencia ¡ªconcretamente, tres senadores republicanos¡ª para parar en seco esta atrocidad. Pero, ahora mismo, parece como si esos republicanos con principios no existiesen.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa.
? The New York Times Company, 2017.
Traducci¨®n de News Clips.
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