El empleo ante un conflicto prolongado

La mejora del mercado laboral se muestra, por ahora, insensible a los sobresaltos del conflicto pol¨ªtico. En el tercer trimestre, el n¨²mero de ocupados super¨® ligeramente los 19 millones, medio mill¨®n m¨¢s hace un a?o. Ning¨²n pa¨ªs europeo ha conseguido crear tanto empleo en ese periodo. La tasa de paro se queda en el 16,4%, una ca¨ªda anual de dos puntos y medio ¡ªel mejor resultado en Europa¡ª.

Adem¨¢s, todos los colectivos parecen beneficiarse de la recuperaci¨®n; en especial, los j¨®venes. Su tasa de paro se ha reducido en 20 puntos desde el inicio de la recuperaci¨®n, el doble que para el conjunto de la poblaci¨®n. Las mujeres y los trabajadores de m¨¢s de 55 a?os han sido menos castigados por la crisis que en anteriores recesiones.

Asimismo, se reduce el paro de larga duraci¨®n. El 36,5% de los parados encadenan 24 meses de b¨²squeda de empleo. La tasa es cinco puntos menos que hace un a?o, aunque se mantiene entre las m¨¢s altas del mundo desarrollado. La mejora llega hasta los ¡°inactivos¡±, que empiezan a animarse a participar en el mercado laboral. Esta evoluci¨®n es llamativa, teniendo en cuenta las barreras a las que se enfrenta este colectivo, que incluye trabajadores desmotivados, en baja por enfermedad o incapacidad laboral, prejubilados y padres con hijos peque?os, entre otros.

L¨¢stima que se anuncien tiempos menos favorables. La econom¨ªa ha entrado en fase de desaceleraci¨®n, a lo cual se a?aden las incertidumbres generadas por el conflicto catal¨¢n. Adem¨¢s, las heridas causadas por la crisis financiera no han cicatrizado. Todav¨ªa no se han recuperado cuatro de cada 10 empleos perdidos en la Gran Recesi¨®n. El paro y la precariedad se mantienen como las principales preocupaciones de los espa?oles.

Es pr¨¢cticamente imposible que se cierre esa brecha en un plazo previsible. Dos a?os es probablemente el periodo m¨¢ximo en que la econom¨ªa seguir¨¢ benefici¨¢ndose de condiciones monetarias excepcionalmente favorables. El BCE acaba de anunciar una reducci¨®n del volumen de compras de bonos. La normalizaci¨®n deber¨ªa completarse en 2019 con un aumento de tipos de intervenci¨®n, que se reflejar¨¢ en las condiciones de acceso al cr¨¦dito. Para entonces, todav¨ªa faltar¨ªan medio mill¨®n de puestos de trabajo para acabar con la crisis.

Por otra parte, muchos de los desequilibrios que caracterizan el mercado laboral espa?ol no se han corregido. La precariedad se recrudece. Cuatro de cada 10 empleos son temporales o por cuenta propia. Se trata de dos colectivos distintos y heterog¨¦neos, pero que comparten una menor protecci¨®n social que para los asalariados con contratos indefinidos a tiempo completo.

Los salarios se han estancado. La remuneraci¨®n media por hora trabajada cay¨® un 0,3% durante la primera mitad del a?o, lo que implica una p¨¦rdida de poder adquisitivo teniendo en cuenta el encarecimiento de los alquileres, la electricidad y los alimentos. La moderaci¨®n salarial es m¨¢s acusada que en la mayor¨ªa de pa¨ªses desarrollados, en buena parte a causa de la precariedad de muchos de los empleos creados y porque el todav¨ªa elevado nivel del paro mantiene los sueldos bajo presi¨®n.

Estos desequilibrios tienen consecuencias para la econom¨ªa. Ante la contenci¨®n de sus ingresos, muchas familias recurren al endeudamiento para hacer frente a sus gastos. El cr¨¦dito al consumo es el que m¨¢s crece. El desendeudamiento de las familias se ha detenido, como lo confirman las ¨²ltimas cuentas financieras. Los pasivos superan el 80% de la renta disponible, lo que expone a muchos hogares ¡ªsobre todo los que tienen una situaci¨®n laboral m¨¢s precaria¡ª a un encarecimiento de las cargas financieras que acabar¨¢ por ocurrir a medida que el BCE normaliza su pol¨ªtica.

La creaci¨®n de empleo perder¨¢ dinamismo ante la perspectiva de una desaceleraci¨®n de la econom¨ªa. Pero tambi¨¦n se resentir¨¢ de la dualidad y las desigualdades que caracterizan el mercado laboral de manera estructural. Existen remedios a estos males, pero la ventana de oportunidad se cierra ante la perspectiva de un conflicto prolongado en Catalu?a.

El desaf¨ªo independentista catal¨¢n

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