Sanidad y educaci¨®n recuperan m¨¢s de la mitad del empleo perdido desde la crisis

A la luz de los ¨²ltimos datos del bolet¨ªn de registro de personal del Ministerio de Hacienda, con fecha de enero de 2017 la docencia ha recobrado 25.513 ocupados. Y la sanidad, 15.044 efectivos. Es decir, se han restablecido los niveles de plantilla que hab¨ªa en 2008 y 2009, justo cuando comenz¨® la crisis.

Los recortes en estos dos ¨¢mbitos, sin embargo, empezaron bastante m¨¢s tarde que en el resto de sectores. Entre 2009 y 2011, las comunidades todav¨ªa recibieron m¨¢s fondos a pesar de que la crisis hund¨ªa la recaudaci¨®n tributaria. El sistema de financiaci¨®n proporciona los recursos a las comunidades con retraso. Las liquidaciones definitivas se saldan dos a?os m¨¢s tarde. Y eso provoc¨® que los ingresos de las autonom¨ªas siguiesen creciendo en medio de la recesi¨®n y que, por lo tanto, las plantillas siguieran aumentando. Hasta 2012, a?o en el que se alcanz¨® el pico de personal. Entonces el Gobierno aprob¨® tres decretos que permitieron recortar efectivos.

En educaci¨®n, se elev¨® la ratio de alumnos por profesor y se oblig¨® a los docentes a permanecer m¨¢s horas, lo que facilit¨® el ajuste de personal. En sanidad, simplemente se traslad¨® a los equipos m¨¢s carga de trabajo. Y todo ello hizo que se dejasen de renovar interinos. Los mismos interinos que ahora vuelven y a cierre de 2015 supon¨ªan el 23% de la plantilla. ¡°El empleo en las comunidades est¨¢ directamente ligado a los recursos que tienen. Tan pronto como disponen de m¨¢s dinero, sienten mucha presi¨®n social para mejorar los servicios¡±, explica un alto cargo de la Administraci¨®n central. Y eso puede propiciar una espiral de gasto, alerta esta fuente, m¨¢xime cuando los desembolsos sanitarios se enfrentan a las cada vez mayores necesidades que origina el envejecimiento de la poblaci¨®n.

Por esa raz¨®n, la Autoridad Fiscal ha defendido que se intente valorar cu¨¢les son las necesidades reales de gasto. Al principio, cuando se cedieron las competencias, se hizo un c¨¢lculo del coste est¨¢ndar de dar el servicio. As¨ª que se podr¨ªa volver a algo as¨ª para determinar qu¨¦ es razonable. De lo contrario, los expertos se?alan que todas las negociaciones sobre financiaci¨®n de las comunidades acaban siempre subiendo los recursos.

Los sindicatos no hacen la misma lectura. ¡°Para nosotros la recuperaci¨®n no es suficiente¡±, afirma un portavoz de CSIF, sindicato mayoritario en la funci¨®n p¨²blica. ¡°Si se miran las cifras se ve que ha habido un serio deterioro en pol¨ªticas de personal y eso se ha trasladado a los servicios b¨¢sicos del estado del bienestar que reciben los ciudadanos. No sobran maestros ni sobran sanitarios, sino todo lo contrario. Un ejemplo son las listas de espera quir¨²rgicas¡±, a?ade.

¡°En educaci¨®n, hemos recuperado algo m¨¢s de la mitad de los empleos pero ha sido con empleo precario, temporal, con interinos a veces contratados a media jornada o a un tercio de jornada. La primera consecuencia de los recortes es que uno de cada cuatro profesores est¨¢n en situaci¨®n de temporalidad¡±, afirma Francisco Garc¨ªa, secretario general de Ense?anza de CC OO.

La segunda, a?ade, es el efecto en el sistema educativo: ¡°Hemos perdido calidad y equidad. Las ratios de alumnos por profesor han crecido cinco veces m¨¢s en la p¨²blica que en la privada. En los grandes n¨²cleos urbanos, las ratios en secundaria han vuelto a cifras de finales de los ochenta y principios de los noventa, con tres, cuatro y hasta cinco alumnos m¨¢s por clase de media¡±. Los alumnos con m¨¢s dificultades tambi¨¦n sufren los recortes: ¡°Las medidas de atenci¨®n a la diversidad, como los grupos de refuerzo o las horas de desdoble en lengua y matem¨¢ticas se han reducido dr¨¢sticamente o han desaparecido¡±, se?ala Garc¨ªa.

Estas cr¨ªticas han provocado que el Gobierno haya acordado un plan para reducir la temporalidad y permitir¨¢ a las comunidades elevar la oferta de empleo.?