¡°Lada¡± y ¡°Velilla¡±, el pulso que marca la hora de la verdad
El ministro de energ¨ªa, ?lvaro Nadal, quiere aprobar un decreto ¡°autoriz¨¢ndose¡± a prohibir el cierre de cualquier planta por pr¨¢cticamente cualquier motivo
El anuncio de una gran compa?¨ªa el¨¦ctrica espa?ola de cerrar sus dos ¨²ltimas t¨¦rmicas de carb¨®n ha provocado una peligrosa reacci¨®n institucional. El ministro de energ¨ªa, ?lvaro Nadal, quiere aprobar un decreto "autoriz¨¢ndose" a prohibir el cierre de cualquier planta por pr¨¢cticamente cualquier motivo y aplicar la norma retroactivamente desde el d¨ªa mismo en que la empez¨® a tramitar.
La transici¨®n energ¨¦tica es un asunto tan relevante que se ha convertido en uno de los ejes clave en las negociaciones de Merkel para formar gobierno, est¨¢ en el coraz¨®n de la Polonia m¨¢s antieuropea y en el populismo del manual clim¨¢tico de Donald Trump. Es tambi¨¦n el eje de la modernizaci¨®n econ¨®mica en China e India, donde se esfuerzan por revertir sus planes energ¨¦ticos para acabar con un modelo mal enfocado y buscar v¨ªas para abandonar paulatinamente el carb¨®n. Y, adem¨¢s, constituye el n¨²cleo central de la alianza de gran parte de nuestros socios europeos, la "Powering Past Coal Alliance", integrada por 25 pa¨ªses comprometidos con una salida ordenada de sus minas y plantas de carb¨®n de aqu¨ª a 2025. Espa?a, ausente del grupo inicial, queda, por ahora, descolgada.
Mientras tanto, inversores, fondos soberanos y banca comercial multiplican emisiones de deuda verde como el producto m¨¢s atractivo y seguro en el que invertir y se prodigan en anuncios de abandono del carb¨®n y de mayores exigencias en nuevos proyectos asociados a gas y petr¨®leo. As¨ª que no es de extra?ar que la estrategia empresarial de una gran multinacional energ¨¦tica sea posicionarse "reverdeciendo" al m¨¢ximo su cartera y adelantando con suficiente anticipaci¨®n la estrategia para conseguirlo. Sin duda, esta decisi¨®n de mercado facilita el acceso y el coste de financiaci¨®n, la revaloriza y le permite explorar con tiempo la evoluci¨®n de una industria clave en la econom¨ªa de este siglo.
La iniciativa es todo un regalo para cualquier responsable de pol¨ªtica energ¨¦tica en Europa occidental preocupado por el cambio clim¨¢tico y comprometido con el Acuerdo de Par¨ªs. Especialmente para Espa?a, con una sobrecapacidad de generaci¨®n el¨¦ctrica que contribuye a incrementar de manera importante los costes del sistema. Por si fuera poco, las centrales que se pretende cerrar no pueden suponer, como argumenta el ministro, ning¨²n riesgo para el sistema el¨¦ctrico ¡ªjuntas representan el 0,8% de la potencia instalada¡ª, y la empresa ha asumido el compromiso de recolocar al completo la plantilla.
En t¨¦rminos macro econ¨®micos, energ¨¦ticos, ambientales y de salud la decisi¨®n es impecable. Sin embargo, en t¨¦rminos territoriales, la cosa es diferente: son polo de atracci¨®n de la mayor parte de la actividad econ¨®mica de las comarcas donde se ubican y su cierre marca el inicio de una profunda reconversi¨®n en la zona. Por ello, es f¨¢cil confundir el bienestar de sus habitantes con la actividad econ¨®mica principal de la que dependen la mayor¨ªa de ellos. Este s¨ª es un aspecto clave que merece el m¨¢ximo esfuerzo de todos para asegurar que no dejemos a nadie atr¨¢s.
Es hora de actualizar y anticipar los cambios t¨¦cnicos y econ¨®micos necesarios para disponer de un sistema el¨¦ctrico a la altura de los desaf¨ªos de nuestra ¨¦poca y es hora tambi¨¦n de aplicarnos seriamente en responder adecuadamente a los problemas sociales de las comarcas afectadas por estos cambios. Es hora de comprometerse a anticipar de forma proactiva los desaf¨ªos de la reconversi¨®n, facilitando la generaci¨®n de oportunidades y el bienestar de las personas, gestionando la salida paulatina y solidaria de una actividad industrial cuya permanencia forzada har¨¢ el cambio m¨¢s costoso econ¨®mica, ambiental y socialmente. Este debe ser, sin el menor margen de duda, el eje del compromiso pol¨ªtico y social, para el que adem¨¢s la UE ofrece financiaci¨®n especial, acompa?ando una transici¨®n justa en zonas especialmente afectadas.
Ahora bien, la petici¨®n de cierre activa un resorte de mucho mayor calado para el que tambi¨¦n ha llegado la hora. La decisi¨®n final que se tome marcar¨¢ nuestra credibilidad y dar¨¢ la pauta del compromiso real con la agenda clim¨¢tica, econ¨®mica y social. Es la hora de la verdad y hay que elegir sin medias tintas: ?Espa?a entra en el siglo XXI o vuelve al siglo XIX?
Que la transici¨®n energ¨¦tica y la descarbonizaci¨®n de la econom¨ªa son inevitables no es ning¨²n secreto. Hace a?os que los actores relevantes hacen sus c¨¢lculos sobre el modo y los tiempos para hacerlo, y dise?an la v¨ªa que le resulta m¨¢s conveniente. Y en este sentido, no son muy alentadores los ejemplos de nuestra hemeroteca reciente: como los laudos internacionales sobre renovables perdidos, un nuevo impuesto al sol o la oposici¨®n a un regulador independiente. Lamentablemente, lo que no se gestiona, desborda y la inacci¨®n o el entorpecimiento institucional es uno de los escenarios m¨¢s peligrosos a los que nos enfrentamos.
Bienvenidas sean las compa?¨ªas que planifican su transici¨®n, o las ciudades y regiones que, como en el caso de Baleares, proponen su completa descarbonizaci¨®n a 2050. Es hora del liderazgo institucional y no del bloqueo. El cierre de estas centrales puede activar un virus contagioso en la sociedad y la econom¨ªa espa?olas: el de las ganas de transitar a la sostenibilidad, a la buena calidad del aire que respiramos y a apuesta por la econom¨ªa del futuro. Es hora de liderar la prosperidad presente y futura, y ha pasado ya la hora de aferrarse a objetivos y modos del pasado.
Teresa Ribera es miembro del consejo de liderazgo global de la Red de Soluciones del Desarrollo Sostenibles
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