Un foco de claridad e inteligencia

Lo m¨¢s importante para Blas Calzada, fallecido el pasado 17 de febrero, era la familia. Evidentemente, se alegraba, disfrutaba o enfadaba con las circunstancias, sucesos, acaeceres de la vida profesional o producto de su interacci¨®n con las numerosas personas con las que se relacionaba. Pero los estados an¨ªmicos profundos que le afectaban en uno u otro sentido ten¨ªan su origen y motivaci¨®n en lo que tocaba o concern¨ªa a su familia. Su familia era lo m¨¢s importante aunque sus manifestaciones sobre ello fueran escasas y discretas. Su vida profesional en el sector p¨²blico y en el sector privado le facilit¨® una experiencia amplia que unida a su extraordinaria inteligencia y perspicacia compusieron, para muchos, un economista excepcional. Para m¨ª, Blas Calzada fue ¨Cal estilo de aquellos hist¨®ricos que ahora calificamos de grandes economistas, como Adam Smith-, en buena medida un fil¨®sofo moral. La prudencia, la justicia, la envidia, la maldad, el autocontrol, la codicia, la bondad, o el buen juicio, como ¡°sentimientos morales¡± que forman parte del tejido de las decisiones econ¨®micas. Ante una propuesta econ¨®mica o una determinada situaci¨®n social, que para los dem¨¢s nos pudiera resultar confusa, poco clara, o con un sentido impreciso, el an¨¢lisis de Blas Calzada pon¨ªa luz y claridad. ¡°Lo ve¨ªa¡±, porque su m¨¦todo de an¨¢lisis era distinto y siempre comprensivo de la condici¨®n humana. Por esta v¨ªa, compatibilizaba coherentemente con su valoraci¨®n de la estad¨ªstica como m¨¦todo de acoger la realidad. ¡°Un ¨ªndice es siempre una simplificaci¨®n de la realidad. El objetivo de los ¨ªndices es condensar en un solo n¨²mero una realidad compleja que define una gran cantidad de magnitudes¡±, eran sus palabras. Nos queda de Blas la imagen de sus esfuerzos para superar las barreras f¨ªsicas que le limitaban, su comprensivo entendimiento de todo lo humano y la penetrante fuerza de su inteligencia. Es imposible olvidar su gesto al leer un texto, al aproxim¨¢rselo de un modo un tanto excesivo, c¨®mo sus ojos se abr¨ªan algo m¨¢s y su mirada parec¨ªa taladrar lo escrito y leer, directamente en la mente del autor el real significado de aquel matiz que estaba impreso y que no se desvelaba hasta que Blas lo le¨ªa. Desgraciadamente, mucho de lo que pudi¨¦ramos haber disfrutado de Blas Calzada no ha quedado reflejado en una producci¨®n escrita que hubiese resultado valios¨ªsima. Pero su ense?anza humana ser¨¢ extraordinaria para los que la pudimos aprehender.

Antonio J. Zoido es presidente de Bolsas y Mercados Espa?oles (BME).