Movilizaci¨®n hist¨®rica por la igualdad de las mujeres
Marchas en 120 ciudades, huelga y paros marcan una jornada contra la discriminaci¨®n, el acoso y la violencia
Las mujeres espa?olas han logrado este jueves 8 de Marzo una movilizaci¨®n sin precedentes contra la desigualdad de g¨¦nero en todas sus vertientes (brecha salarial, discriminaci¨®n o violencia sexual) y situaron a Espa?a a la vanguardia del feminismo mundial. Centenares de miles de personas inundaron las calles en 120 ciudades en las concentraciones de mediod¨ªa y las manifestaciones de la tarde. La huelga de 24 horas, en cambio, tuvo escaso seguimiento pese a que fue secundada por rostros muy conocidos de los medios de comunicaci¨®n que le dieron gran visibilidad y simbolismo. Los paros parciales de UGT y CC OO lograron un rotundo ¨¦xito y fueron seguidos por seis millones de trabajadores, seg¨²n las centrales. ¡°Este d¨ªa se estudiar¨¢ en los libros de Historia¡±, proclamaron las organizadoras.
Pocas veces una movilizaci¨®n tiene tanto ¨¦xito antes incluso de celebrarse. En cambio, eso es precisamente lo que ha ocurrido este a?o en Espa?a con el 8 de Marzo, el D¨ªa Internacional de la Mujer. Todos los debates sobre desigualdad de g¨¦nero (corresponsabilidad y cuidados familiares, brecha salarial y de pensiones, discriminaci¨®n laboral, techo de cristal, acoso y violencia sexual) llevan abiertos desde hace semanas. La crisis catalana y las pensiones han tenido que hacerle espacio en la agenda. El Gobierno, con su presidente a la cabeza, ha tenido que rectificar y matizar su discurso, cr¨ªtico en principio, sobre la huelga que la Comisi¨®n 8-M hab¨ªa convocado este a?o.
La huelga feminista a la que m¨²ltiples colectivos sociales, organizados por esa comisi¨®n, hab¨ªan llamado a las espa?olas ¡ªbajo el lema ¡°Si nosotras paramos, se para el mundo¡±¡ª coloc¨® a Espa?a a la vanguardia del movimiento por la igualdad de sexos. Era el ¨²nico pa¨ªs en que se hab¨ªa convocado una movilizaci¨®n que fuese acompa?ada al tiempo por un paro laboral. Y eso tuvo eco en los principales medios de comunicaci¨®n internacionales, que realizaron una amplia cobertura de la jornada.
La ratificaci¨®n del ¨¦xito lleg¨® con las manifestaciones vespertinas, bajo la pancarta Paramos para cambiarlo todo. Con la gasolina de los datos que muestran que las mujeres ganan un 13% menos que los hombres en tareas similares o de las muertes incesantes por violencia machista, se cumpli¨® el patr¨®n de las ¨²ltimas huelgas generales: seguimiento desigual, tirando a escaso, del paro y, sin embargo, marchas masivas por la tarde en m¨²ltiples ciudades. La convocatoria llegaba precedida de manifiestos de colectivos profesionales (periodistas, acad¨¦micas, sanitarias, deportistas,...) que hab¨ªan ensanchado el per¨ªmetro de la protesta mucho m¨¢s lejos que en los a?os precedentes.
Cientos de miles de personas en todo el pa¨ªs desfilaron bajo el color violeta que simboliza el movimiento feminista y desbordaron las calles de 120 ciudades. En Madrid se super¨® ampliamente la asistencia del a?o pasado: la Delegaci¨®n del Gobierno cifr¨® los manifestantes en 170.000 ¡ªen 2017, habl¨® de 40.000¡ª. Fuentes sindicales elevaron el n¨²mero a un mill¨®n ¡ª500.000 personas seg¨²n los organizadores en 2017¡ª. Patricia y Virginia, dos funcionarias jubiladas, acudieron a la marcha por ¡°crear conciencia¡±. ¡°Hay que demostrar que juntas tenemos mucha fuerza¡±, reivindicaban ambas, informa J. A. Auni¨®n. Entre los c¨¢nticos y gritos se escuchaban referencias al futuro: ¡°La lucha sigue, cueste lo que cueste¡±. Tambi¨¦n cl¨¢sicos de estas protestas como ¡°Manolo, Manolito, hoy te cuidas t¨² solito¡±.
En Barcelona, la Guardia Urbana calcul¨® 200.000 manifestantes ¡ª600.000 seg¨²n la organizaci¨®n¡ª, y cifras multitudinarias se repitieron en las principales capitales.
Antes de esas marchas hubo incontables concentraciones y actos a mediod¨ªa, coincidiendo con los paros parciales en el turno de la ma?ana (entre 11.30 y 13.30) que hab¨ªan convocado UGT y CC OO. Solo en el centro de Madrid, a esas horas pod¨ªa acudirse a la protesta en las puertas de la estaci¨®n de Atocha, ante el Ayuntamiento en Cibeles (donde se cort¨® el tr¨¢fico), en la plaza de Callao o en la de Lavapi¨¦s, donde la comisi¨®n convocante de la huelga, calificaba la movilizaci¨®n de ¡°¨¦xito¡±.
¡°Hemos paralizado Madrid. Este es nuestro d¨ªa y ma?ana m¨¢s. No vamos a parar. Por nosotras. Por las que no est¨¢n, por las que vendr¨¢n. Por los que no escuchan¡±, clam¨® Victoria Castrill¨®n, de la organizaci¨®n desde el escenario al acabar la manifestaci¨®n madrile?a, en la que se ley¨® el manifiesto preparado. ¡°Es un d¨ªa hist¨®rico, hemos parado Madrid. Se estudiar¨¢ en los libros de Historia¡±, a?adi¨® en su discurso Mar¨ªa ?lvarez, otra de las organizadoras. ¡°Tenemos much¨ªsimas esperanzas de que las cosas cambien, llevamos muchos d¨ªas que solo se habla de la huelga feminista¡±.
¡°Hemos puesto el machismo y la desigualdad en todas las casas, en toda la sociedad y nadie puede quedarse indiferente¡±, hab¨ªa proclamado por la ma?ana Ruth Caravantes, de la Comisi¨®n 8-M.
Horas antes los piquetes informativos hab¨ªan cortado el tr¨¢fico en Barcelona, en el cruce de Gran V¨ªa con Urgell, y ferrocarriles, en la l¨ªnea del Vall¨¨s. Y antes de las concentraciones del mediod¨ªa, hubo una manifestaci¨®n de estudiantes a la que acudieron miles de personas, informa Alfonso Congostrina.
Pero el 8-M, este a?o se complementaba con una vertiente laboral, tanto en los debates como en las movilizaciones. La Comisi¨®n 8-M hab¨ªa llamado una huelga de 24 horas, que cont¨® con la cobertura legal de centrales minoritarias (CGT y CNT). En este terreno, el seguimiento fue escaso. CGT habl¨® de ¡°¨¦xito rotundo¡±, aunque en sectores como el ferroviario lamentaba que los servicios m¨ªnimos imped¨ªan un paro real y, pese a ello, cuantific¨® el seguimiento en el 90%. Las cifras de Renfe, recogidas por Servimedia, distaban mucho de ese porcentaje, un 2,6%.? Estos ¨²ltimos n¨²meros est¨¢n m¨¢s en consonancia con lo que se apreciaba al pasear por los andenes de Atocha.
Tampoco el consumo el¨¦ctrico, el indicador de impacto m¨¢s empleado en las huelgas ante la disparidad de datos de sindicatos, empresarios y Gobierno, not¨® mucho la incidencia.
No obstante, s¨ª que hubo sectores donde la huelga tuvo much¨ªsimo eco y visibilidad. Entre las periodistas, cuyo manifiesto ha logrado m¨¢s de 7.000 firmas, el seguimiento fue muy amplio y se not¨® en las programaciones de radios (Pepa Bueno, ?ngels Barcel¨® y Julia Otero no estuvieron al frente de sus programas) y las parrillas televisivas (TVE, Antena 3 y Tele 5 las cambiaron por la ausencia de Mar¨ªa Casado, Susana Griso y Ana Rosa Quintana, respectivamente). Tambi¨¦n entre los partidos de la oposici¨®n el seguimiento fue amplio y el Congreso qued¨® casi sin actividad.
M¨¢s significativos fueron los paros parciales de dos horas que convocaron los sindicatos mayoritarios. Sus n¨²meros cifran en unos seis millones los seguidores. ¡°Esta huelga ya sido un ¨¦xito, porque ha puesto sobre la mesa muchas cosas que no se hablaban¡±, apunt¨® antes de la manifestaci¨®n la vicesecretaria general de UGT, Cristina Anto?anzas.
Conscientes de que desde sectores importantes del feminismo se les critica por no haberse sumado a la huelga de 24 horas, el l¨ªder de CC OO, Unai Sordo, pidi¨® a que no se salga del ¡°8 de marzo discutiendo sobre si la huelga ten¨ªa que ser de dos o de ocho horas. Hay que salir discutiendo sobre c¨®mo acabar con las brechas generales [...] dici¨¦ndole a CEOE y a las Administraciones que eliminen las diferencias de g¨¦nero¡±.?
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