La monta?a rusa del empleo

El ritmo de creaci¨®n de empleo se acelera. Durante el segundo trimestre, la econom¨ªa espa?ola gener¨® 375,000 nuevos puestos de trabajo, lo que lleva el total de empleos creados en el ¨²ltimo a?o a m¨¢s de medio mill¨®n. As¨ª pues, el empleo crece a un ritmo anual del 2,8%, apenas tres d¨¦cimas menos que lo que crece la econom¨ªa. Adem¨¢s, Espa?a genera uno de cada cuatro puestos de trabajo nuevos que se registran en la eurozona.

La evoluci¨®n del empleo, junto con la ligera ca¨ªda del n¨²mero de personas que participan en el mercado laboral, explica la fuerte reducci¨®n de la tasa de paro, hasta el 17,2%. El paro disminuye con m¨¢s intensidad que en anteriores fases de recuperaci¨®n. Desde el 2013, annus horribilis para el mercado laboral espa?ol, la tasa de paro ha ca¨ªdo en 9 puntos. Durante la recuperaci¨®n de la segunda mitad de los 90, el paro cay¨® en menos de 6 puntos.

La mayor reactividad del empleo con respecto a la evoluci¨®n de la econom¨ªa es sin duda la cara positiva de la mejora de la posici¨®n competitiva de las empresas.

Sin embargo, la crisis del empleo no se ha cerrado. La tasa de paro es todav¨ªa el doble que antes de la crisis y no se prev¨¦ que baje del 10% antes del 2020. Cuatro de cada diez parados llevan buscando empleo desde hace m¨¢s de dos a?os (frente a uno de cada diez antes de la crisis). El paro juvenil, el m¨¢s elevado despu¨¦s de Grecia, erosiona el pacto social. Este es el momento de invertir en pol¨ªticas activas y de reorganizar en profundidad las oficinas del servicio p¨²blico de empleo.

El legado de paro de larga duraci¨®n pesar¨¢ m¨¢s que en otras ¨¦pocas, por causa de la evoluci¨®n demogr¨¢fica del pa¨ªs. El n¨²mero de pensionistas crece de forma imparable, a un ritmo incluso superior al del empleo. Para ganar esa carrera, y sostener el gasto en pensiones, es esencial seguir creando empleo y a la vez mejorar la productividad y la remuneraci¨®n del trabajo.

Sobre todo, el mercado laboral no se ha curado de su viejo mal: una tendencia a perder empleo de manera vertiginosa en recesi¨®n, y a crear puestos de trabajo a un ritmo espectacular en ¨¦pocas de expansi¨®n. As¨ª pues, la evoluci¨®n de la tasa de paro se asemeja a una monta?a rusa. Algo ¨²nico en Europa, y que complica la tarea del gobierno de turno ¨Csobre todo cuando el desempleo alcanza las cimas de la monta?a, superior al 20%, como ocurri¨® en 1985, 1994 y 2013.

La exuberancia del empleo en nuestro pa¨ªs se debe al fen¨®meno de la temporalidad. Cuando la econom¨ªa emprende la subida, como ahora, las empresas optan por contratar mediante f¨®rmulas a corto plazo. Esto se nota en las estad¨ªsticas, que mejoran con rapidez, a la vez que aumenta el porcentaje de asalariados con contratos de duraci¨®n determinada. Pero la temporalidad significa inestabilidad, bajos salarios y escasa productividad para las empresas. Cuando llega la recesi¨®n, esos contratos no se renuevan, lo que inevitablemente desemboca en m¨¢s paro.

Ninguna de las grandes reformas del mercado laboral (2012, 2010, 1997, etc.) ha logrado modificar ese modelo de empleo. Ninguna ha tratado las inseguridades jur¨ªdicas de la actual normativa, que perjudican especialmente la contrataci¨®n estable en la peque?a empresa. Tampoco se han potenciado los ajustes pactados con los trabajadores, menos traum¨¢ticos para el empleo. Tambi¨¦n convendr¨ªa reducir la gama de f¨®rmulas contractuales y corregir las desgravaciones para la creaci¨®n de empleo, que multiplican las altas a la Seguridad Social, sin facilitar la generaci¨®n de empleo estable.

En suma, las cifras favorables no deben ocultar las deficiencias en materia de colocaci¨®n de parados y de temporalidad. Los periodos de expansi¨®n, como el actual, son id¨®neos para mejorar el mercado laboral. No existe panacea ni soluciones simplistas, pero el camino pasa por examinar con lucidez las tendencias hist¨®ricas y considerar las diferentes opciones en la mesa del di¨¢logo social.

Raymond Torres es director de Coyuntura de Funcas. En Twitter, @RaymondTorres