¡°Nadie hace huelga por capricho¡±
El ¨¢rbitro del conflicto laboral del aeropuerto de Barcelona admite que se ha basado en la oferta previa de la Generalitat porque le parec¨ªa "razonable"
Siempre que tiene oportunidad Marcos Pe?a (Teruel, 1948), deja constancia de su fe en el di¨¢logo. Es el presidente del Consejo Econ¨®mico y Social, el ¨®rgano que acoge a sindicatos y empresarios. Pese a esa fe, o por ella, el Gobierno le confi¨® la facultad de imponer la soluci¨®n al conflicto laboral del verano: la huelga de los vigilantes de Eulen en los controles del aeropuerto de El Prat para reclamar mejoras salariales y laborales. Acept¨® sabiendo que su decisi¨®n no gustar¨ªa a todos.
Preguntas. Dijo usted que ¡°nadie va a quedar contento¡± con el arbitraje. En cambio, se ha basado en la oferta de la Generalitat aceptada por la empresa, pero rechazada por los trabajadores.
Respuesta. El laudo arbitral obligatorio es excepcional. Uno tiene que tener presente esa excepcionalidad y conseguir dos cosas. Una es limitar el da?o en la zona afectada, El Prat. La segunda, que la soluci¨®n no contamine. Por eso quer¨ªa dejar la negociaci¨®n del convenio libre de ataduras. La propuesta de la Generalitat, a rega?adientes o no, hab¨ªa sido aceptada por Eulen, Aena y Fomento. Y para m¨ª era razonable. En ning¨²n momento se me pas¨® por la cabeza modificar la cantidad [ha fijado un complemento salarial de hasta 200 euros mensuales en 12 pagas].
P. No ha sido el dinero el ¨²nico punto de fricci¨®n.
R. Hubo cosas cuya concreci¨®n no es sencilla: la igualdad efectiva y las condiciones de trabajo. De ah¨ª que se haya intentado potenciar los planes de igualdad y de prevenci¨®n, y evaluaciones espec¨ªficas de seguridad de las mujeres en los filtros [controles de seguridad].
He querido armar un laudo que cerrara la puerta a la contestaci¨®n
P. La decisi¨®n que ha tomado en este tema ha sido muy criticada por los trabajadores.
R. Es normal. No tiene que mover a la sorpresa que lo critiquen. El laudo responde a la mediaci¨®n de la Generalitat y la rechazaron. No me escandaliza.
P. Ha anulado las sanciones. Elimina as¨ª la causa de la huelga del 8 de septiembre.
R. Uno no hace las cosas de forma maquiav¨¦lica para pillar al otro. Es habitual en conflictos de esta dimensi¨®n que se pretenda empezar de nuevo y desaparezca lo sucedido hasta ahora. Y, evidentemente, uno quiere armar su laudo, en el sentido de no dejar puertas abiertas a la contestaci¨®n. Nada es inocente.
P. Entonces, ?cree que ha sido equilibrado?
R. Creo que s¨ª, pero no era el objetivo. El equilibrio es el que se produce en el convenio, e insisto, no quer¨ªa contaminarlo. S¨¦ que hab¨ªa una singularidad en El Prat, pero no es una pieza separada. Me interesa m¨¢s promover una ordenaci¨®n del sector que extralimitarme un poco.
P. ?Est¨¢ diciendo que el laudo debe extenderse al convenio del sector que se negocia ahora?
R. Al contrario, el laudo no debe contaminar el convenio.
P. ?Y debe ser un referente?
Los concursos p¨²blicos con precios a la baja tienden a depreciar el trabajo
R. Ser¨ªa ingenuo pensar que, en aquello que sea ¨²til, no se vaya a usar.
P. ?Ha faltado voluntad de negociaci¨®n en alguna parte? El ministro de Fomento acusa de esto a los trabajadores.
R. Nadie va a la huelga por capricho, ni nadie se resiste a dar m¨¢s por capricho. El tema de estas licitaciones de servicios es muy inh¨®spito.
P. ?Deber¨ªan cambiar entonces las licitaciones en las que el precio pesa tanto?
R. El precio tiene una valoraci¨®n abrumadora, inconscientemente empuja a la baja. Estos servicios, que son esenciales para la comunidad, se caracterizan por dos datos contradictorios y sorprendentes: la valoraci¨®n social, laboral y salarial de estos empleos no est¨¢ en consonancia con los da?os producidos por su ausencia. La huelga de unos limpiadores en un hospital puede hacer m¨¢s da?o que la de unos m¨¦dicos. En cambio, no es comparable el rol social de unos y otros. Esta contradicci¨®n genera una situaci¨®n inc¨®moda. Est¨¢n en conflicto varios sujetos: el ciudadano/seguridad, el viajero/confort y el trabajador/dignidad. Y eso hay que conciliarlo.
P. ?Y la regulaci¨®n de la contrataci¨®n p¨²blica lo consigue?
R. Debe ayudar.
P. ?Entonces debe cambiar?
R. S¨ª. No puede ser ni mucho menos el precio [tan determinante]. A menudo se da, partiendo de la desconfianza,que el Tribunal de Cuentas entra en el supuesto de que se da a una empresa cuyo precio sea superior al ofertado por otra. Y la tendencia es curarte en salud.
P. Porque la regulaci¨®n da mucho peso al precio.
R. Lo permite, pero contrataciones dadas a precios superiores han sido contestadas. No puede basarse en el precio porque inconscientemente se tiende a la baja. Tambi¨¦n tiende a la depreciaci¨®n del trabajo y del servicio. Hay que intentar corregir esto.
P. ?Y tiene alguna idea?
R. Si la varita m¨¢gica es la herramienta de trabajo, estamos perdidos. Lo que existe es la palabra, la raz¨®n, incluso la complicidad. Tenemos que hablar m¨¢s, y reconocer y respetar el trabajo de los agentes sociales y econ¨®micos, que son contemplados con cierto desd¨¦n intelectual en nuestro pa¨ªs.
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