C¨¢diz vuelve a tener salero
El grupo Asal es la primera envasadora de sal de marca blanca y redobla esfuerzos para convertirse en la primera en ofrecer un producto 100% de origen marino en Espa?a
Hubo un tiempo en el que la bah¨ªa de C¨¢diz sazon¨® el mundo. De sus puertos part¨ªan barcos cargados con toneladas de sal. Los maestros salineros eran capaces de modelar las marismas a su gusto hasta convertirlas en un intrincado laberinto de l¨ªneas sinuosas y rect¨¢ngulos perfectos. Al final del recorrido, el mar viraba al rosa y, de ah¨ª, al afamado y codiciado oro blanco. As¨ª hab¨ªa sido desde los fenicios. Pero cuando, en 1996, Jos¨¦ Armenteros se hizo con la concesi¨®n de las marismas desecadas de Santa Mar¨ªa, dispuesto a ampliar su negocio familiar de la sal, no fue capaz de encontrar a un t¨¦cnico que supiese proyectar una salina extensiva.
Hac¨ªa ya m¨¢s de medio siglo que la actividad salinera de C¨¢diz hab¨ªa comenzado a languidecer, azuzada por la competencia mundial y las nuevas t¨¦cnicas de conservaci¨®n de alimentos. Pese a que el entorno no le era favorable, Armenteros sigui¨® adelante con su plan: ¡°Tuve que dise?ar yo mismo la salina¡±. Diez a?os despu¨¦s de aquel paso, su empresa, Grupo Asal, gestiona 2.500 hect¨¢reas de salinas extensivas, mientras que otras 5.300 hect¨¢reas de marismas languidecen abandonadas. Localizada entre C¨¢diz y Sevilla, la compa?¨ªa genera 300.000 toneladas de sal, ya es el primer grupo envasador de marca blanca y va camino de convertirse en el primer productor espa?ol de sal 100% marina.
Trabajo en solitario
El crecimiento de la empresa de Armenteros es inversamente proporcional al que ha experimentado la actividad salinera en C¨¢diz. Desde los primeros pobladores, hace 3.000 a?os, fue un ping¨¹e negocio que puso a C¨¢diz en el mapa: solo entre finales del siglo XVIII y principios del XIX en la bah¨ªa exist¨ªan hasta 171 salinas tradicionales. Pero para cuando, en 1977, Armenteros se puso al frente de su negocio (fundado en 1968 por su suegro), muchas ya hab¨ªan cerrado. Ahora solo subsisten seis empresas salineras en la costa, de las que Asal es la mayor.
El grupo genera 300.000 toneladas de sal al a?o y cuenta con tres marcas para comercializar
¡°Yo ten¨ªa otro trabajo y ni siquiera era conocedor de este mundo, pero me pic¨® el gusanillo¡±, explica el empresario, hoy de 66 a?os. Su esposa, Mar¨ªa Luisa S¨¢nchez, y ¨¦l heredaron la salina de El Estanquillo, unas marismas de 50 hect¨¢reas adaptadas a usos salineros tradicionales. Pronto Armenteros comprendi¨® que la reconversi¨®n era la clave de su supervivencia: ¡°Vi que la venta con fines de conservaci¨®n de alimentos (como la aceituna) empezaba a mermar y hab¨ªa que buscar nuevas v¨ªas¡±. En 1982, abri¨® una f¨¢brica en Dos Hermanas, preparada para envasar sal de mesa. Adem¨¢s, opt¨® por mecanizar la producci¨®n en las marismas: de la fuerza humana y la tracci¨®n animal de las salinas intensivas tradicionales a la de gr¨²as y palas cargadoras de las cosechas extensivas.
Y funcion¨®, El Estanquillo pronto se qued¨® peque?a. En 1996 lleg¨® Santa Mar¨ªa, la primera explotaci¨®n mecanizada desde su origen. En 2014, Asal se hizo con La Tapa, ambas en El Puerto. En 2015, lleg¨® Marismas de Cetina, en Puerto Real. En total, la empresa gestiona ahora 2.500 hect¨¢reas de salinas mecanizadas, el doble de todo el t¨¦rmino municipal de C¨¢diz. Pese a las proporciones y el cultivo extensivo, el funcionamiento de sus instalaciones se asemeja mucho al de las tradicionales. El agua de mar penetra por un ca?o y es desviada a un laberinto de canales donde va adquiriendo mayor salinidad. Cuando la concentraci¨®n salina supera el 25% (lo normal es que el agua de mar tenga un 3,5%), accede a los cristalizadores, balsas de entre 2,5 y 6 hect¨¢reas donde el agua se evapora y deja capas de sal de 15 cent¨ªmetros de grosor.
Gestiona 2.500 hect¨¢reas de salinas mecanizadas, el doble del t¨¦rmino municipal gaditano
Una vez cosechada, la sal se acumula en enormes monta?as. Cuando se va a utilizar, se lava con la salmuera de las propias salinas. ¡°Nuestro producto es plenamente natural. Es sal marina 100% sin antiapelmazantes ni a?adidos¡±, reconoce Jos¨¦ Luis Armenteros, hijo de Jos¨¦ y director comercial de Asal. Adem¨¢s, la actividad est¨¢ tan ligada al medio y es tan beneficiosa para ¨¦l que en Cetina, ¡°a ra¨ªz de iniciar la producci¨®n, donde antes no hab¨ªa nada, ahora viven hasta 80 especies distintas de aves¡±, explica Francisco Armenteros, otro de los hijos de Jos¨¦ y director adjunto de la firma.
Hasta 14 gr¨²as extraen en estos d¨ªas la cosecha anual, que comenz¨® en febrero y se extender¨¢ hasta octubre. Este a?o alcanzar¨¢ las 300.000 toneladas, para el que viene estiman que rozar¨¢ las 400.000. ¡°Asal se convertir¨¢ entonces en la primera productora de Espa?a de sal 100% marina¡±, a?ade el gerente. Con esas cantidades anuales, en la empresa nutren una red de envasados, distribuci¨®n y ventas que da trabajo a una plantilla de 60 personas entre C¨¢diz y Dos Hermanas, donde funciona una f¨¢brica de 3.000 metros cuadrados y un centro log¨ªstico de 14.000.
Cifras y planes
Desde hace a?os, la compa?¨ªa lidera el sector del envasado de sal de mesa de marca blanca para grandes superficies, gracias a contratos con Carrefour, Dia, Alcampo, Euromadi, Aldi o Covir¨¢n. Solo esa l¨ªnea acumula entre el 30% y el 35% de las ventas. El grupo tiene una facturaci¨®n de 11 millones de euros, casi un 15% procedente de negocio de exportaciones. La compa?¨ªa posee tres marcas propias: Chalupa (l¨ªder en Andaluc¨ªa), Ibersal (destinada a la exportaci¨®n) y Halos (sales gourmet). Adem¨¢s, destina el 15% de su producci¨®n a sal de deshielo para carreteras y tiene una l¨ªnea alimentaria para la conservaci¨®n de productos como aceitunas, quesos y jamones, con clientes como S¨¢nchez Romero Carvajal. A?adido a esto, y como parte de su pol¨ªtica de diversificaci¨®n, la firma estudia recuperar la marca Lej¨ªa Neoclor, famosa en los a?os setenta.
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