Mario Draghi escenifica el inicio del fin de los est¨ªmulos monetarios del BCE
Mantiene tipos y el programa de compra de activos, pero elimina la referencia a elevar este ¨²ltimo si las condiciones empeoran
Se acerca el fin de una era. El jefe del BCE, Mario Draghi, hizo ayer un peque?o movimiento ¡ªun sutil cambio en el lenguaje utilizado tras la reuni¨®n del consejo en Fr¨¢ncfort¡ª que indica que las compras de activos (QE) tienen los d¨ªas contados. Siempre que nada se tuerza: el Eurobanco lleva meses subiendo el tono contra EE UU, que juega a debilitar el d¨®lar por todos los medios. El ¨²ltimo invento de Donald Trump es un conato de guerra comercial con Europa que tiene potencial para acabar con la recuperaci¨®n, seg¨²n el banquero central europeo.
Las tendencias pol¨ªticas que dominaron la segunda mitad del siglo XX se revierten. Donde hubo regulaci¨®n financiera para evitar excesos como los que dieron pie a la Gran Depresi¨®n hay ahora desregulaci¨®n, a pesar de la Gran Crisis. Frente al bipartidismo de centroizquierda y centroderecha dominante durante d¨¦cadas emergen hoy extremismos de baja intensidad mal bautizados como populismos. Si la globalizaci¨®n multiplic¨® los flujos comerciales desde la II Guerra Mundial bajo el influjo de EE UU, Washington patrocina hoy un conato de guerra comercial contra sus aliados. Preocupado por Italia ¡ªdonde el populismo suma m¨¢s del 50% de los votos¡ª, Draghi se mordi¨® la lengua pol¨ªticamente, pero lanz¨® una seria advertencia: ¡°Los mayores riesgos para la econom¨ªa son hoy el proteccionismo y la desregulaci¨®n financiera¡±.
?¡°Si se imponen aranceles a los aliados, me pregunto qui¨¦nes son hoy los enemigos¡±, ironiz¨®, para despu¨¦s subrayar que no prev¨¦ un ¡°gran impacto¡± ante las medidas que prepara EE UU. ¡°Lo grave ser¨ªa una escalada que afecte a la confianza global¡±, destac¨®.
La manipulaci¨®n del tipo de cambio del d¨®lar es el gran quebradero de cabeza de Draghi, que en las ¨²ltimas semanas ha cargado varias veces contra Estados Unidos. Porque en Europa las aguas bajan m¨¢s tranquilas que de costumbre. El BCE est¨¢ en un impasse de espera. La eurozona crece y la recuperaci¨®n est¨¢ llegando hasta el empleo, pero la inflaci¨®n no termina de subir y Draghi no quiere precipitarse en la retirada de est¨ªmulos. As¨ª que ayer jug¨® al empate. Al 0-0, al m¨¢s puro estilo catenaccio: ech¨® unas migajas a los halcones ¡ªlos partidarios de una mayor ortodoxia¡ª y retir¨® del tradicional comunicado posterior a las reuniones del BCE la posibilidad de aumentar las compras de activos si las cosas se tuercen. Pero nada ha cambiado: el BCE seguir¨¢ comprando 30.000 millones de euros al mes al menos hasta septiembre de 2018, y las subidas de los tipos de inter¨¦s no llegar¨¢n hasta bien entrado 2019.
Evitar sobresaltos
Aun as¨ª, Draghi se vio obligado a se?alizar la salida de la compra de activos, en una decisi¨®n que se tom¨® de forma un¨¢nime. Se trata de guiar a los mercados para evitar sobresaltos, eso es todo. Por lo dem¨¢s, la vida sigue igual: ¡°La recuperaci¨®n se asienta a pesar de los riesgos globales que incluyen el proteccionismo y la volatilidad en los mercados de divisas¡±, dijo el italiano, ¡°pero la eurozona necesita a¨²n un amplio nivel de est¨ªmulo monetario¡±. El mantra de Draghi sigue siendo ¡°confianza, paciencia y persistencia¡±. Pero ese sutil cambio de tono ¡ªeliminar la posibilidad de volver a aumentar el tama?o del QE¡ª demuestra que el p¨¦ndulo se mueve lentamente hacia la retirada de est¨ªmulos.
Eso si nada se tuerce, porque Draghi tiene la mosca detr¨¢s de oreja. El BCE carg¨® en diciembre contra las declaraciones interesadas en Washington a favor de un d¨®lar d¨¦bil, algo terminantemente prohibido en las procelosas aguas de la pol¨ªtica monetaria. Washington ha ido a¨²n m¨¢s lejos y amenaza con una guerra comercial, que de momento es m¨¢s propaganda que otra cosa: los mercados han reaccionado con nuevas bajadas del d¨®lar que se explican por la p¨¦rdida de confianza en la pol¨ªtica econ¨®mica estadounidense, en manos de la cuenta de Twitter de Donald Trump.
Hay tensi¨®n en Fr¨¢ncfort: las palomas (partidarios de los est¨ªmulos) ganan por abrumadora mayor¨ªa, pero los ga?idos de los halcones (los m¨¢s ortodoxos) suenan cada vez m¨¢s fuerte. El jefe de todos ellos es Jens Weidmann, presidente del BCE, que est¨¢ en campa?a para suceder a Draghi aunque a¨²n no est¨¢ claro si puede contar con el apoyo de Berl¨ªn. ¡°No me pregunten por mi sucesor: me queda a¨²n mucho tiempo aqu¨ª¡±, zanj¨® Draghi a preguntas de la prensa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.