Las recetas del FMI para las pensiones: m¨¢s inmigrantes y m¨¢s ahorro privado
El Fondo ve necesario 5,5 millones de extranjeros hasta 2050, ahorrar un 5% del salario, subir las cotizaciones de los sueldos altos o aumentar la proporci¨®n de personas trabajando
?Qu¨¦ ocurrir¨¢ con los pensionistas del futuro? En un reciente an¨¢lisis sobre las pensiones espa?olas titulado Retos m¨¢s all¨¢ de la sostenibilidad financiera, el Fondo Monetario Internacional (FMI) esboza un camino para reformar el sistema. Para ello, elabora unas proyecciones con todas las variables que condicionan las cuentas de la Seguridad Social: el n¨²mero de jubilados que se prev¨¦, el de trabajadores, la inmigraci¨®n, las contribuciones o la generosidad con los pensionistas. Y concluye que es posible articular un sistema financieramente sostenible a la vez que socialmente aceptable. Pero eso s¨ª: hay que tocar muchos elementos, hacer reformas en profundidad y, en cualquier caso, las pensiones se reducir¨¢n respecto al salario medio. ¡°Una pensi¨®n p¨²blica no est¨¢ destinada a cubrir el ingreso completo que el jubilado necesitar¨ªa para retirarse. Si existe tal expectativa, debe dejarse claro que no se puede cumplir¡±, subraya. De ah¨ª que pida al Gobierno que se establezcan planes complementarios.
Por una parte, el Fondo recoge la proyecci¨®n de jubilaciones que habr¨¢ en los pr¨®ximos a?os. Dado que los cotizantes de hoy son los pensionistas del futuro, la ¨²nica certidumbre es que el n¨²mero de prestaciones crecer¨¢ hasta alcanzar en 2050 los 15 millones frente a los nueve millones que se pagan en estos momentos. Por el contrario, el resto de factores puede variar mucho m¨¢s: el n¨²mero de personas trabajando, la inmigraci¨®n, las aportaciones que se hagan por cotizaciones u otras fuentes de ingresos y la generosidad del sistema con los pensionistas.
Sumando todas esas variables y con la intenci¨®n de dar una idea del reto al que se enfrenta Espa?a, el FMI perfila varios escenarios de aqu¨ª a 2050. En uno se parte de la premisa de que se mantiene la generosidad actual: ahora mismo la pensi¨®n media representa casi el 50% del salario medio. Para preservar este estatus, seg¨²n las estimaciones del Fondo, los cotizantes pasar¨ªan de contribuir el 21% del salario hasta el 47,8% en 2050. Y el gasto en pensiones se situar¨ªa en el 22% del PIB, el doble que el actual.
En otro escenario, el FMI congela las aportaciones en los niveles en los que est¨¢n ahora. La cotizaci¨®n y el gasto sobre PIB quedan igual. Pero en este supuesto la generosidad del sistema se desploma durante los pr¨®ximos 30 a?os, y la relaci¨®n entre pensi¨®n y sueldo medio se recorta m¨¢s de la mitad hasta el 22,6%. En opini¨®n del Fondo, ninguno de los dos escenarios es aceptable. Ni los trabajadores pueden soportar una presi¨®n por cotizaciones como se da en el primer caso. Ni un pensionista puede vivir dignamente con solo un 22% del salario medio como sucede en el segundo.
As¨ª que el Fondo dibuja un horizonte intermedio. En esta tercera hip¨®tesis, el gasto sobre PIB se situar¨ªa en el 12,9% y la contribuci¨®n por cotizaciones subir¨ªa al 27,3% del salario, una cota muy elevada. Los ingresos tendr¨ªan que aumentar, elevando el tope de las contribuciones m¨¢ximas al tiempo que se deja igual el tope de la pensi¨®n m¨¢xima. Es decir, los que m¨¢s ganan aportar¨ªan m¨¢s pero no recibir¨ªan m¨¢s, penalizando la contributividad, admite el FMI. Adem¨¢s, har¨ªa falta que llegasen unos 5,5 millones de inmigrantes, un 12% de la poblaci¨®n actual y una proporci¨®n similar a la que se recibi¨® entre 2000 y 2007. Y la tasa de personas trabajando tendr¨ªa que escalar del 59,7% hasta el 79%, un hito muy exigente y m¨¢s dif¨ªcil de conseguir si suben las cotizaciones. ¡°Esto podr¨ªa lograrse a trav¨¦s de reformas param¨¦tricas de las pensiones que induzcan a una mayor participaci¨®n en la fuerza laboral, vidas laborales m¨¢s largas y reformas estructurales que bajen la tasa natural de paro¡±, sostiene.
Aun as¨ª, la pensi¨®n acabar¨ªa en el 35% del salario. Y eso a juicio del FMI tampoco se antoja aceptable. De ah¨ª que considere que adem¨¢s haga falta ahorrar en torno a un 5% del salario anual. Lo que parece dif¨ªcil con sueldos y tipos bajos. As¨ª que recomienda al Gobierno la alternativa de ¡°enrolar autom¨¢ticamente a los trabajadores en un segundo pilar privado respaldado por el Estado¡±. Tambi¨¦n sugiere, como otra opci¨®n, planes de empresa privados que engorden el ahorro tomando una parte de los futuros aumentos salariales, al estilo del sistema brit¨¢nico inspirado en el premio Nobel Richard H. Thaler. Por ¨²ltimo, dado que hay mucho ahorro en vivienda, insta a que se fomenten mecanismos para firmar hipotecas inversas.
En opini¨®n de los hombres de negro, este escenario resultar¨ªa ¡°plausible, financieramente viable y posiblemente aceptable socialmente¡±. Como se puede apreciar, la dimensi¨®n de las cifras hace que no se pueda afrontar el reto con una soluci¨®n sacada de la chistera. Hay que tocar muchas cosas y ninguna por s¨ª sola lo arregla. Y, sobre todo, ¡°no hay espacio para revertir las reformas¡±, afirma el Fondo. Sin embargo, el organismo reconoce que la congelaci¨®n del 0,25% har¨¢ que las prestaciones desciendan mucho sobre el salario medio. As¨ª que recomienda que se haga ¡°un refinamiento¡± de las reformas. De lo contrario, se corre el riesgo de que ser reviertan, advierte.
La instituci¨®n hace especial hincapi¨¦ en que las pensiones sean socialmente aceptables. Y las ¨²ltimas semanas demuestran que no es aceptable ir dejando que las pensiones m¨¢s bajas pierdan poder adquisitivo. La mayor proporci¨®n del gasto est¨¢ en la parte de arriba: hay 2,6 millones de los 8,6 millones de pensionistas que ganan entre 1.200 y 2.500 euros y que copan la mitad del desembolso en pensiones. Incluso si han cotizado m¨¢s, la cantidad que reciben es mayor. Basta con hacer los n¨²meros: al aportar sobre el 25% del salario durante 40 a?os, eso implica que se ha cotizado lo suficiente para cobrar algo m¨¢s de 10 a?os y no los 21 a?os que reciben de media. Por mucho que el incremento del PIB se dedique a pensiones, no se cubrir¨ªan ni de lejos esos 11 a?os de diferencia. As¨ª las cosas, parece que el cerco se estrecha sobre las pensiones altas. Estas ir¨¢n congel¨¢ndose al subir solo el 0,25%, mientras que las bajas probablemente se ir¨¢n actualizando algo m¨¢s. Eso har¨¢ que la horquilla entre unas y otras se achate, perdiendo el sistema contributividad, algo que los expertos critican porque desincentivar¨ªa las aportaciones.
En todo caso, el FMI recuerda que si la productividad y el salario medio suben, las pensiones ser¨ªan m¨¢s altas que las actuales en euros. Por ejemplo: en Alemania la pensi¨®n tiene una relaci¨®n con el salario medio peor que en Espa?a, pero las prestaciones son m¨¢s altas y dan para m¨¢s. Aun as¨ª, la pobreza es un concepto relativo, medido en comparaci¨®n a la renta media. Y el Fondo concluye que para mantener un cierto poder adquisitivo los futuros pensionistas tendr¨¢n que prepararse.
OCDE y Bruselas coinciden
El Fondo aboga por muchas medidas para ¡°refinar¡± las reformas ya aprobadas. Entre ellas destaca, adem¨¢s, vincular la edad de jubilaci¨®n a la esperanza de vida; compatibilizar pensi¨®n y trabajo; restringir la jubilaci¨®n anticipada (20% de los pensionistas tienen menos de 65 a?os); utilizar toda la vida laboral para el c¨¢lculo de la pensi¨®n; elevar las contribuciones de los aut¨®nomos; revisar las prestaciones m¨²ltiples o usar impuestos indirectos para pagar pensiones (sacar viudedad del sistema es cambiar el agujero de sitio, dice). En estas recetas no solo insiste el FMI. La OCDE defiende completar la pensi¨®n con planes privados, prolongar la vida laboral y ligar la jubilaci¨®n a la esperanza de vida. Y la Comisi¨®n Europea pone el acento en reformar el mercado laboral para trabajar durante m¨¢s tiempo y atajar el excesivo uso de la temporalidad y el tiempo parcial.
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