Doce tratados que han servido de poco

Cantidad no siempre se traduce en efectividad. Con 12 tratados de libre comercio, M¨¦xico es el segundo pa¨ªs del mundo que m¨¢s ha apostado en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas por la diversificaci¨®n de su matriz exportadora. Al menos sobre el papel. Solo una econom¨ªa tan abierta y peque?a como la de Singapur est¨¢ por delante en ese rubro. Sin embargo, los resultados no han acompa?ado a este envite en favor del comercio internacional. M¨¢s bien al contrario, dejan mucho que desear: pese al entramado de pactos, que incluye a 46 pa¨ªses de todo el globo ¡ªentre ellos algunos de los m¨¢s avanzados¡ª, ocho de cada 10 d¨®lares que el pa¨ªs recibe cada a?o por exportaciones siguen dependiendo hoy de un solo socio: EEUU. Y el 90% de solo siete naciones, todas ellas norteamericanas y europeas.

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Tras la elecci¨®n de Donald Trump y a medida que la diversificaci¨®n comercial se convert¨ªa en un recurso habitual a la hora de proponer soluciones, esta pl¨¦yade de acuerdos comerciales ha pasado a primera l¨ªnea de inter¨¦s informativo. ?Han servido realmente para algo? ?Se podr¨ªan haber exprimido m¨¢s en favor de M¨¦xico? ?Qu¨¦ ha fallado? ¡°M¨¦xico no ha utilizado los tratados comerciales firmados tanto como podr¨ªa, sin duda podr¨ªa haberles sacado m¨¢s partido¡±, reflexiona Ignacio Bartesaghi, director del Departamento de Negocios Internacionales e Integraci¨®n de la Universidad Cat¨®lica de Uruguay. Aunque ve la relaci¨®n comercial entre M¨¦xico y EEUU ¡°irrompible¡±, Bartesaghi subraya la ¡°necesidad¡± de revertir la elevada dependencia actual. ¡°Para lograrlo, dos pa¨ªses son vitales: Brasil y Argentina. M¨¦xico tiene un grado de complementariedad muy alto con ambos y la potencialidad de la relaci¨®n es alt¨ªsima¡±, apunta. ¡°Es el pa¨ªs de Latinoam¨¦rica con mayor tejido industrial, y lo tiene todo para liderar la regi¨®n en ese ¨¢mbito en las pr¨®ximas d¨¦cadas¡±.

Los tratados comerciales no estorban, pero su incidencia real suele distar mucho de las cifras y palabras grandilocuentes que las autoridades emplean en las ceremonias de firma. ¡°En el caso de M¨¦xico, salvo en el caso del TLC, su impacto ha sido marginal¡±, apunta Horacio Sobarzo, de El Colegio de M¨¦xico. El motivo: los costes de transporte o la complementariedad entre econom¨ªas, en la pr¨¢ctica, mucho m¨¢s que la ausencia de aranceles. ¡°Enviar un producto mexicano a Europa o Asia es muy caro y los puertos y las aduanas no est¨¢n preparadas¡±, subraya el investigador.

Pero si algo lastra las exportaciones mexicanas hacia mercados distintos de EEUU y Canad¨¢ es un intangible: los est¨¢ndares y la normativa comercial. La producci¨®n de bienes en el pa¨ªs est¨¢ tan enfocada a los requerimientos de Washington y, en menor medida, a los de Ottawa, que es incompatible con mercados como el europeo. Y los costes de cambio son elevados. Ignacio Mart¨ªnez, coordinador del ?Laboratorio de An¨¢lisis en Comercio Exterior de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), lo ejemplifica con el caso de las mermeladas de mango. ¡°Solo cambiar la etiqueta supone un coste de siete d¨®lares por tarro para el mercado europeo. Y eso, sin ni tener en cuenta el transporte¡±, relata. ¡°Adem¨¢s, las empresas mexicanas exportadoras son pocas: apenas 37.000 de cinco millones¡±, a?ade.