Qui¨¦n debe ir al BCE y para hacer qu¨¦
A Espa?a y a la UE no le valen jubilados o fieles pol¨ªticos, sino expertos en pol¨ªtica monetaria
?Podemos abstraernos de las competiciones pseudodeportivas para dirimir cu¨¢l de nuestros compatriotas luce mayor tama?o?
Podemos. Si huimos del provincianismo.
La silla vacante de la vicepresidencia del BCE no es un juguete con que jubilar a nadie por sus servicios (locales) prestados, satisfacer a Gobiernos o premiar fidelidades.
Esa poltrona (que deja el portugu¨¦s V¨ªtor Const?ncio) es clave porque es la primera de las (al menos cinco) decisivas que quedar¨¢n libres en Fr¨¢ncfort de ahora hasta oto?o de 2019: con las de Mario Draghi (presidente), Benoit Coeur¨¦ (operaciones de mercado), Dani¨¨le Nouy (jefa de la supervisi¨®n ¨²nica) y Peter Praet (economista jefe).
Es clave porque el BCE es clave. Lo ha sido para Europa, para el euro y para Espa?a. Sin el Draghi de ¡°har¨¦ todo lo necesario¡± para salvar a la moneda ¨²nica (verano de 2012), no estar¨ªamos aqu¨ª. Nos habr¨ªamos hundido, sobre todo, los espa?oles y otros mediterr¨¢neos.
Tampoco nos habr¨ªamos recuperado de la Gran Recesi¨®n, ni vivir¨ªamos la expansi¨®n actual: en gran medida es m¨¦rito de la pol¨ªtica monetaria y de otros (azarosos) vientos de cola como el precio del petr¨®leo. Porque la pol¨ªtica fiscal no ha hecho apenas nada en el nivel agregado de la eurozona, ni apenas en el nacional. Dej¨® sola a la monetaria.
Esto es fundamental para los espa?oles, mucho m¨¢s que el idioma que hablen los futuros cargos. En los pr¨®ximos ocho a?os de sus mandatos, los nuevos zares de Fr¨¢ncfort a buen seguro afrontar¨¢n una crisis igual o peor que la de 2008 (ya va tocando).
Ello obliga a que esos cargos recaigan en las y los profesionales m¨¢s calificados: no como macroeconomistas, o exgobernantes, o te¨®ricos, sino como sabios pr¨¢cticos en pol¨ªtica monetaria, esa dif¨ªcil asignatura.
No podemos permitirnos las chapuzas de Donald Trump sacrificando a Janet Yellen. Vean la crisis que ha creado... de la nada.
Los europeos no queremos a nadie que valga un ¨¢pice menos que la tripleta Draghi / Const?ncio / Praet. Han demostrado, contra viento y marea (o sea, el Bundesbank ¡ªel Buba¡ª y los ordoliberales ultras alemanes), conocer lo que se tra¨ªan entre manos.
Es decir, sab¨ªan prever cu¨¢nto dinero deb¨ªa ir a manos del p¨²blico, cu¨¢ndo el banco deb¨ªa ejercer de prestamista de ¨²ltimo recurso, cu¨¢ndo lanzar el expansionismo monetario, cu¨¢ndo cuadrar cancilleres.
Desde ¨®ptica sure?a, si el integrismo del Buba encarnado por Jens Weidmann acabase sucediendo a Draghi, convendr¨ªa compensarlo en la vicepresidencia y en la jefatura de econom¨ªa. ?Valdr¨ªan para ello monaguillos del ultraortodoxo Wolfgang Sch?uble?
Si hemos de traducir a dos lemas todo lo anterior, se trata de garantizar la calidad t¨¦cnica y la independencia. Calidad implica saber de qu¨¦ se habla: un/a especialista acreditado/a en pol¨ªtica monetaria, no en otra cosa. Independencia (imperativo estatutario) implica alguien de fuera de la pol¨ªtica. Alguien que haya respetado y no humillado a su banco central y no experto en poner/quitar banqueros desde el Ejecutivo.
Desprovincianizemos el debate. Leamos Call for public debate on ECB renewal (Social Europe, 30 de enero; hay versi¨®n en Ctxt); L¡¯apr¨¨s-Mario Draghi a la BCE (Le Monde, 20 enero) y Quality of ECB board appointees is crucial (FT, 24 de enero). Y suerte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.