China quiere medicamentos occidentales

China es ya el segundo pa¨ªs consumidor de medicinas del mundo, solamente tras Estados Unidos. Las perspectivas del sector farmac¨¦utico a medio y largo plazo, y en general el de la salud, son prometedoras por tres factores. El primero es el aumento constante de la renta per c¨¢pita (el pa¨ªs contar¨¢ con 480 millones de personas de clase media-alta en el a?o 2030, m¨¢s que la suma de la poblaci¨®n de Estados Unidos y Jap¨®n,?de acuerdo con los c¨¢lculos del servicio de estudios de?The Economist). En segundo lugar, est¨¢ el incremento de la esperanza de vida. Y por ¨²ltimo, el progresivo envejecimiento de la poblaci¨®n (el porcentaje de mayores de 60 a?os supondr¨¢ un cuarto de la poblaci¨®n en 2030, frente al 15% actual).

Empresas como AstraZeneca, Roche, Pfizer o GlaxoSmithKline llevan a?os operando en China. Como en muchos otros sectores, han tenido que lidiar con fuertes barreras de entrada a sus productos y un marco regulatorio complicado por los largos y costosos procesos de aprobaci¨®n que marca la Administraci¨®n China de Alimentos y Medicinas. Aunque el f¨¢rmaco ya hubiera sido aprobado en otros pa¨ªses, traerlo a China costaba, con suerte, una media de cuatro a?os: dos para superar los ensayos cl¨ªnicos y dos m¨¢s para obtener el registro. "Este largo periodo provocaba un freno a la introducci¨®n de sus nuevos productos", explica Isabella Liu, socia del despacho de abogados Baker & McKenzie. Teniendo en cuenta que las patentes protegen el producto durante 20 a?os, las empresas ve¨ªan c¨®mo en la pr¨¢ctica este periodo de exclusividad era sensiblemente menor. Pek¨ªn ha decidido ahora acelerar la evaluaci¨®n de los f¨¢rmacos hasta el punto de que este tiempo podr¨ªa reducirse m¨¢s de la mitad. "Las reformas, de implementarse, cambiar¨¢n enormemente el panorama de las compa?¨ªas farmac¨¦uticas extranjeras, que podr¨¢n acceder mucho m¨¢s r¨¢pido al mercado chino", asegura Liu.

La apertura responde a la cada vez mayor necesidad del Gobierno chino de combatir la creciente incidencia de enfermedades como la hepatitis, la diabetes o el c¨¢ncer entre la poblaci¨®n. Este 2017, y por primera vez en ocho a?os, Pek¨ªn ha a?adido decenas de medicamentos extranjeros en su seguro m¨¦dico nacional, que reembolsa parte del coste del producto y abre la puerta a millones de personas a elegir productos que hasta ahora no pod¨ªan permitirse.

Para las empresas, entrar en esta lista les supondr¨¢ disparar sus ventas. Pero a cambio han asumido una reducci¨®n de precios que alcanza de media el 44%. "Tras las negociaciones con las farmac¨¦uticas, la mayor¨ªa de estos medicamentos importados ser¨¢n m¨¢s baratos en China que en otros mercados internacionales", presumen desde el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social.

Estas rebajas disminuir¨¢n el margen de beneficio de las farmac¨¦uticas por cada unidad, por lo que deber¨¢n confiar en un volumen significativo de ventas que compense los descuentos. En este sentido, la distribuci¨®n de f¨¢rmacos ser¨¢ decisiva y, seg¨²n Liu, "hacerlo de una forma rentable sigue siendo un reto".

Para el grupo de farmac¨¦uticas miembros de C¨¢mara de Comercio de la Uni¨®n Europea en China, "aunque el recorte de precios puede afectar el desempe?o de las ventas, las compa?¨ªas comprenden el objetivo del Gobierno de mejorar la accesibilidad a los medicamentos innovadores y cooperar¨¢n con las autoridades para lograr tal fin". Menos diplom¨¢tico, un cargo intermedio de una multinacional europea califica las negociaciones con Pek¨ªn de "dur¨ªsimas" y considera que estas rebajas "son el precio que hay que pagar por estar presente en un mercado como el chino".

Hasta ahora, muchos de los medicamentos de empresas extranjeras que ya hab¨ªan perdido la patente pod¨ªan venderse en China a un precio muy superior al del gen¨¦rico. Algunos ciudadanos, preocupados por esc¨¢ndalos dom¨¦sticos sobre f¨¢rmacos falsos, optaban por los importados. Y los hospitales, generalmente mal financiados, trataban de prescribir m¨¢s cantidad de medicamentos (y los m¨¢s caros) para sacar tajada y compensar parte de este d¨¦ficit.

En 2014, las autoridades chinas multaron a GlaxoSmithKline con 379 millones de d¨®lares y condenaron a varios altos cargos de la farmac¨¦utica a penas de c¨¢rcel por haber sobornado a m¨¦dicos, enfermeras y hospitales con el objetivo de que usaran los productos fabricados por la empresa. La compa?¨ªa admiti¨® los cargos y pidi¨® perd¨®n. Una de las reformas aprobadas por Pek¨ªn este a?o, precisamente, proh¨ªbe a los hospitales financiarse a trav¨¦s de la venta de medicamentos. "Parece que todos vamos a empezar a jugar una liga algo m¨¢s equilibrada y m¨¢s similar a los est¨¢ndares occidentales, para lo bueno y para lo malo", resume el directivo de la multinacional farmac¨¦utica.