La concentraci¨®n bancaria es un fen¨®meno global

Aunque la concentraci¨®n bancaria se ha acelerado en Espa?a en los ¨²ltimos a?os, como ha ocurrido hist¨®ricamente en todos los pa¨ªses tras crisis bancarias que provocan fuerte reducci¨®n del censo de entidades, lo cierto es que la tendencia a la concentraci¨®n viene de mucho m¨¢s lejos, y es un fen¨®meno global en respuesta a un negocio maduro, con cada vez m¨¢s dif¨ªcil generaci¨®n de valor a?adido, enfrentado a crecientes exigencias regulatorias, y a nueva competencia desde actores tradicionalmente ajenos al sector, mucho menos regulados, y que para ejercer su presi¨®n competitiva no necesitan presencia f¨ªsica.

En un mundo cada vez m¨¢s globalizado, en el que la prestaci¨®n de servicios financieros no s¨®lo no necesita descansar en una oficina f¨ªsica, sino que tampoco deber¨ªa ser sensible al "Rh" de la entidad que presta el servicio ¡ªsiempre y cuando la misma se halle integrada en un cre¨ªble marco regulador y supervisor, como ciertamente es el caso en la Uni¨®n Europea¡ª es necesario cuestionarse cu¨¢l es el mercado relevante a la hora de medir los indicadores convencionales de concentraci¨®n bancaria. De hecho, la econom¨ªa industrial ha resaltado desde hace varias d¨¦cadas que la concentraci¨®n empresarial es muy sensible al mercado en el que la misma se mide.

Y sin duda alguna, en el caso de la banca cada d¨ªa se hace m¨¢s difusa la definici¨®n del mercado relevante. Es cierto que existen importantes inercias y fidelidades de los clientes a sus entidades tradicionales, especialmente a las que cuentan con un v¨ªnculo territorial m¨¢s estrecho, en el que la cercan¨ªa f¨ªsica (con oficinas) juega un papel todav¨ªa importante, en cuyo caso el mercado relevante podr¨ªa ser el provincial o, puestos a "rizar el rizo", incluso municipal, o a nivel de distrito o de calle, de los que saldr¨ªan niveles de concentraci¨®n cercanos al 100%.

Pero por otro lado, no es menos cierto que la digitalizaci¨®n y los nuevos canales ¡ªde distribuci¨®n, transacci¨®n, o simple comunicaci¨®n¡ª restan valor a esa cercan¨ªa f¨ªsica, y por tanto "elevan" el ¨¢mbito geogr¨¢fico relevante, pasando incluso por encima del nivel nacional y llegando al europeo, para lo cual es imprescindible completar la uni¨®n bancaria con esa tercera pata que le falta, la garant¨ªa de dep¨®sitos com¨²n, sin la cual no existe un verdadero campo de juego neutral para el negocio bancario entre entidades de diferentes pa¨ªses, de tal manera que puede hacer que se perciba como de menor riesgo a un "mal banco" alem¨¢n que un "buen banco" espa?ol.

De hecho, la diferente din¨¢mica de concentraci¨®n seguida en los diferentes pa¨ªses europeos en la ¨²ltima d¨¦cada ¡ªen gran medida motivada por la diferente intensidad de la crisis, y con ello de respuesta en t¨¦rminos de consolidaci¨®n¡ª no ha tenido impacto diferencial en la competencia de unos y otros sistemas bancarios, a juzgar por los tipos de concesi¨®n a las pymes, sin duda el segmento m¨¢s sensible a potenciales distorsiones de la competencia. En este sentido es de resaltar que el mayor aumento de concentraci¨®n en Espa?a no ha sido ¨®bice para que ese segmento de pr¨¦stamos a pymes muestre unos niveles de competencia extraordinariamente elevados, con tipos de concesi¨®n m¨¢s reducidos de los que corresponder¨ªa al nivel de riesgo impl¨ªcito en los mismos.

?ngel Berges y Fernando Rojas son profesores de AFI Escuela de Finanzas.