Lingotes para la jubilaci¨®n: la fiebre del oro se propaga en Alemania
Los consumidores alemanes encuentran en el metal precioso seguridad en tiempos de incertidumbre. Las plataformas de inversi¨®n permiten comprar con facilidad
Peter K. saca los lingotes de oro de su escondite dom¨¦stico y los muestra orgulloso. ¡°?A que pesan?¡±. En total son cuatro barras de 100, 250 y 500 gramos. ¡°En el banco los intereses son muy bajos y nunca sabes si va a haber una nueva crisis financiera o si los tipos de inter¨¦s van a bajar. El oro me da seguridad¡±. Este traductor berlin¨¦s en edad de jubilaci¨®n ha sucumbido como cientos de miles de compatriotas a la fiebre del oro que se propaga por Alemania. El a?o pasado los alemanes compraron una cifra r¨¦cord de 187,6 toneladas de oro (110,8 en lingotes y monedas y 76,8 en t¨ªtulos), seg¨²n los datos de un reciente informe del World Gold Council, encargado de representar los intereses del sector. En compras per capita, Alemania aparece por delante de potencias tradicionales como China e India. Junto a la b¨²squeda de inversiones seguras, la proliferaci¨®n de plataformas on line y un tratamiento fiscal favorable explican el fen¨®meno.
Las razones que esgrime Peter K. ¨Cprefiere ocultar su nombre real por miedo a los ladrones- se repiten en un pa¨ªs psicol¨®gicamente marcado por la hiperinflaci¨®n de los a?os 20 y en el que la historia les ha ense?ado a desconfiar del dinero impreso en papel. Los alemanes centenarios han visto pasar por sus manos hasta ocho monedas diferentes. Peter K. recuerda c¨®mo los anillos de oro de su madre fueron las ¨²nicas pertenencias familiares que sobrevivieron a la guerra. ¡°Puede que el mundo se estuviera viniendo abajo, pero ella siempre conserv¨® sus anillos¡±.
¡°El anhelo de seguridad es un sentimiento que en Alemania se hereda de una generaci¨®n a otra¡±, sostiene Wolfgang Wrzesniok-Rossbach, director ejecutivo de Degussa Goldhandel, empresa l¨ªder en Europa. Degussa cuenta con diez tiendas en Alemania y 250.000 clientes al a?o. Las encuestas que realizan entre sus clientes dibujan un perfil de consumidor muy variado. El 40% son mujeres y el 25% tiene menos de 40 a?os. Hay desde estudiantes que compran su primera moneda hasta un multimillonario que compra 50 millones en barras de oro y monedas, explica Wrzesniok-Rossbach por tel¨¦fono desde Frankfurt. ¡°El negocio est¨¢ creciendo constantemente y hay todav¨ªa mucho margen para expandirnos¡±, piensa. Asegura adem¨¢s, que las falsificaciones no son de momento un gran problema porque ¡°el comprador que busca seguridad no se arriesga a comprar una barra made in China en ebay¡±.
La creciente reticencia de los bancos a deshacerse de productos f¨ªsicos, incluido el oro, para abaratar costes de gesti¨®n y mantenimiento ha permitido a empresas como Degussa crecer y ha dado pie a la proliferaci¨®n de cientos de portales web especializados. El World Gold Council cifra en m¨¢s de 200 las plataformas online que se reparten el negocio con la media decena de empresas con una cadena de tiendas que venden barras y monedas a pie de calle.
Una fr¨ªa ma?ana de finales de octubre, el trasiego es constante en la elegante tienda de Degussa en el oeste de Berl¨ªn. Todo tipo de clientes acuden a comprar y vender oro a este establecimiento con aspecto de oficina bancaria. Apenas unas salas privadas donde se entregan las mercanc¨ªas y un expositor de monedas de oro indican que no es dinero lo que aqu¨ª se despacha.
Las desconfianza
en los bancos ha disparado las compras de oro
Hay clientes que vienen con sus joyas o hasta con dientes de oro para venderlos. Otros vienen a comprar un lingote para celebrar el nacimiento de un beb¨¦. Si en Alemania lo tradicional era abrir una cuenta de banco con la llegada al mundo de la criatura, ahora, la desconfianza con el sistema bancario hace que se estile tambi¨¦n regalar oro. Hay tambi¨¦n clientes que vienen tambi¨¦n a recoger la mercanc¨ªa que han comprado online. En su despacho, el director de la sucursal muestra la variedad de lingotes que ofrecen. Desde un gramo por 43 euros a 500 gramos que hoy cuestan 17.635 euros.
En esta tienda, los picos de compras el a?o pasado coincidieron con acontecimientos internacionales que desataron la incertidumbre en Occidente. Uno de ellos fue el Brexit y otro, la elecci¨®n de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. En general, el mercado del oro en Alemania registr¨® una gran subida coincidiendo con la crisis financiera de 2008, la ca¨ªda de Lehman Brothers y la consecuente p¨¦rdida de confianza en el sistema bancario.
P¨¦rdida de confianza en los bancos
Pro Aurum es otro de los pilares del sector. El a?o pasado vendi¨® 38 toneladas de oro en Alemania, principalmente a clientes privados, aunque tambi¨¦n a bancos. Su portavoz explica en un correo electr¨®nico que las predicciones de la empresa son muy optimistas porque ¡°hay una p¨¦rdida de confianza en la omnipotencia de los bancos centrales [¡] En el futuro, los alemanes comprar¨¢n todav¨ªa m¨¢s oro¡±.
Los t¨ªtulos financieros respaldados por el metal tiene una fiscalidad favorable
Pero al margen de las compras de lingotes y moneda, las cifras abultadas del a?o pasado responden en buena parte al crecimiento del comercio de oro como producto financiero. Es decir, la inversi¨®n en materias primas a trav¨¦s del llamado ETCs, (Exchange Traded Commodities), que permite a particulares minoristas la compra de t¨ªtulos vinculados a una cierta cantidad de oro. Hace dos a?os, la justicia financiera alemana estableci¨® que las transacciones de ETCs se equiparaban finalmente a las de oro f¨ªsico y por lo tanto a las plusval¨ªas se les aplicar¨ªa una exenci¨®n. Este nuevo tratamiento fiscal ha contribuido al crecimiento de este tipo de operaciones en Alemania.
La opci¨®n de poder materializar la inversi¨®n en oro f¨ªsico es uno de los atractivos del sistema ETCs, sobre todo para los particulares que no quieren renunciar al componente de seguridad que ofrece el metal f¨ªsico. Xetra-Gold, l¨ªder en el mercado de inversi¨®n en oro indica en un comunicado que en los ¨²ltimos diez a?os, los clientes han ejercitado esa facultad hasta en 900 ocasiones, lo que ha supuesto la entrega f¨ªsica de 4,6 toneladas de oro.
Peter K. opt¨® sin embargo por la v¨ªa m¨¢s convencional. Compr¨® en su banco habitual, porque piensa que el oro es complicado y quiso hacerlo de la manera m¨¢s segura posible. Desde entonces, est¨¢ encantado con una inversi¨®n a la solo le ve ventajas. ¡°Si hubiera comprado un coche, ya habr¨ªa perdido su valor. As¨ª, el d¨ªa que quiera vender el oro, probablemente sacar¨¦ m¨¢s de lo que he invertido¡±. A su lado, su mujer acaricia sonriente el lingote. ¡°Me gusta tenerlo en casa y poderlo tocar de vez en cuando¡±.
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