El Brexit encuentra su realidad
Un escenario descafeinado y de estabilidad transitoria hasta el acuerdo final es una posibilidad real
Mucho se ha discutido sobre las consecuencias econ¨®micas del Brexit y tal vez en demasiadas ocasiones se le ha querido restar importancia. Tras los efectos ¡°anuncio¡± y variaciones transitorias, las implicaciones negativas m¨¢s evidentes ya se aprecian y lo hacen, como no pod¨ªa ser de otro modo, en territorio brit¨¢nico.
El acuerdo de estabilidad del gobierno que ayer sell¨® Theresa May con los unionistas irlandeses no va a cerrar las heridas de una coyuntura econ¨®mica m¨¢s d¨¦bil sino que va a prolongar la situaci¨®n de deterioro institucional y de la actividad. El otrora vigoroso PIB brit¨¢nico se est¨¢ marchitando este a?o con un crecimiento que acabar¨¢ estando cerca del 1,5% y el a?o pr¨®ximo se espera que, a duras penas, alcance el 1%. El ajuste salarial se generaliza y los problemas presupuestarios acechan al sistema educativo y a la sanidad. Y ahora la primera ministra canaliza miles de millones de libras a Irlanda del Norte para asegurar un pacto de gobierno y genera a¨²n m¨¢s problemas para las arcas p¨²blicas. El saldo migratorio es negativo ¡ªalgo que los partidarios de dejar la UE buscaban¡ª pero las cosas no parecen haber mejorado con ello.
La autosuficiencia econ¨®mica e institucional ¡ªque se vendi¨® como uno de los grandes beneficios de dejar atr¨¢s la compa?¨ªa de la Europa continental¡ª no se encuentra ni va a llegar a medio y largo plazo. A medida que el Brexit alcance su realidad, su aceptaci¨®n deber¨ªa caer en picado. Hay quien sugiere que un nuevo refer¨¦ndum ser¨¢ necesario pero solventar los problemas econ¨®micos a base de votaciones puede hacer que estos se agraven. Es posible que el Brexit se diluya pero ser¨¢ en un proceso de negociaci¨®n que tiene visos de ser largo, en el que Europa parece fortalecida. Va a haber irremediablemente arreglos transitorios antes de que pueda llegarse a cualquier pacto final porque cualquier acuerdo sustancialmente incompleto es un problema que puede acabar en los tribunales internacionales de arbitraje, algo que no conviene a nadie.
Un escenario de Brexit descafeinado y de estabilidad transitoria hasta el acuerdo final es hoy una posibilidad real. Sobre todo si figuras como la del Ministro de Hacienda, Philip Hammond ¡ªque ha emergido como una suerte de James Bond del Brexit blando en medio el caos institucional brit¨¢nico¡ª ganan peso. Hace un mes era poco probable esperar que Gran Breta?a buscase, al menos, tener acceso al ¨¢rea econ¨®mica europea (y, de paso, a buena parte del mercado ¨²nico) pero hoy es un supuesto algo m¨¢s probable. De hecho, en medio de los depresivos indicadores de la econom¨ªa de las islas, al menos hay uno que parece subir de forma importante: la confianza empresarial. La raz¨®n es la esperanza que los l¨ªderes corporativos brit¨¢nicos ven en un Brexit m¨¢s blando. La debilidad de Theresa May les ha aupado. Un escenario que a Espa?a tambi¨¦n le podr¨ªa convenir porque no puede olvidarse que un Brexit desordenado y estridente tendr¨ªa en nuestro pa¨ªs una de sus principales malas digestiones.
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